Biberón vs. leche materna, ¿quién gana?

Por: Mariana Israel

Es una disputa eterna, que no tiene ganadores ni perdedores. Ni la leche de fórmula es mala, ni la materna puede usarse en todas las oportunidades. Si bien la Asociación Americana de Embarazo, y muchas otras instituciones, aconsejan a la madre darle exclusivamente al bebé leche materna, al menos los primeros seis meses de vida, existen situaciones en las cuales esta opción está contraindicada.

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Conoce mejor los beneficios y las desventajas de la leche materna y del biberón.

Ambas leches son nutritivas
Tanto la leche materna como la de fórmula poseen la proporción correcta de nutrientes; la diferencia es que la materna ya trae el balance perfecto y a la otra debes prepararla tú misma. Por otra parte, el pediatra será quien te ayude a calcular las cantidades, mientras que si amamantas, es el bebé quien decide cuándo parar y cuándo retomar.

La leche materna se digiere mejor
Algunos bebés pueden sufrir intolerancia a alguno de los componentes de la leche de fórmula.

La leche de fórmula es más cara
¡Otro punto para la leche materna! Llenar un biberón puede costar entre $54 y $198 por mes en los Estados Unidos. A esto debes sumarle el gasto de los accesorios. Por otro lado, si estás amamantando, probablemente también inviertas en sostenes especiales, almohadones para dar de mamar cómodamente, extractores de leche, entre otros.

El biberón permite que cualquiera alimente al bebé
Probablemente sea el principal beneficio de darle a tu bebé leche de fórmula. Si trabajas o si por algún motivo debes separarte de tu hijo unos días, sabes que tu marido o tus padres podrán alimentar al bebé. Por otra parte, la leche materna es más “portátil” porque, obviamente, al bebé solo le hace falta tu pecho. En cambio, si tú y el bebé pasan el día afuera de tu casa o si lo llevas de viaje a algún lado, deberás aprovisionarte con las latas de fórmula, los biberones, los pezones artificiales… Y ni mencionemos el dilema de encontrar dónde entibiar la leche. Amamantar no exige ningún tipo de preparación previa.

La leche materna protege a tu bebé
Aún no se ha descubierto un sustito perfecto. Tu propia leche es la única que tiene anticuerpos capaces de evitar que tu bebé se enferme, que fortalecen su sistema inmune y previenen la muerte súbita, entre otros peligros.

Amamantar tiene beneficios para ti también
De acuerdo con una investigación estadounidense clásica publicada en Pediatrics hace algunos años, dar de mamar disminuye el sangrado posparto y acelera tu recuperación. Además, reduce el riesgo de que sufras cáncer de mama y de ovario, fractura de cadera y osteoporosis. Por último, ¡te ayudará a quemar entre 300 y 500 calorías diarias!

Amantar no es para todos
Si bien hemos establecido las ventajas que la leche materna tiene tanto para ti como para tu hijo, a veces es inevitable recurrir a la leche de fórmula. Amamantar está contraindicado para niños con galactosemia y para mamás con ciertos tipos de linfoma, tuberculosis o SIDA. Tampoco podrás dar el pecho si estás en un tratamiento de quimioterapia o radioterapia.

En suma, no se trata de glorificar a la leche materna, ni de demonizar a la de fórmula, sino de encontrar la opción que mejor se adapte a tu ritmo de vida, a las necesidades de tu bebé y a tu propia salud. Por cualquier duda, y antes de tomar cualquier decisión, recuerda consultar a tu obstetra o a un especialista en lactancia.

Fuentes consultadas:
Asociación Americana de Embarazo (Americanpregnancy.org)
Pediatrics, publicación científica de la Academia Americana de Pediatría (Pediatrics.aappublications.org)
Healthy South Dakota (Healthysd.gov)

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