Stevia, la alternativa dulce

Recientemente, la stevia ha aparecido en el mercado de forma masiva. Se trata de un endulzante bajo en calorías que presume ser natural porque es extraído de una planta llamada stevia u "hoja dulce" (stevia rebaudiana bertoni). Se vende en polvo, en jarabe, añadido a cereales, mermeladas, salsas, etc., o como suplemento alimenticio para diabéticos. La etiqueta lo presenta como "natural" y "bajo en calorías". Y como todos los productos que asocian estos dos cualidades, despierta mis sospechas. Me explico:

Me parece que los alimentos empacados con esa combinación de leyendas presentan una contradicción. Por un lado, la industria alimentaria actual debe recurrir a decenas de procedimientos para conseguir que la comida pueda ser empacada y consumida de forma segura, esto quiere decir que su vida útil sea suficientemente larga como para soportar los tiempos de distribución, almacenamiento, venta y consumo. En el proceso de industrialización se pierde gran parte de lo que un alimento podía tener de natural, sobre todo cuando se trata de alimentos perecederos. Por otra parte, la leyenda "bajo en calorías" casi siempre quiere decir que tiene edulcorantes añadidos, en su mayoría sintéticos.

Haciendo a un lado mi prejuicio, probé la stevia hace un par de semanas. Lo que puedo decir es que no sabe a azúcar. La sensación es excesivamente dulce y deja un regusto amargo-metálico, igual que los endulzantes artificiales. Para quienes están familiarizados con ese sabor, la diferencia con la stevia es casi irrelevante. Sorprendentemente, la stevia no me provocó taquicardia ni angustia ni dolor de cabeza, cosa que sí me ocurre con otros endulzantes. Quise encontrar el motivo y lo que hallé fue un mundo de desinformación.

Cuenta la historia que las hojas de stevia han sido utilizadas en Paraguay y Brasil desde hace siglos para endulzar la yerba mate. También se cuenta que se empleaba como método para controlar la fertilidad. Fue hasta fines del siglo XX que la stevia empezó a difundirse en otros países como una alternativa para endulzar las comidas.

Entre los beneficios de la "yerba dulce" se cuentan los siguientes:

  • es dulce pero no produce caries, incluso las previene

  • reduce los niveles de colesterol

  • tonifica el sistema inmunológico y cardiaco

  • funciona como antioxidante para retardar el envejecimiento

  • activa las proteínas de las células para recibir mejor la insulina y evitar que la glucosa se quede en la sangre, de ahí que los médicos la consideren ideal para la dieta de los diabéticos.

Estos beneficios se deben a su alto contenido de glicósidos, entre ellos el esteviósido, que sabe dulce pero no aporta calorías porque el cuerpo no puede asimilarlo y lo desecha. Sin embargo, como todo en la vida, debe consumirse con moderación. Algunos estudios en los Estados Unidos dicen que la stevia podría provocar infertilidad, pero de acuerdo con una entrevista realizada al doctor Jan Genus por el sitio sugarfreestevia.net, eso sería falso. Otros experimentos han mostrado que, al igual que otros endulzantes, puede provocar daño renal. Sin embargo, no hay estudios concluyentes para poder afirmar que su consumo a largo plazo no es nocivo.

Pienso que sólo alguien con un trastorno grave de alimentación podría excederse en el consumo de hojas de stevia, ya que la planta misma es 30 veces más dulce que el azúcar. En otras palabras: una taza de azúcar equivale a dos cucharaditas de hojas de stevia secas y pulverizadas. En el caso de la stevia industrializada (en polvo, gotas) el esteviósido aislado resulta ser 200 veces más dulce que el azúcar, o sea que 1/8 de cucharadita equivale a 1 taza de azúcar.

¿Natural o industrial?

Todo parece indicar que no hay problema alguno al consumir las hojas de stevia (masticadas, en infusión o secas y pulverizadas). La confusión aparece cuando se habla de stevia industrializada debido a la composición final del producto. En un artículo publicado en el blog de The guardian se muestra que las marcas comerciales, como Truvia, contienen 1% de esteviósido y un 99% de eritrol, un tipo de alcohol de azúcar extraído del maíz. El eritrol aporta sabor dulce sin ser asimilado por el cuerpo, sin embargo, provoca gases, inflamación y en algunos casos diarrea. De ahí que las marcas se protejan diciendo que el producto puede tener un "efecto laxante".

Como decía al principio, la industrialización de los productos hace que éstos pierdan gran parte de sus propiedades. Al aislar el esteviósido se pierden los beneficios que aporta la planta masticada o en infusión. Además, presenta otra desventaja: el retrogusto amargo. Para eliminarlo, los laboratorios deben someter al polvo de esteviósido a un proceso largo y costoso.

En fin, es verdad que la stevia es una excelente alternativa para los diabéticos y también para quienes buscan perder peso sin sacrificar la sensación de lo dulce. Sin embargo, hay que ser cuidadosos en la forma en que lo consumimos. Depositar ciegamente nuestra confianza en manos de la industria (alimentaria, farmecéutica y publicitaria) puede ser un riesgo. Cuando uno toma conciencia y se hace responsable de su salud y su alimentación, se da cuenta que no es tan complicado es leer las etiquetas, informarse y estar atento a las reacciones del cuerpo. Requiere un esfuerzo, pero vale la pena.

¿Has probado la stevia? ¿Cuál ha sido tu experiencia?

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