La pelea por el broadcasting

La posibilidad de transmisión en vivo de videos abre una caja de Pandora para muchos, y el cuerno de la abundancia, para otros.
La posibilidad de transmisión en vivo de videos abre una caja de Pandora para muchos, y el cuerno de la abundancia, para otros.

Estamos ante el comienzo de algo nuevo. La posibilidad de transmisión en vivo de videos abre una caja de Pandora para muchos; y el cuerno de la abundancia, para otros. Hace pocos meses la llegada de Meerkat, la app que en un primer momento solo existía para iOS y ahora también para Android (así como la aparición de Periscope, su homóloga de Twitter y que también está disponible para ambos sistemas operativos) permitirán que las barreras creadas por el pago para ver algún espectáculo artístico o deportivo en el momento que estos ocurren se derrumben.

Ya existía la piratería de películas y música, pero ésta se producía con cosas ya pasadas. Ahora se podrá ver el partido del Barcelona contra el Real Madrid o el concierto de Taylor Swift en el mismísimo momento en el que se está llevando a cabo.

Por supuesto, no se tendrá la calidad de video ni de audio que tendríamos si estuviéramos mirando un televisor de 42 pulgadas, con resolución 4K, pero nos evitará pagar las decenas de dólares que puede costar una pelea del siglo (¿cuántas habrá?).

Esto nos recuerda al nacimiento de YouTube, cuyo décimo aniversario se cumplió hace unos días. Si vemos los primeros clips (incluso el abuelito de todos, el de Jawed Karim, uno de los fundadores de esa red social y sitio de intercambio de videos, en el zoológico de San Diego), eran pequeños recuerdos familiares, bloopers y algún gol en un partido de fútbol. Pero esto cambió a medida que se fue ampliando la cantidad de minutos que teníamos a nuestra disposición así como la resolución.

Las películas comenzaron a aparecer online cortadas en 10 o más partes, pero estaban. Los temas musicales y espectáculos, también. Pese a la dura lucha de las discográficas y dueños de los derechos de autor de las películas, cada vez había más videos en la nube y estos eran más prolongados y de mejor calidad. Como una hidra de mil cabezas, se lograba bajar un video y aparecían de nuevo replicados en 10.

Entonces, ¿cómo se podrá combatir la piratería en Periscope y Meerkat? Si es por la denuncia de los propietarios legales de los derechos de transmisión o por denuncias de usuarios, todo indicaría que será una lucha difícil o aun ya camino a la derrota.

Si hablamos de una pelea del siglo, exagerando, podríamos asimilarla a la entablada entre Periscope y Meerkat por adueñarse del mercado de la transmisión en vivo. Aunque Meerkat pegó primero, Periscope tiene otra categoría: tiene el respaldo de Twitter. Y esto se ve reflejado en los resultados de descargas durante los primeros días, pues Periscope escaló rápidamente al pináculo.

Por otro lado, una medida poco inteligente de Meerkat es que al instalarlo solicita del usuario el número del celular. Uno desconfía de esto, más allá de la gratuidad del servicio.

Otro aspecto del servicio de estas apps de lo que no se habla mucho es la posibilidad de convertirse en un medio de comunicación laboral. ¿Podrá ser también un software para teleconferencias? En pocos meses se sabrá.

¿Qué te parece?

@castri2010

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