Elegir ser ama de casa, ¿antifemenista?

Mónica comenzó a estudiar ingeniería electrónica, y en su momento era la única mujer en su generación (todo un orgullo para las mujeres, ¿o no?). Siempre me llamó la atención que hubiese elegido esa carrera porque era, y es, como una muñeca: inocente, siempre muy bien arreglada, delicada… Sí, un opuesto al típico estereotipo de que las mujeres de ciencia y cables y con algo de cerebro no son precisamente bonitas…

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El caso es que, mientras cursaba el sexto de ocho semestres de su carrera, me anunció que se casaba y que había decidido abandonar la universidad para dedicarse a su casa. Ella prefería ser "mujer florero" en ese momento, que terminar una carrera. Le aplaudí.

A los pocos días mis amigas me tacharon de antifeminista, al igual que a Mónica, porque estábamos aceptando y promoviendo la "represión de las mujeres a las tareas domésticas", volver al yugo impuesto por una sociedad donde se aceptaba la jerarquía de géneros, y no dudaron en juzgar a Mónica como una "tonta" e "interesada", además de un pésimo ejemplo para el mundo. ¿Perdón?

Al día de hoy sigo insistiendo que el resto de mis amigas no conocían a Mónica como la conocía yo, y sigo convencida de que los juicios emitidos entonces no eran, ni son, correctos.

El feminismo es un movimiento que nació para reivindicar los derechos de igualdad de las mujeres como seres humanos, es la creencia por la igualdad de géneros y destruyendo la jerarquización de éstos como constructo de la sociedad. Tantos movimientos, luchas, brassiers quemados, han dado como resultado que las mujeres tengamos derecho a tener opciones, y Mónica había elegido una de ellas.

Así como hay hombres que deciden no estudiar una carrera y dedicarse a trabajar, componer, estudiar toda su vida o (y cada vez hay más) que deciden dedicarse al hogar, Mónica siempre quiso ser ama de casa, tener una familia y dedicarse a ella. ¡Qué mejor que ser la mejor ama de casa si tienes la oportunidad de hacerlo y te hace completamente feliz!

No te creas que me fue muy fácil llegar a aceptar la decisión de Mónica, y de muchas otras mujeres en la misma situación, como algo positivo, sobre todo porque siempre creí que toda mujer debería de saber lo que es ser independiente, valerse por sí misma y reconocerse como capaz de enfrentarse al mundo, y de otras personas; y que teniendo la oportunidad de hacerlo, ¿por qué no lo hacían?

Lo cierto es que cada persona aprende de sus propias experiencias, y aprende a enfrentarse al mundo a su propio modo, y el hecho de elegir no estudiar para ser ama de casa es una elección tan válida como cualquier otra, eso sí por los motivos correctos, y creo que es aquí donde recae la diferencia.

Mónica no estudiaba una carrera con el fin último de encontrar marido; estudiaba porque le interesaba y veía como posibilidad el dedicarse a ese ramo laboral. Sin embargo en su vida se le presentó una oportunidad, lo pensó bien, y decidió que era lo que la haría más feliz.

¿Qué tiene eso de anti-feminista? ¿No es una opción válida como cualquier otra? ¿Qué tal si al final de su carrera, habiendo obtenido su título, haber ejercido, se hubiese casado y elegido igualmente ser mamá de tiempo completo? ¿Sería vista con otros ojos entonces?
Yo me uno a la causa de la felicidad, y si lo que haces, decides, o dejas de hacer te hace feliz y te identifica contigo mismo seas mujer, niño, hombre, viejo, o niña está bien, y no tiene que ver con feminismos, machismos u otros "ismos".

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