Azafrán: de tu plato, a tu botiquín

Ya sea para contrarrestar los signos del envejecimiento, devolverle la luminosidad al rostro o combatir el acné, el azafrán se ha convertido en un elemento clave de la cosmética femenina. ¿Todavía no lo probaste?

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Característica del azafrán

La flor de esta planta es de color azul o púrpura. A principios del otoño, cuando se abre completamente, se cortan los tres estigmas de color naranja que posee. Su alto precio se debe a que es necesario recoger, a mano, entre 70 mil y 80 mil estigmas, para acumular ¡450 g (16 oz) de azafrán!

Una piel luminosa

Prepara un tónico natural, para que tu piel luzca con más brillo. Coloca en un envase con pico rociador, 50 ml (1,7 fl oz) de agua de rosas. Agrégale dos ó tres hebras de azafrán y déjalo reposar un día. Al siguiente, ya puedes rociar tu piel con el líquido obtenido.

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Si deseas un tónico para una piel oleosa o con acné, reemplaza el agua de rosas por plata coloidal. En ambos casos, puedes utilizar los productos a diario, luego de limpiar tu cutis. Advertencia: dado que el azafrán tiende a aclarar la piel, no lo uses si estás bronceada.

Mascarilla rejuvenecedora

Para prepararla, utiliza la pulpa de una hoja de aloe vera. Colócala en una licuadora junto con dos o tres hebras de azafrán. Cuando logres una pasta de consistencia homogénea, espárcela por tu rostro con un pincel. Deja que actúe entre 25 y 30 minutos, y enjuágate con agua tibia.

Mascarilla antiacné

Si tu piel es oleosa o presenta impurezas, prepara la siguiente mascarilla facial. En un recipiente de barro o de vidrio, coloca dos cucharadas de arcilla verde y unas hebras de azafrán. Agrega solución de plata coloidal hasta obtener una pasta. Distribúyela sobre el rostro. Deja que actúe una media hora, y remueve con esponja y agua natural.

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Baño de inmersión

Si quieres imitar a Cleopatra, y contribuir a que la piel de tu cuerpo se mantenga tersa y luminosa, date un baño de inmersión semanal con leche de avena (en lugar de la leche de origen animal que usaba ella).

Para esto, arma una bolsita con tela de pañal y rellénala con ¼ kg (8,8 oz) de avena arrollada y unas hebras de azafrán. Átala firmemente y colócala dentro de la tina con agua bien caliente. Disfruta del placer de estar sumergida por el tiempo que desees. Para lograr una mayor relajación, puedes agregarle al agua algunas gotas de aceite esencial de lavanda o melisa.

¡Cuéntanos cómo te resultaron estas propuestas!

Fuente adicional consultada: Hierbas y Especies, Sarah Garland

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Elisa Botti es licenciada en medicinas naturales y naturopatía, coach psicobiológica, miembro profesional de ASIMEPA (Asociación Internacional de Medicinas y Psicologías Alternativas), especialista en técnicas psicocorporales, miembro del cuerpo docente de la Asociación Argentina de Medicina Psicobiológica, y autora del libro “Concebidas sin pecado”.