Cómo ir juntos al supermercado sin caer rendidos

Seguramente has escuchado esto: “Mamá, cómprame la cajita de dulces con ese juguete, también quiero ese helado que trae una cucharita de plástico; papá, porqué no llevamos las galletas que traen el coche de carreras dentro; tío, quiero ese muñeco que se estira”. Todos sabemos que ir al supermercado con los chicos es una verdadera batalla, en la que por cansancio muchos adultos terminan por ceder ante su poder sugestivo, que no es más que insistencia, y el carrito se llena de comida chatarra o juguetes que no entraban en el presupuesto.

¿Existe una manera de hacer de la ida al súper un momento agradable? Claro que sí. Y no precisamente se consigue con regaños o alzando la voz. Lo único que necesitas es participación. Esto se logra convirtiendo a nuestros pequeños “monstruitos” en los mejores ayudantes que cualquiera podría tener. Sigue estos 3 consejos:

1. Da objetivos. Lo principal es que, antes de partir, cada niño tenga una misión clara durante la compra. Los chicos mayores pueden estar encargados de todo lo lácteo, incluso pueden fijarse en los nutrientes contenidos, aprendiendo de paso sobre alimentación saludable.

2. Nombra al jefe. Un niño más pequeño puede ser el “jefe” del grupo alimenticio que más le agrade: el del cereal, el de la fruta. De esta forma, nos ayudará, por ejemplo, a elegir las pastas pensando en sus comidas preferidas.

3. Escribe una lista especial. Si hay un bebé en la familia, de seguro que los grandes del grupo estarán más que felices de cuidar que su hermanito más pequeño tenga todo lo necesario. Escriban una lista: apunten desde el paquete de pañales con la medida específica, hasta vigilar la caducidad de los alimentos.

Al final, los niños  estarán tan ocupados con sus rutas y misiones, que no tendrán tiempo para pedir cosas extra o hacer berrinches, ya que su ayuda será básica en una actividad de la que antes eran sólo unos espectadores muy demandantes.

¿Se te ocurre alguna otra forma de hacerlos participar?

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