¿Cómo atraer a la persona correcta?

Hay algunas personas que se sienten fuertemente atraídas hacia los chicos o chicas “malas”, o bien, siempre terminan con parejas emocionalmente no disponibles (ya sea por su estado civil o por su proceso personal). Aunque parece que esa atracción es inevitable ­–como si estuviese integrada a cada una de nuestras– varias corrientes terapéuticas señalan que uno puede entrenarse para atraer a personas amables, respetuosas y, sobre todo, disponibles.

Uno puede entrenarse para atraer a personas amables, respetuosas y, sobre todo, disponibles / Foto: Thinkstock
Uno puede entrenarse para atraer a personas amables, respetuosas y, sobre todo, disponibles / Foto: Thinkstock


Heridas que se buscan

Cuando entramos a una fiesta llena de gente desconocida y nos acercamos a alguien que nos atrae, lo que nos guía es la intuición. Detrás de esa elección, que suele tomar pocos segundos, ocurren innumerables y complejas operaciones que integran información anatómica, hormonal, psicológica, emotiva, sensorial…

Los circuitos de nuestro sistema de apareamiento (sobre todo en lo que toca a los estímulos fisiológicos) sigue funcionando a la perfección a pesar de los artilugios. Pero no somos sólo cuerpo e instinto, nuestra naturaleza es multidimensional (cuerpo, mente, emociones, espiritualidad) y responde a estímulos multifactoriales. Según Harville Hendrix, si hacemos una radiografía emocional a las personas que más nos atraen, éstas reúnen las peores y las mejores cualidades de nuestros padres. Esto se debe a que llevamos heridas no resueltas desde la infancia y estamos buscando sanarlas a través de la pareja. Sin embargo, esta sanación suele darse de una forma muy extraña: buscamos lo conocido, construimos un vínculo con alguien que pueda lastimarnos de la misma manera en que fuimos lastimados de niños con la esperanza de convencer a esa persona de que nos ame y nos acepte.

Las personas que más nos atraen suelen reunir las peores y las mejores cualidades de nuestros padres / Foto: Thinkstock
Las personas que más nos atraen suelen reunir las peores y las mejores cualidades de nuestros padres / Foto: Thinkstock

Aunque nuestra parte consciente es atraída por las cualidades positivas, nuestro inconsciente nos arrastra hacia aquellas que más nos hicieron daño. Por eso nos sentimos tan nerviosos o inseguros cuando estamos frente a una persona que nos atrae intensamente. Salir con una pareja que reúne las peores cualidades de los padres hace que sea más sencillo desapegarse cuando llegue el momento. Quien prefiere vincularse con personas de cualidades más positivas, está dispuesto a correr riesgos, y muchas veces sube tanto sus estándares que termina por estar solo cuando su deseo profundo es formar una pareja.

Hendrix señala que pocas veces nos sentimos atraídas por las personas que están en un punto medio del espectro (no tiene ni lo mejor ni lo peor de las cualidades de sus padres), sin embargo, es ahí donde hay relaciones más duraderas. Cuando la atracción es muy intensa, nos ciega y tiene pocas probabilidades de crecer. Cuando las cualidades son negativas, es poco probable que la relación se construya sobre cimientos sanos. En cambio, en un punto medio, aumentan las posibilidades de crecer juntos en todos los sentidos.

 

Abrir el canal del deseo

Nuestra naturaleza es multidimensional (cuerpo, mente, emociones, espiritualidad) y responde a estímulos multifactoriales, por eso la atracción física o sexual puede cambiar con el tiempo. Si tomamos una decisión basada solamente en la intensidad del deseo sexual, estamos limitando nuestras opciones y nos hacemos más vulnerables a la decepción cuando surjan las “imperfecciones” o los defectos. En cambio, si conocemos a alguien que nos atrae un poco y nos tomamos el tiempo de descubrir sus cualidades (positivas y negativas, que son dos caras de la misma moneda), es más probable que la atracción crezca porque forjamos un vínculo más profundo y apegado a nuestra naturaleza multidimensional.

La atracción física es importante, pero pasa a segundo plano cuando descubrimos el valor que reside en el carácter, la inteligencia y la sensibilidad de una persona. Es a partir de esas dimensiones que construimos vínculos duraderos y apegos sanos. Así como los retos mentales crean nuevos patrones de pensamiento, las experiencias amorosas construyen nuevos patrones de relacionamiento que conectan lo mental, lo afectivo, lo sensorial e incluso lo espiritual. Es ahí donde surge una admiración profunda por el otro, y en ella está la semilla de un deseo sexual duradero.

'No busques a la persona correcta, sé la persona correcta' / Foto: Thinkstock
'No busques a la persona correcta, sé la persona correcta' / Foto: Thinkstock

¿Será que cuando pasamos directamente al plano sexual estamos evadiendo la oportunidad de descubrirnos, de abrirnos, de aceptarnos tal y como somos? A fin de cuentas, atraemos lo semejante, y en una relación amorosa, el otro funge como un espejo que nos muestra lo peor y lo mejor de nuestras cualidades. A veces, la expectativa de una confirmación rápida hace que perdamos la oportunidad de conocer al otro y, en el proceso, a nosotros mismos; solemos enfocarnos en todo lo que le falta a una relación en vez de cultivar eso que la hace entrañable, ¿no es eso lo mismo que hacemos cuando nos miramos al espejo y nos enjuiciamos desde la carencia y la falta?

La primera atracción no define el futuro de una relación, como esa "primera impresión" no define nuestro potencial en un puesto de trabajo. Es importante construir el espacio para dejar que el otro se exprese y aprender a ver nuestro reflejo en esa interacción. En la Kabbalah dicen: "No busques a la persona correcta, sé la persona correcta", y me parece que es absolutamente cierto.

Esta forma de relacionarnos parecería poco “eficaz” en estos tiempos donde esperamos evidencias y resultados inmediatos, pero hay que entender que una relación amorosa no es un producto milagro. Está bien tener sexo casual si eso es lo que queremos, pero cuando estamos buscando una relación más profunda, reveladora y duradera, es necesario darnos la oportunidad de probar otras aproximaciones y regalarnos un poco de tiempo para dejar que la atracción se construya a su ritmo.

@luzaenlinea

 

Tal vez te interese:

8 factores para evaluar tus relaciones virtuales

Abraza tu lado oscuro

Debajo del miedo: la vida