¿Eres “genómicamente” feliz?

La ciencia nos ha mostrado que gran parte de las enfermedades crónico degenerativas, como el cáncer o la diabetes, tienen un elemento en común: la inflamación de las células. La inflamación no es la causa misma de las enfermedades, sino que es una reacción del organismo ante las amenazas ambientales, la hostilidad o la miseria. Un estudio reciente, desarrollado por la UCLA y la University of North Carolina at Chapel Hill, exploró el mecanismo genético de la inflamación y mostró cómo la felicidad influye en dicha reacción.

La forma en que alcanzamos la felicidad tiene un impacto a nivel genético/ Foto: iStockphoto
La forma en que alcanzamos la felicidad tiene un impacto a nivel genético/ Foto: iStockphoto

Los investigadores hicieron una distinción entre dos formas de la felicidad: la eudemonista (felicidad de mente y alma, plenitud integral del ser) y la hedonista (placer, excitación de los sentidos para suprimir el dolor y la angustia). La primera corresponde a aquellos que tienen un propósito y un sentido más profundo en la vida, algo similar al sentido de trascendencia. La felicidad hedonista es la que brindan el consumo y la autosatisfacción.

La investigación mostró que entre ambos tipos de felicidad hay una diferencia muy importante a nivel genómico. En el caso de quienes experimentan la felicidad eudemonista, sus células son menos proclives a la inflamación, tienen un sistema inmunológico más fuerte, es decir, son más aptos para desarrollar anticuerpos y combatir virus. En el segundo caso, quienes experimentan una felicidad hedonista, sus células tienen una mayor disposición a la inflamación y son más vulnerables a infecciones y enfermedades.

A nivel celular, esta diferencia se manifiesta en lo que los científicos llaman “expresión génica”, es decir, la manera en que los genes de cada célula decodifican la información que reciben y la transforman en "instrucciones". Los genes se expresan dependiendo de la función de la célula, el tejido y el sistema del cual forman parte. Por ejemplo: en el caso del sistema nervioso, los genes se expresan en neuronas; en el sistema inmune, los genes se expresan en linfocitos.

Steven Cole y Barbara L. Fredrickson, directores del estudio –publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences–, han examinado por más de una década la forma en que el genoma humano responde al estrés, la miseria, el miedo y otros fenómenos similares. En este estudio se concentraron en el polo contrario, la felicidad, y cómo ésta activa (o no) distintas expresiones génicas.

En sus anteriores investigaciones habían notado que las células del sistema inmune modifican su expresión génica durante periodos prolongados de estrés, amenaza o incertidumbre. En esas condiciones, los genes dan "instrucciones" que derivan en inflamación celular y disminución de las defensas del sistema inmunológico. En este estudio, clasificaron a los 80 participantes en tres grupos, hedonistas, eudemonistas, y un tercer grupo de contraste formado por personas con problemas psicológicos y de comportamiento. Después tomaron muestras de sangre e identificaron qué tipo de expresión génica corresponde a qué tipo de felicidad.

“Las personas con altos niveles de felicidad hedonista reportan sentirse tan bien como aquellos que experimentan felicidad eudemonista”, señala Cole, “sin embargo, sus genomas responden de manera muy distinta aún cuando su estado emocional parece similar”. En otras palabras, el estudio sugiere que "hacer/estar bien" y "sentirse bien", aunque parecen formas parecidas de felicidad, tienen efectos muy distintos en el genoma humano.

En lo personal, este tipo de estudios me parecen trascendentes en la medida en la que abren nuevos horizontes para el entendimiento de la salud. Aparentemente, el genoma humano es mucho más sensible que la mente a las distintas maneras en que alcanzamos la felicidad. Y si bien somos máquinas orgánicas sujetas a las leyes de la química y la física, lo que mueve nuestros "engranes" invisibles por el camino de la vida sigue siendo un misterio inabarcable y apasionante.

Twitter: @luzaenlinea

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