El sádico que todos llevamos dentro

Hay quienes disfrutan ejerciendo la violencia / Ilustración: Thinkstock
Hay quienes disfrutan ejerciendo la violencia / Ilustración: Thinkstock

Por: Mariano Ferreyra

Cuando uno piensa en un sádico, se imagina al Marqués de Sade, a Hannibal Lecter, a algún general nazi..., pero lo cierto es que no hace falta irse hasta los extremos de los trastornos de la personalidad: todos somos, en alguna medida, un poco sádicos.

[Relacionado: Caderas grandes, ¿mujeres más sanas?]

¿Acaso no disfrutas cuando el malo de la película, finalmente, es asesinado? ¿Nunca has jugado a algún videojuego que haya que matar criaturas o derribar naves? ¿No te has sonreído maliciosamente de alguien ingenuo o ignorante? Incluso niños que ni siquiera han entrado en la adolescencia son sádicos al cometer bullying en la escuela.

Jan Hoffman, nominada el premio Pulitzer, especialista en adolescencia, asegura en un artículo publicado en el periódico The New York Times, titulado “‘Everyday Sadist’s Among Us”, que hay personas, a quienes llama “sádicos de todos los días”, que disfrutan infligir dolor a otros, al menos en forma moderada, directa o indirectamente. Explica que están entre nosotros y que, si reflexionamos con honestidad, quizás nosotros seamos uno de ellos.

Para hablar al respecto, destruir algunos mitos y acabar con los prejuicios, Yahoo Mujer entrevistó a la doctora Wendy L. Patrick, escritora, profesora universitaria y fiscal con más de 20 años de experiencia en la División de Delitos Sexuales de San Diego, California, especializada en casos de trata de personas, abuso de menores y depredadores sexuales violentos.

La especialista, como primer punto, aclara:

“Como experimentada fiscal de crímenes sexuales, frecuentemente me relaciono con sádicos. Permíteme comenzar diciendo que la mayoría de la gente no es sádica. Todo el mundo se porta mal a veces. Pero el sadismo requiere mucho más. Así que, ¿cuánto tiene en común la gente ‘normal’ con aquellos que sufren de sadismo como un trastorno mental? Por mucho que algunas personas se preocupen, la respuesta es, por lo general, muy poco”.

Patrick explica, sin embargo, que existen matices:

“Todos compartimos un poco de morbo. Ni siquiera lo llamaría sadismo. Como todo en la vida, es una cuestión de niveles. Hay un rango muy amplio desde el morbo que genera el matar a un insecto hasta ser diagnosticado con Trastorno de Sadismo Sexual (SSD, por sus siglas en inglés). Para ser diagnosticado con SSD, es preciso que la persona tenga pensamientos sádicos y excitación sexual a partir del sufrimiento ajeno por un período de al menos 6 meses”.

Para terminar de redondear su concepto, la especialista explica que una diferencia importante entre una persona enferma y otra que, simplemente, es mínimamente sádica, es el arrepentimiento. Según Patrick, un enfermo de SSD jamás siente remordimientos. En cambio, alguien que se regocijó con el ruido crujiente de una cucaracha estallando debajo de su pie puede sentir un resquemor.

[Galería: Las fobias más comunes]

¿Mal comportamiento o patología?, la diferencia es el arrepentimiento / Foto: Thinkstock
¿Mal comportamiento o patología?, la diferencia es el arrepentimiento / Foto: Thinkstock

¿Hay que preocuparse, entonces, si uno tiene tendencias sádicas (o, peor aún, si nuestra pareja las tiene)? Para responder a esta pregunta, Yahoo Mujer entrevistó al doctor Reza Mohammad, miembro de la Junta Americana de Psiquiatría y Neurología y de la Junta Americana de Medicina y Adicciones. Es también fundador del centro Inspire Malibu Treatment Center, dedicado a tratar a personas con problemas psicológicos asociados a las adicciones.

[Relacionado: Cibercondría]

Mohammad explica que si bien no es normal disfrutar con el sufrimiento ajeno, por más de que se trate de una mala persona o de un animal, todos lo experimentamos en cierta medida. Y aclara:

“El sadismo, como enfermedad, es generalmente progresivo, empezando desde la juventud. Al principio puede manifestarse como cualquier otro morbo. Si una persona no lo descubre ni se somete a un tratamiento efectivo este trastorno puede destruirle la vida y cualquier atisbo de relaciones humanas”.

La gran pregunta que muchos nos hacemos entonces es, cómo detectar en qué momento ese “sadismo de todos los días” se convierte en una patología. Mohammad lo explica así:

“Cuando el comportamiento de una persona sádica comienza a interferir en sus relaciones interpersonales o en su carrera profesional o, por supuesto, empieza a tener problemas legales, se considera que está trastornado”.

Al pensar en ese sadismo sutil, delicado, mínimo, que experimentamos cotidianamente, descubro que todo radica en el placer del momento. Ese sadismo es, quizás, una forma de disfrutar sintiéndonos malas personas por un instante. Estoy convencido de que los “sádicos de todos los días” somos y siempre seremos, una gran mayoría.

¿Consideras que tienes un costado sádico? ¿Has tenido que lidiar con una persona que, quizás, fuera demasiado sádica? Cuéntanos tu experiencia.

_

Entrevistas a:

Doctora Wendy L. Patrick, fiscal con más de 20 años de experiencia en la División de Delitos Sexuales de San Diego, California, especializada en casos de trata de personas, abuso de menores y depredadores sexuales violentos. Además, es colaborada asidua de las cadenas televisivas más importantes de Estados Unidos, coautora del libro best-seller “Reading People” (Random House, 2008) y profesora de Ética de negocios en la Universidad Estatal de San Diego.

Doctor Reza Mohammad, miembro de la Junta Americana de Psiquiatría y Neurología y de la Junta Americana de Medicina y Adicciones, es también fundador del prestigioso centro Inspire Malibu Treatment Center, dedicado a tratar a personas con problemas psicológicos asociados a las adicciones.

Fuente adicional: The New York Times.