Mamá, papá: Si me caso no será de blanco

Mi abuela materna se casó allá por 1951 y fue la primera mujer de su aldea en hacerlo de blanco. Ella vivía en una zona rural al norte de España donde, de aquella, los matrimonios se celebraban a primera hora de la mañana (para que los novios, pudiesen tomar el primer autobús a la ciudad más cercana y disfrutar su luna de miel) y las mujeres se casaban de negro o con su ropa de diario.

Sí, era una aldea, como tantas en aquellos años, plagada por el hambre, pero donde lo más importante no era el vestido blanco de las novias ni el frac de los novios, sino el hecho de que decidían casarse.

Hoy en día el vestido parece ser es el tema central para la novia. He visto cómo les quita el sueño, se someten a rigurosas dietas para "caber" en él y lucir espléndidas, y tiran la casa por la ventana para conseguir EL vestido que usarán solo un día de su vida. Es válido sentirse como princesa en un día especial… Pero para mí, y no es sorpresa tras el título de este blog, el vestido de mi boda (si me caso) no será blanco.

Eligiendo vestido de novia - iStockphoto
Eligiendo vestido de novia - iStockphoto

Para empezar soy más blanca que la leche (ni poniéndome bajo el sol diario, o bajo camas solares he cambiado de color), y vestida de blanco parezco una alucinación, o como algunos de mis amigos han destacado, como Emily (personaje de la película "El cadáver de la novia" de Tim Burton).

Por otro lado, y haciendo alusión a quien hable de "tradiciones", las novias comenzaron a casarse de blanco después de que la Reina Victoria de Inglaterra lo hiciera para su boda en 1840, y así como hoy la realeza sigue marcando tendencias, ella marcó un cánon que se mantiene hasta hoy. Pero, por si no lo sabías: en Roma, las novias se casaban con sus túnicas blancas de diario, pero su velo era color morado; en la Edad Media las novias (sobre todo de la realeza) usaban vestidos rojos con decoraciones doradas y; en el Renacimiento el color no era importante, pero sí que los bordados fueran de piedras preciosas, perlas y diamantes. No puedo dejar de mencionar a las novias de China, India, Medio Oriente: sus atuendos tradicionales son multicolor.

Si no fuera por la Reina Victoria, hoy no justificaríamos el color blanco del vestido de novia como representación de su "pureza, inocencia, virginidad, gloria o inmortalidad".
No, no soy una contreras, ni quiero que el resto de las mujeres del mundo deje de casarse de blanco. Pero yo sí quiero casarme (si me caso) con un vestido que me guste, con el que me identifique, y con el que me sienta cómoda (porque, seamos sinceros, ni inocente ni pura, ni vestidos ni tacones): creo que elegiría uno color verde.

Novia hindú - iStockphoto
Novia hindú - iStockphoto

Además, soy enemiga acérrima de la idea de que una boda es la fiesta de la novia, ¿o a cuántas bodas has asistido donde no sean ellas el centro de atención? Me aferro a que lo importante será cuando Daniel (así se llama el "candidato" más fiel de mi vida) y yo decidamos firmar y celebrarlo, pero porque los dos seremos protagonistas del mismo enlace.

Mi abuela fue criada en una casa de casi puras mujeres, hija de madre soltera, y la primera en su mundo en casarse de blanco. Más que valiente, ella sabía que lo que dijeran los demás no importaba y finalmente se casó con quien quiso, aún cuando era un matrimonio "prohibido".

Marcó un parte aguas, así como la Reina Victoria, atreviéndose a casarse de otro color, y marcar una tradición.

Yo también quiero comenzar mi propia tradición. Una con la que me identifique.

¿Te casarías de otro color que no fuera blanco?

@travesabarros