Cómo lidiar con las tareas escolares

Por Silvia Figiacone

Es un clásico, muchas madres comentan lo difícil que es para ellas conseguir que sus hijos hagan sus tareas escolares en paz y con independencia. Las tareas escolares siempre han sido una de las estrategias que el colegio tiene para colaborar con la fijación de aprendizajes académicos.

Las tareas no tienen que ser un agobio diario - Thinkstockphotos
Las tareas no tienen que ser un agobio diario - Thinkstockphotos

A pesar del nombre "tarea para el hogar", "homework" en Inglés, las tareas escolares son actividades que se llevan adelante en más de un espacio y los chicos tienen que aprender, desde pequeños, a relacionar aquellas que se resuelven en casa con las actividades que sostienen en el colegio. Cooper (1989) las definía como actividades que los maestros otorgan para ser completadas fuera del tiempo puntual de la clase".

Existe además cierta idea de que, en los últimos años, las tareas escolares han aumentado notablemente y que los chicos tienen cada vez menos tiempo para jugar, siendo ello algo que preocupa a los padres y los hace vulnerables a considerar las tareas como inútiles de manera explícita. "Cuánta tarea te dieron! No te dejan jugar" , "Qué piensa la maestra, que tienes todo el tiempo del mundo para hacer cosas en casa después de pasar ocho horas en la escuela?". "¿No te parece que les dan mucha tarea pobrecitos? Yo le dije que no la haga ayer porque estaba cansado". Frases como estas son relatadas en la consulta por padres de niños en edad escolar, y escuchadas en la puerta de las escuelas cotidianamente. Sin embargo, es necesario que los padres reflexionemos un poco más acerca de la función que la tarea cumple en la vida académica de nuestros hijos. En un artículo firmado por Merith Cosden, de la Universidad de California, se señala que las tareas escolares son útiles para reforzar aprendizajes académicos, crear hábitos y rutinas de trabajo autónomo y responsable, y facilitar el acceso por parte de los padres a información relativa a la currícula y la vida que sus hijos llevan en el marco de la escuela.

Las tareas escolares son responsabilidad de los chicos y es posible considerarlas (así como la actividad escolar en su conjunto) como equiparable al trabajo en la vida adulta: el espacio en el que, cotidianamente, aprendemos a resolver problemas, interactuar con pares, generar nuevos productos y adaptarnos a nuestro entorno. Ir a la escuela y sostener de manera autónoma la actividad en sus espacios es signo de salud, desarrollo, así como también promesa de buen rendimiento futuro. Las escuelas otorgan tarea a los niños de acuerdo a su edad, al trabajo realizado en clase, a la curricula, su nivel de exigencia, y las expectativas que cada escuela tiene para su alumno promedio.

Los padres somos, desde casa, auxiliares de la tarea de la escuela en ese punto así como la escuela nos auxilia con otras tareas que son primariamente nuestra responsabilidad (como la formación en valores por ejemplo). Acompañar a nuestros hijos en el desarrollo de hábitos de responsabilidad es una exigencia de la paternidad y una de sus tareas más relevantes. Ayudarlos a hacer la tarea escolar o a sostener un hábito sano respecto de ella una de las estrategias válidas para conseguirlo.

¿Cómo lograr modelar responsabilidad para que los chicos se dispongan voluntaria y pacíficamente a hacer la tarea?

Desde pequeños, es importante que los adultos modelemos (esto es actuemos de manera explícita para mostrar comportamientos adecuados a nuestros hijos) conductas productivas en relación a la escuela. Con solo mirar el cuaderno de nuestro hijo con dedicación y comentarlo con él, la adherencia del chico a la actividad del cuaderno aumentará notablemente. Decir expresamente "¡Hijo! Hay tarea en el cuaderno. Vamos a hacerla juntos", los primeros años cuando la actividad escolar en su conjunto todavía resulta atractiva para el chico que está aprendiendo a escribir, posibilitará después decir "Siéntate, empieza y llámame si necesitas, estoy acá haciendo…". Es importante que, desde los primeros cursos, orientemos la noción de que la tarea es una responsabilidad y los chicos son sus protagonistas.

Algunos tips básicos para evitar el conflicto con las tareas escolares:

- Nunca digas expresamente que las tareas son excesivas o pueden ser postergadas como si no fueran importantes.

- Antes de decirle a tu hijo que se siente a hacer la tarea pedí su cuaderno y elogia su trabajo en clase. Dile que estás orgullosa de lo que está haciendo. Y, después de mirarlo juntos, pídele que se siente a hacer los deberes.

- Nunca desprecies la actividad escolar que tu hijo trae a casa, cuando él tome la iniciativa, elógialo por su responsabilidad y dile que te sientes orgullosa de él.

- Ayúdalo gradualmente a ser más independiente con sus tareas. Primero siéntate con él para ayudarlo a organizarse y responder. Después oriéntalo en la lectura de consignas y por último, y paulatinamente, aléjate para que trabaje solo de a poco.

- Si tu hijo rechaza las tareas y desafía tu pedido o demanda, no le impongas penitencias relacionadas con su vida social. "Si no haces la tarea el viernes no vas a la casa de…" Por el contrario, dile primero que, si hace la tarea sin protestar, estarás feliz de llevarlo a casa de … el viernes, o, tendrá su postre preferido para la cena o cualquier otra pequeña recompensa que sea atractiva para él.

- Antes de considerar y expresar clara y explícitamente que las tareas escolares te parecen muchas, exageradas o inútiles, siéntate a mirar el cuaderno de tu hijo, esa será una buena muestra de todo lo que tu hijo puede hacer en un rato. Generalmente la tarea que se les asigna para hacer en casa es menor a lo que producen ellos en el colegio en un tiempo similar.

La tarea es una de las estrategias que la escuela tiene para estimular el desarrollo de todo tipo de habilidades. Es un puente entre tu hijo y sus aprendizajes. Los padres somos quienes modelamos su importancia en casa. Y aquello que digamos/expresemos acerca de las tareas, orientará las creencias que nuestros hijos tengan sobre ellas. Es nuestra responsabilidad que ellos cumplan con la suya.

Fuentes:
Cooper, H. (1989). Homework. White Plains, NY: Longman
Cosden M, Morrison G, Albanese AL, & Macias S. (2001). When homework is not Home Work: after school programs for homework assistance. Educational Psychologist, 36(3), 211 — 221.

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