Los chicos y las mascotas

Son innumerables las familias que eligen convivir con mascotas y, a medida que lo hacen, encuentran numerosas razones para hacerlo así como también numerosas ventajas de la presencia de la mascota en la vida de los chicos.

Sin embargo, tener una mascota implica (otra vez) responsabilidades puntuales y criar hijos en compañía de mascotas, otro tanto.

Los chicos dependen de sus padres para que se les enseñe la manera correcta de sentirse seguros y cómodos con las mascotas propias y ajenas. Necesitan asimismo que se les enseñe a ser cuidadosos y afectuosos con sus mascotas y a alejar la tentación de desplegar con ellos comportamientos crueles o despectivos.

Las mascotas otorgan además oportunidad a los padres de dar pequeños encargos a los chicos que vayan orientándolos en el camino de asumir responsabilidades. Darles de comer, cambiarles el agua, o llevarlos de paseo son tareas que a medida que crecen los chicos pueden llevar adelante. Ello los ayuda a desarrollar el sentido de la responsabilidad y a comprometerse afectivamente con su mascota, algo que las mascotas necesitan.

Qué no hacer y qué debe hacerse:

Barbara Shumannfang, en su libro "Happy kids, happy dogs", otorga algunos consejos acerca de la relación entre los chicos y los perros.

  1. Los perros no son personas, la manera de relacionarse con los perros es diferente a la manera en la que nos relacionamos entre personas y los chicos tienen que aprender eso desde temprano.

  2. Evitar molestar, pinchar, abrazar en exceso, besar en la boca, jugar bruto, subirse a su espalda, tirarle de la cola y otros comportamientos similares enfrente de los chicos. Cada comportamiento que los chicos ven expresar de padres a perros son modelos del modo en el que es posible relacionarse con la mascota en casa. Y no siempre son conductas con garantía de seguridad. Los perros no son personas, responden de manera impredecible (aún las personas responden de maneras imprevistas).

  3. No dejar que los chicos se acerquen al perro cuando come para meter la mano en el plato o molestarlo. Los chicos pueden aprender a alimentar al perro y eso significa también aprender a dejarlo comer tranquilo y en soledad.

  4. Cuando llegan amigos de los chicos, el perro debe llevarse a un espacio de la casa donde esté solo. No es posible predecir que el perro nada hará a los chicos invitados y un simple rasguño puede representar un problema con los padres del amigo de nuestros hijos.

  5. Enseñar a los chicos a sentir empatía por el perro. Los chicos pueden desplegar conductas de maltrato hacia los perros sin gran conciencia de que los están maltratando. Es importante que los padres enseñemos a los chicos a tratar con cariño y respeto al animal que convive con nosotros.

  6. Ayuda a tus hijos a reflexionar acerca de cómo puede sentirse el perro si lo abandonamos o si lo lastimamos para disminuir la posibilidad del mal trato.

Una mascota es una responsabilidad y no siempre es buena idea tenerla solamente porque los chicos la piden. Para los chicos la compañía de las mascotas puede ser muy enriquecedora, siempre y cuando la familia integre a la mascota a su cotidianeidad, la cuide como merece y la acompañe en su desarrollo como lo necesita.

Lynn Buzhardt & Susan Steib sugieren que el momento de elegir qué mascota comprar implica reflexionar desde cuál es la intención y deseo de cada miembro de la familia, hasta el costo económico de sostener la mascota hasta la disponibilidad de tener para con ella los cuidados veterinarios que aseguren la salud de la mascota y sus humanos convivientes.

Como con tantas otras cosas la llegada de una mascota a una casa con chicos es una responsabilidad considerable para los padres que tienen que ser cautelosos y reflexivos al momento de tomar decisiones. Es sin duda una oportunidad de acercarle a los chicos una maravillosa experiencia, pero debe ser encarada con cuidado y dedicación.


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Referencias:

Schumannfang B. (2006) Happy Kids, Happy Dogs. Pets.

Buzhardt LF & Steib SD. (2008). Can we have one? A parent´s guide to raising kids with cats and dogs. LSU Press.

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