Los ingredientes para encontrar pareja

¿Existe una receta para encontrar el amor? / Foto: Thinkstock
¿Existe una receta para encontrar el amor? / Foto: Thinkstock

La cocina es una de esas áreas en las que es más fácil poner en uso la creatividad, y si no, preguntémosle a cualquier soltero o soltera respetable. Al vivir completamente solo, uno aprende a arreglárselas por sí mismo, se adapta y encuentra pequeñas formas y trucos de hacerse la vida mejor.

A veces hay que improvisar y producir un menú con aquello que tenemos a la mano en el refrigerador y las alacenas. Un menú que ante la necesidad y, por supuesto, el hambre, está compuesto de invenciones increíbles, que, no solo nos hacen sentir orgullosos, sino también saben deliciosas. Claro que preferiríamos la seguridad y el calor de una receta, de esas instrucciones sabias que nos prometen sabores y experiencias únicas a cambio de que seamos disciplinados y las sigamos al pie de la letra.

Pero ante la falta de ingredientes, algunos electrodomésticos o, incluso de cierta técnica, nuestra creatividad e ingenio son lo único que nos queda, porque definitivamente vamos a encontrar una forma de alimentarnos y nos aseguraremos que ésta sea lo más satisfactoria posible.

Si para alimentarnos tenemos un poder de decisión tan claro como contundente, ¿por qué para el amor llegamos a carecer totalmente de él? La soledad, en este caso, parece nublar por completo nuestro juicio y la habilidad para relacionarnos. Nos ahogamos con facilidad, y le dedicamos más tiempo a pensar que estamos solos que en salir a buscar compañía. De acuerdo, el amor no es una necesidad básica como lo es comer, dormir o ir al baño, pero solo porque no queremos que lo sea.

Pareciera que para encontrar pareja la gente en efecto tuviera una predilección por seguir recetas y fórmulas, sin importarle lo absurdas que puedan a llega a ser. Acuden con la comadre, la abuela, amigos y hasta chamanes a que les digan qué hacer y qué no hacer. Usan perfumes y gel en la cabeza, voltean santos, toman tés, se ponen tacones y se quitan los anteojos, perdiendo la capacidad de ver y de pensar con claridad.

Llegué a la conclusión de que la mejor forma de encontrar el amor es hacer exactamente lo mismo que cuando no tenemos los elementos suficientes para preparar un platillo en la cocina: improvisar. Ya sea que salgamos a comer algo al puesto de la esquina o creamos otra cosa con lo que sí tenemos. Es romper el paradigma bajo el que estamos actuando. Es dejar atrás las reglas y fundamentos que en algún momento aprendimos y que tenemos miedo de quebrantar. Así es como se combinan los sabores, mismos que nunca se pensó que pudieran combinarse —como el del chile con el chocolate—, y se crean nuevos platos en la gastronomía.

En términos prácticos y menos analógicos, el secreto para descubrir algo nuevo en el amor es tratar de hacer lo contrario a lo que se suele hacer. Si se acostumbra conocer nuevas personas en los mismos lugares, como la escuela o el trabajo, hay que encontrar nuevos sitios, inscribirse a un gimnasio o irse a leer a una cafetería. Si se tiene un modelo muy definido del tipo de persona que nos gusta y las que no nos gustan, entonces hay que darle una oportunidad a alguien diferente, que quiebre por completo el molde.

Esta lista de ejemplos puede ser algo larga, pero la idea es sencilla, no se puede obtener algo nuevo si siempre se hace lo mismo. Así que la próxima vez que se tenga hambre —hambre de amor—, la mejor receta es romper la receta.

Twitter: @anjonava

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