Instrucciones en la cama

Me gusta hojear las revistas "masculinas" porque me ayudan conocer los ideales, las fantasías y las "aspiraciones" que éstas ponen de manifiesto, aunque muchas veces termino enojada porque los artículos sólo reafirman estereotipos e ideas retrógradas. Sin embargo, la revista Men's Fitness de este mes me dio una grata sorpresa. En la sección “Answers from a hot girl”, la columnista Amber Madison respondió a la siguiente pregunta de un lector: “¿Cómo saber si ella está fingiendo un orgasmo?

La comunicación durante el sexo es más importante que el orgasmo - iStockphoto
La comunicación durante el sexo es más importante que el orgasmo - iStockphoto

Después de señalar los signos más conocidas del orgasmo (rostro y pecho sonrojados, tensión en los músculos de todo el cuerpo, ojos cerrados... relajación posterior), Madison dio un giro a la respuesta: "¿En verdad es tan importante saber si ella está fingiendo o no? ¿Por qué no, en vez de enfocar tu energía en la autenticidad del orgasmo, no te concentras en hacer algo para que la chica realmente disfrute la experiencia?"

Madison dice que le hemos dado demasiada importancia al orgasmo. Al igual que ella, pienso que la habilidad sexual de un hombre no tiene que ver con la acumulación de trofeos (en este caso, la cantidad de veces que una chica alcanza el climax). "Una mujer puede tener un orgasmo a pesar de que el sexo sea mediocre, o bien, tener una sesión maravillosa de sexo pero no alcanzar el orgasmo", afirma la columnista.

Muchas mujeres, presionadas por los estereotipos del cine, se sienten obligadas a gemir y gritar apenas las tocan (siendo que los tiempos para alcanzar el orgasmo dependen de una cantidad infinita de variables). Esto se debe, según Madison, a que ponen como prioridad hacerle saber al hombre que su desempeño es satisfactorio, en vez de decir lo que quieren.

Lo que más me gustó de la respuesta de Madison es que propone algo muy básico: preguntarle a una mujer qué quiere o qué puede hacer (él) para mejorar la experiencia. "Si no preguntamos es porque tenemos miedo de que el otro piense que está haciendo algo mal", dice Madison, "Lo mejor que un hombre puede hacer es asegurarle a la mujer que realmente quiere aprender a satisfacerla, que no está haciendo preguntas sólo porque eso hacen los chicos buenos. (...) Motívala a que te dé instrucciones durante el sexo, toma control de la situación moviendo tus manos de la forma en que ella te indica. Pregúntale: '¿qué quieres que haga?', ¿dónde te toco?, ¿más rápido, más lento?'".

Recibir instrucciones y retroalimentación "es mucho más valioso que romperse la cabeza averiguando si el orgasmo es auténtico o no", concluye la columnista.

Mis aplausos para ella. Este tipo de respuestas me parecen positivas y necesarias, no sólo para los hombres sino también para las mujeres. Independientemente de la preferencia sexual que uno tenga, saber comunicar lo que queremos, en el momento en que lo queremos, nos permite tener relaciones realmente placenteras que trascienden la supuesta importancia del clímax. Cuando uno se siente en libertad para dar y recibir, crea una conexión mucho más profunda y satisfactoria, porque está basada en la confianza y la mutualidad. Como dice la canción de Concha Buika: "el que gusto da, placer se lleva".

Siglos de relaciones silenciosas no se borran con gemidos o acrobacias, pero tampoco se trata de ser máquinas de instrucciones. Expresarnos durante el encuentro sexual es una cuestión de aprendizaje y sensibilidad, ser honestos es una forma de abrir caminos hacia el conocimiento mutuo y el fortalecimiento de los vínculos. Por más extraño que parezca, a veces es tan simple como saber que podemos hacerlo, que no pasa nada malo, al contrario.

Como complemento, les dejo uno de mis videos favoritos de TED. La investigadora Esther Perel habla sobre la inteligencia erótica, el deseo, el sexo y y la construcción de intimidad. Se los recomiendo muchísimo.

Twitter: @luzaenlinea

Quizá te interese:
Sexo oral, me gusta pero me asusta
¿Por que simulo?
¿Sexo casual?, una aplicación te dice con quién