Mitos sexuales masculinos (parte 1)

"El hombre siempre quiere y está dispuesto a tener una relación sexual”, ¿mito o realidad? / Foto: iStockphoto
"El hombre siempre quiere y está dispuesto a tener una relación sexual”, ¿mito o realidad? / Foto: iStockphoto



La sexualidad masculina está tan influida por una serie de mitos, modelos culturales, errores o falta de información, que hacen que una de las actividades más placenteras del hombre se vea perturbada, pues la transforman en un trabajo más.


Mito 1: "El hombre no debe expresar sentimientos."

Desde niños nos han inculcado que un hombre no llora. Al macho se le permiten muy pocas emociones: la agresividad, la competitividad, el enojo. Cuando crecemos, se agrega el deseo sexual. Debilidad, confusión, miedos, vulnerabilidad, ternura, compasión y sensualidad están permitidos solo a las niñas y mujeres.


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Mito 2: "En el sexo, como en cualquier otra actividad, el rendimiento es lo que vale."

Esto significa poder cumplir un objetivo y, cuantas más veces, mejor. Este objetivo es en general la penetración y el orgasmo, desconociendo la importancia de juegos, caricias, besos, variaciones en la posición. De este modo se transforma al sexo en trabajo, como una obligación más de las tantas que presenta el diario vivir.


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Mito 3: "El hombre se debe encargar de dirigir y orquestar el sexo."

Los hombres aprendieron que el sexo es responsabilidad de ellos y que tienen que hacer todo: iniciarlo, excitar a su compañera y excitarse, decidir qué manera y qué posiciones deben adoptarse, lograr que la pareja tenga por lo menos un orgasmo y lograr, además, el propio orgasmo. Este mito proviene de dos viejas ideas sobre la naturaleza de la masculinidad:

a) Ser un hombre significa ser el líder y el activo.

b) Un verdadero hombre necesita poco o nada de una mujer, tanto en términos de información como de estimulación.

La mayoría de los varones suponen que no necesitan nada especial para estar excitados y obtener una buena erección. Más aún: suponen que ellos solos deben producir su propia excitación, que deben llegar a una situación sexual ya excitados y erectos. Solo las mujeres necesitan atención especial para lograr “ponerse a punto”. Se sienten responsables de que ella tenga un orgasmo y culpables si no lo tiene. Buscan información en múltiples fuentes de cuál es la mejor manera de hacer gozar a su pareja pero no se atreven a preguntárselo a ella, pues sería admitir una ignorancia que pondría en duda su hombría. Desconocen que la actividad sexual con una compañera debe ser algo compartido con ella.


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Mito 4: “El hombre siempre quiere y está dispuesto a tener una relación sexual”.

Aún hoy, casi todos los hombres piensan: "Yo puedo con todas las mujeres que quiero, y si no puedo es porque soy un débil". Cumplir con este mandato suele llevarlos a no poder elegir y no poder decir que no; es como estar obligados a "poder con todas".


El conocimiento de la realidad y la información clara, pueden ayudar a vivir muchos momentos agradables, a mejorar una relación de pareja alterada o a evitar el comienzo de una disfunción sexual.

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Diana M. Resnicoff es licenciada en psicología y sexóloga clínica.