Los chicos y la televisión

Por Silvia Figiacone

La televisión es parte del entorno hogareño desde hace años y es posible que hoy en día sean pocos los hogares que no cuenten con una. Nuestros chicos nacen en un mundo en el que la televisión es protagonista y participan de ella desde sus primeros días. La televisión suele ser citada por muchas personas como la fuente de información acerca del mundo que más consultan o buscan (Gunter & McAleer, 1998). La televisión no es mala en sí misma, como cualquier otra herramienta que los seres humanos hemos producido, su valor radica en el uso que le damos y no en su naturaleza. Es una herramienta más pero su uso puede tener significativo impacto sobre el desarrollo de los chicos.

Vigila qué ven tus hijos en la televisión - Thinkstockphotos
Vigila qué ven tus hijos en la televisión - Thinkstockphotos

Existen programas especialmente pensados para chicos creados con la intención de ser puntualmente educativos y formativos, muchos otros con la mera intención de entretener y vender. ¿Todo lo que un chico mira en televisión puede ser nocivo para él?, ¿Qué es particularmente nocivo para un chico?, ¿A qué edad puede un chico manejarse de manera independiente frente a la TV?. Estas y otras son preguntas frecuentes que rondan en la cabeza de muchos padres al momento de permitir a sus hijos sentarse frente al televisor. Muchos otros padres no se lo preguntan y consideran al televisor un excelente regalo de cumpleaños, aún en edades tempranas, facilitando así que la relación niño/TV no pueda ser monitoreada por ellos, responsables primeros y últimos de lo que sus hijos consumen.

La televisión no es en sí misma peligrosa, pero su contenido puede serlo. En su libro "Las Neuronas Espejo", Marco Iacoboni cuenta que, "en la primavera de 2002, una alumna de 14 años de edad que asistía a una escuela católica privada de Francia, fue torturada por dos compañeras que la consideraban "demasiado bonita". El cuchillo que usaron se parecía al utilizado en la película Vigila quién llama (Scream). Al parecer, la mayor de las torturadoras había visto el largometraje hacía poco."(pp 199). Sin duda no pretende Marco Iacoboni decirnos que la televisión promoverá una serie de ataques de adolescentes a sus pares inspirados en series y películas de terror, pero si plantear la reflexión siguiente: los chicos pueden creer que todo lo que la TV muestra es verdadero, bueno, tolerable, justo o posible. Hasta el momento en que nuestros hijos tienen capacidad para discernir por si mismos si un contenido ofrecido en la TV es bueno para ellos y por qué, la supervisión parental de lo que los chicos miran es indispensable. Continúa Iacoboni, "los resultados de los experimentos controlados con niños en ámbitos de laboratorio no podrían ser más claros e inequívocos: la exposición a la violencia en los medios tiene un fuerte efecto sobre la violencia imitativa" (pp 201).

Marco Iacoboni es un neurocientífico de UCLA que ha trabajado en la documentación de la presencia de neuronas en espejo en seres humanos. Las neuronas en espejo son fundamentales para la conducta imitativa, la empatía y el aprendizaje, y son células cerebrales que asocian la acción ajena con su intención y permiten, por simulación de la acción en el propio cerebro, comprender la conducta ajena.

¿Qué tiene que ver la Neurociencia y las neuronas en espejo con la televisión y el tiempo de exposición a la TV que tienen nuestros hijos? Mucho. Los seres humanos aprendemos a comportarnos desde que nacemos por imitación de nuestros modelos humanos inmediatos, porque contamos con esos dispositivos en espejo que nos permiten, solo con ver, aprender a hacer y sentir. Así, mirar televisión supone ser modelado de manera permanente por aquello que miramos. Por eso en muchos países desarrollados, el contenido al que los niños están expuestos en TV es pautado, regulado y orientado en función de su salud y promoción de sano desarrollo. Iacoboni continúa, "el efecto de la violencia en los medios sobre la violencia imitativa se observa en niños desde la edad preescolar hasta la adolescencia, tanto en varones como en mujeres, en niños naturalmente agresivos y no agresivos y en diferentes razas. Los resultados son muy convincentes." (pp 201). Hasta que se tiene plena conciencia de sí, del valor del propio comportamiento y de las consecuencias de las acciones, la TV puede ser modelo de comportamientos indeseados. Y se tiene conciencia plena de sí, del valor del propio comportamiento y de las consecuencias de las acciones cuando se llega a la adultez. Los niños y adolescentes son muy vulnerables al modelado de la TV y consideran, si no tienen pauta parental cercana y adecuada, que aquello que se ve en la TV es plausible de ser llevado adelante (con mayor o menor conciencia de ello). Y la frase "no intentes esto en casa" no alcanza para impedir que el efecto espejo llegue a nuestras neuronas.

La paternidad responsable exige el control parental del televisor. Algunas ideas para orientar el uso y no abuso de la caja boba en casa:

- Los chicos pueden ver TV desde pequeños, pero es importante que vean programas especialmente diseñados o pensados para ellos y es también radical alejarlos de contenidos televisivos que pueden ser violentos, ambiguos, atemorizantes o que supongan información que no manejan por la edad que tienen (como los programas con contenidos eróticos que suelen verse en el prime time televisivo por ejemplo).

- Desde pequeños, tienen que tener conciencia que pueden ver en televisión aquello que sus padres permiten en el tiempo que sus padres disponen para ello.

- Dada la fuerza que tiene el modelado para el comportamiento humano, es aconsejable que los adultos vean programas para adultos fuera del alcance de los niños. Alcanza con escuchar para ser modelado por el contenido de un programa de televisión

- Muchos programas vendidos por canales de TV como infantiles están cargados de violencia, peleas y escenas que pueden asustar a los niños pequeños. No son aconsejables para el sano desarrollo

- Los programas que modelan buenos hábitos son programas sugeridos para niños.

- En la adolescencia, es necesario cuidar y seguir de cerca el contenido de novelas y series que los chicos ven y que pueden facilitar el acceso a información para la que el chico no está preparado o generar en el adolescente que ciertos hábitos que no son recomendables (como el consumo de tabaco, alcohol o marihuana por ejemplo) son cool o esperados en chicos de su edad.

- Tener TV en la habitación, no es recomendable hasta pasada la adolescencia. Es una insana costumbre que ha llegado a muchos hogares y de la que los padres no toman conciencia muchas veces. Facilita la atención sobre contenidos no recomendables para la edad y disminuye las horas de sueño.

- No dejar la televisión prendida durante momentos de reunión familiar (comidas especialmente), ello disminuye la comunicación entre miembros de la familia y enseña, implícitamente, que la TV tiene más para decir que los propios adultos de la casa.

Iacoboni afirma que los chicos que miran más violencia en la TV tienden a ser más violentos que otros. De la misma manera, aquellos expuestos a contenidos más sanos, evidencian posiblemente un espectro de comportamientos más sanos también. El cuidado de lo que nuestros hijos miran en la TV es otra más de nuestras responsabilidades. Apagar la televisión parece ser una sana opción muchas veces, cada día.

Fuentes:
Barrie Gunter & Jill Mc Aleer, (1998), Children and Television, Routledge.
Marco Iacoboni, (2009), Las neuronas espejo, Katz Editores

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