Consejos imprescindibles para ir de campamento con los chicos

En general, los que vivimos en la ciudad no tenemos tantas oportunidades de crear lazos con la naturaleza. Sin embargo, hay maneras de estimular a nuestros hijos para que no pierdan ese contacto terrenal y autóctono, que se diluye todos los días al transitar por el infinito sendero de la rutina.

Un campamento es una salida distinta en la que se puede disfrutar y aprender mucho al mismo tiempo. Pero necesita de cierta logística, y más cuando hay niños, para no correr el riesgo de querer volvernos ni bien ponemos los pies sobre el pasto.

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En esta nota te damos algunas claves para un paseo inolvidable.

Una aventura familiar

Todo pensado: es hora de reunirse en familia y planificar cuál será el destino más indicado para desembarcar. ¿Las opciones? Un campo, un lago, el mar o las montañas. Es muy importante tener en cuenta el clima del lugar en los días que lo visitemos, porque hay temporadas de lluvia o de demasiado frío, que no son las más recomendables. Como primer campamento, será conveniente elegir un camping que tenga ciertas comodidades como baño, sala de emergencias y demás servicios básicos.

Asimismo, por tratarse de un viaje inicial, lo mejor es que sea una salida corta y que tengan ganas de repetirla.

Practicar: los días previos al viaje pueden armar la carpa o vivienda portátil en algún espacio amplio de la casa. Incluso, si tienen jardín pueden acampar allí con los colchones inflables o las bolsas de dormir, para probar qué tal es la sensación de pasar la noche a la intemperie.

Hacer una lista: los inventarios se vuelven imprescindibles en el momento de planificar un viaje lejos de la civilización. Ya que seguramente no contaremos con la facilidad de conseguir un centro comercial cercano.

Elementos que no pueden faltar: al hacer la lista, para no olvidar nada conviene dividir los objetos en rubros como, ‘alimentos y utensilios’, ‘ropa’, ‘elementos para dormir’, ‘iluminación’, ‘juegos’ y ‘primeros auxilios’, entre otros.

De lo contrario, es fundamental dejar en casa todos los aparatos electrónicos como laptops o teléfonos celulares; el único permitido es una buena cámara fotográfica.

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Tener en cuenta: los niños suelen ensuciarse mucho, por eso siempre debemos poner algunas prendas de más en el bolso.

Fogón con historias: una noche estrellada, una guitarra y un fogón con historias no pueden faltar nunca en un campamento. Los padres que no son tan creativos pueden llevar algunos libros de cuentos para no perderse este momento.

Admirar la ecología: no tiene por qué ser sólo un viaje de placer. Podemos aprovechar para enseñarles a los chicos a respetar la naturaleza, a través de la flora y la fauna del lugar, y a disfrutar del entorno conectándose con su parte sensorial. Además, es bueno buscar ejemplos como contrapunto de nuestra vida cotidiana.

Mirar el cielo: asimismo, resulta una excelente excusa para que aprendan algo de astronomía. Un telescopio es un compañero interesante en estos viajes.

Juegos como los de antes: es también una oportunidad para mostrarles aquellos juegos que solían divertirnos de chicos, cuando no existían las computadoras. Remontar un barrilete, la búsqueda del tesoro, la mancha linterna, explorar un bosque o fotografiar la flor más exótica, son algunas opciones muy divertidas para compartir en familia.

Diario de viaje: hay que estimular a los pequeños a llevar algún anotador en el que puedan escribir las anécdotas vividas, para que queden por siempre en su recuerdo.

Fuentes: http://tips.zonacamping.com.uy; http://www.guioteca.com

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