Un robot para niños

Google podría construir un robot de peluche para uso de la familia en general.
Google podría construir un robot de peluche para uso de la familia en general.

Los chicos no son ni buenos ni malos, sino aquellos que rompen o no rompen los juguetes. Yo fui de los segundos, pues conservé mis osos de peluche al igual que mis soldaditos y con los años tuve la esperanza de dejárselos a mis hijos.

Sin embargo, mi único descendiente no encontró atractivos ni los muñecos ni los pequeños soldados de ejércitos invencibles. Con una consola y un videojuego pasa sus horas de diversión. Entonces, los socios de mis años tempranos quedarán para mis nietos o un museo.

¿Y qué pasaría si los peluches fueran robotizados? ¿Se acuerdan de la película Inteligencia Artificial de Steven Spielberg, estrenada en 2001, donde había un osito robot para un chico robot? ¿O la más cercana Ted, de 2012, en la que el oso de peluche tenía actitudes casi humanas?

Pues de prosperar una idea de Google, puede no faltar mucho para que los peluches cambien la imaginación de un niño por un corazón cibernético.

Hace unos días, la oficina de patentes de Estados Unidos autorizó la fabricación de muñecos con forma de animalitos de peluche, humana o de un objeto inanimado. Tendrá un micrófono y una cámara en la cabeza para seguir con la vista los gestos del usuario. El dueño podrá con una orden verbal o con el movimiento de las manos hacer que el osito robot haga algo.

El compañero de juegos robotizado estará conectado vía Wi-Fi a otros equipos, como podrían ser una TV, PC o un minicomponente, entre otros. Pero no hay límites, ya que por el concepto de Internet de las cosas (todos los objetos con un chip) también podría controlar desde una cafetera, el blackout de las ventanas o la calefacción central.

Según lo informado en la solicitud de la patente, Google asegura que puede construirlo para que el robot acepte órdenes de solo algunas personas, como podrían ser los integrantes de una familia. También contaría con tecnología de reconocimiento facial. Entonces no solamente sería capaz de saber quién le está hablando por medio del audio sino también por la cara.

Lo que falta en el proyecto, que no tiene una fecha estimada de producción o incluso si en algún momento pasará de ser una idea, un concepto, para convertirse en un objeto tangible, es determinar si estos objetos podrán moverse por sus propios medios. Si es un oso de peluche inamovible que solo puede girar el cuello para seguir a quien le habla faltaría una vuelta de tuerca más para transformarlo en un verdadero robot.

¿A cuánto tiempo en años o meses estaremos de que un robot nos abra la puerta de casa, nos reciba el abrigo, nos dé los recados e informe de lo ocurrido durante todas las horas en que faltamos porque salimos a trabajar? ¿Que cuide de nuestros hijos o los lleve al colegio? Tecnológicamente hablando, no falta nada.

No lo tenemos en nuestro hogar por una cuestión de costos. Por ahora, todavía, es muy oneroso. Pero si vemos cómo se reducen los precios de la tecnología, no sería muy alocado predecir que a lo mejor en una década, será una realidad.

¿Qué te parece?

@castri2010

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