Tipos de avatar en redes sociales, ¿cuánto dicen de ti?

Para el hinduismo, un avatar es una encarnación terrestre de un dios. / Foto: Thinkstock
Para el hinduismo, un avatar es una encarnación terrestre de un dios. / Foto: Thinkstock

Nadie puede decir que no ha puesto atención ni que no se ha tomado un tiempo prudencial para elegir su avatar, la imagen que utilizará en su perfil de Twitter, Facebook, Whatsapp, Pinterest, etc. No es algo que deba tomarse a la ligera.

Para el hinduismo, un avatar es una encarnación terrestre de un dios. Nosotros, vulgares internautas, no pretenderemos tanto de la pequeña imagen cuadrangular del perfil, por cierto. Pero no nos conformaremos tampoco.

La decisión es crucial, ya que ese pequeño cuadrado simbolizará condensadamente lo que somos, lo que pensamos, qué es lo que deseamos y de qué ánimo nos encontramos. Es menester entender que en internet y demás tecnología de comunicación actuales el avatar es esa representación gráfica que se asocia a un usuario y lo identifica.

Podrá escogerse una fotografía o un dibujo artístico de cualquier tipo. Lo que no debe hacerse es descuidar la selección de ese archivo que vamos a cargar e irá a oficiar de sello distintivo de nuestra singularidad virtual.

Frente a este dilema digital, los hombres deberemos tener presente lo que paradojalmente siempre tenemos en mente: “Todo lo que hacemos es para conquistar una mujer”. No necesariamente ello significará que estemos en pie de guerra rastreando atolondradamente una dama; la maniobra es sutil y también debe tomarse como un entrenamiento. Aún cuando un hombre se halle en pareja, no perderá perder ese instinto predador, la pauta hereditaria de comportamiento, el mandato genético.

En términos de elegir un avatar, existen tres caminos elementales y a partir de ellos se abre el variopinto abanico de alternativas:

a) Los divertidos: Al elegir la imagen podemos seleccionar una foto personal en primer plano con una inmensa sonrisa estampada en el rostro, aunque también servirá una sugestiva ilustración de las cejas y bigote de Groucho Marx.

La chispa, el tener una personalidad animada y hasta tener el “toque” gracioso, puede ser el transmisor ideal para lograr la permeabilidad del interlocutor, fundamentalmente del sexo femenino. El mayor celo habrá que ponerlo para que la expresión transmita alegría o ironía tal vez, nunca idiotez.

b) Los reflexivos: Si nos interesa mostrarnos sabios e inteligentes, bastará con una foto blanco y negro (le da un aire sofisticado) y un encuadre en el que el mentón se apoye sobre el puño cerrado. No falla. Un libro visto desde cualquier ángulo indicará intelectualidad y alguna referencia al ajedrez funcionará tanto como estampar allí una rareza artística. No a la grosería, sí al misterio parece ser la consigna.

No debe caerse en la tentación, por ejemplo, de colocar la fórmula de Albert Einstein que expresa la equivalencia entre la energía y la masa (muy trillado y excesivamente nerd). Habría que recordar que para muchas damas, esto no hay que perderlo de vista, la inteligencia es sinónimo de belleza, así que invertir tiempo en un avatar que la evidencie no será en vano y pagará con creces.

c) Los neutros: Los que no saben bien qué poner en el área (para no dejar la silueta celeste que por default exhibe Facebook y el huevo de dudoso gusto de Twitter) optan por la neutralidad imaginativa porque así creen que impedirán el desacierto, un yerro. Puede ser un lugar seguro pero desde luego no contribuirán con promover una minúscula cuota de éxito a través del pequeño avatar. La “nada” más bien sembrará indiferencia.

La neutralidad podrá ser bien vista entre naciones en conflicto, pero a los fines de una conquista virtual, será inútil para atraer la primera atención. Es conocida la frase que dice que quién golpea primero golpea dos veces y está archisabido que la primera impresión es la que manda. No hay nada mejor para garantizar la inexpresividad de lo insulso, que colocar en el espacio, la foto de la licencia para conducir. No hay dudas de que no nos conducirá a ninguna parte.

En medio de estos tres parámetros clásicos, se abre una zona de infinitas posibilidades, liberadas a la creatividad del usuario y su temeridad. Nunca hemos de olvidar y la elección del avatar es un caso que ellas nos preferirán divertidos e inteligentes. No deberíamos defraudarlas.

¿Cómo es tu avatar en redes sociales? ¿Cómo fue que lo elegiste? Participa.

@sebas4nier

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