Probador virtual

No voy a negar que alguna vez, por pereza o apuro, he comprado una prenda de vestir sin probar cómo me queda. Pero ha sido una excepción. Es que no lo disfruto igual. Entrar al vestidor de un negocio de ropa es algo lúdico, especialmente para las mujeres. Una elige ese nuevo objeto de deseo que está en el perchero, y se para ante el espejo lista para imaginarse luciéndolo en esa ocasión especial para el que fue pensado. Le agrega accesorios, lo sube a tacones… Y, si es necesario, pide otro talle, otra blusa para combinar con el pantalón.

A la mayoría nos encanta probarnos la ropa - Thinkstockphotos
A la mayoría nos encanta probarnos la ropa - Thinkstockphotos

Es cierto que tampoco entonces todo es color de rosa: muchas veces, por ejemplo, el talle no nos va, y nos recuerda que tenemos pendiente una semana (o más) de dieta. O tomamos conciencia de que ya no tenemos edad para ponernos una minifalda. Pero no importa, por cruel que sea la verdad que nos muestra, el cambiador de una tienda es uno de los lugares más íntimos y auténticos de los que disponemos las mujeres que no compramos bajo la influencia aduladora de las vendedoras.

¿Pueden creer que ya alguien pensó en anular ese espacio? Y yo que todavía me estoy quejando porque perdieron las sillas donde apoyar la ropa propia...

En el centro comercial "Tokyu Plaza Omotesando Harajuku", un parque temático de la moda de siete pisos que acaba de abrirse en Tokio, la tienda Humor Shop by A-net Inc estrenó su propio probador virtual. Un espejo común y silvestre conectado a una tableta gráfica a través de la que se eligen las opciones a probar mediante un programa específico, para luego ser arrastradas hasta el espejo, permitiéndole al cliente comprobar, virtualmente, cómo le queda. Como si fuera poco las prendas tienen movilidad: uno se agacha, levanta los brazos, y la ropa lo acompaña. O al menos eso dicen.

Y lo peor es que ninguna parte del proceso se da detrás de una cortina o puerta. Uno debe compartir ese instante con otras personas que, aunque no lo digan, estarán aprobando o vetando nuestra elección. ¡No hay derecho! Además, ¿cómo comprobarás si el calce del pantalón es el buscado? Dudo que esta nueva tecnología logre amoldarse a todas las curvas de la geografía femenina

Me imagino dentro de un par de décadas, ya entrada en años, comprando ropa, nostálgica, en aquellos locales que conserven cambiadores a la vieja usanza. Y a mis nietas suspirando: "Ay abuela… qué manera de perder el tiempo". ¿No era eso parte del atractivo?

¿Disfrutas probándote ropa? ¿Te imaginas usando el probador virtual?

También te puede interesar leer:
El inoxidable vestidito negro
¿Qué revela tu guardarropa?
Ser "cool"