Aprende a reconocer tu valor

Hace unos días, en una reunión de amigas, hablábamos sobre los colores de nuestro maquillaje y concluimos que el rouge que llevaba Valentina era el más lindo. Le lanzamos el piropo y ella, casi en automático, respondió: nada, chicas, me costó baratísimo. Todas nos quedamos en silencio y cruzamos miradas: sabíamos que no era verdad. Y nos reímos. "No me hagan caso", reparó Valentina, "ahorré un montón para conseguirlo y me siento feliz de haberlo comprado porque es bellísimo". Comentamos lo ocurrido y descubrimos que las mujeres, cuando recibimos algún tipo de reconocimiento, tendemos a hacernos menos en lugar de decir, simplemente, gracias. La falsa modestia, si bien se ha usado como una forma de cortesía, también es síntoma de un problema más profundo.

El primer paso hacia la autoaceptación es querer, profunda y genuinamente, vivir la vida de otra manera.
El primer paso hacia la autoaceptación es querer, profunda y genuinamente, vivir la vida de otra manera.

Al menos en la cultura latinoamericana, la modestia y la objetividad se ponen por encima del reconocimiento y la subjetividad. En otras palabras, nos han enseñado que las experiencias personales tienen poco valor, que reconocer un logro ante los demás es ser engreído o que asumir un reto o un talento públicamente es pretencioso. Hacernos menos, en cambio, es una norma de cortesía. Desafortunadamente, esto de bajarnos el perfil ocurre en lo también en lo íntimo, a tal grado que no somos capaces de reconocer nuestro valor conscientemente. Probablemente, esa incapacidad es la que nos hace tan vulnerables a la crítica y provoca que ciertas opiniones nos lastimen, haciéndonos sentir rechazadas, poco valiosas o insuficientes.

 

De acuerdo con terapeutas como Michael Twohig, Steven Hayes o Jonathan Abramowitz, el primer paso hacia la autoaceptación es querer, profunda y genuinamente, vivir la vida de otra manera. Una vez establecida la intención, hay que identificar las actitudes que tomamos o l as respuestas que damos de manera irreflexiva o automática para negar el valor de nuestra subjetividad (por ejemplo, lo que ocurrió con Valentina). Finalmente, con la intención presente y bien alerta, el Dr. Larry Berkelhammer recomienda poner en práctica, día con día, estas acciones:

 

Poner en práctica estas acciones hará cambios profundos en ti.
Poner en práctica estas acciones hará cambios profundos en ti.

1. Asume tu práctica de manera consciente: acepta tus pensamientos, estados emocionales, rasgos físicos o características que sueles rechazar de ti mismo. No los juzgues como buenos o malos, tampoco te juzgues como si fueses un jefe maltratador, sólo obsérvalos y acéptalos porque forman parte de tu dualidad como ser humano.

 

2. Cuando te des cuenta de que estás teniendo pensamientos o actitudes de desprecio hacia ti misma, detente, pon tu mano sobre tu corazón, cierra los ojos, acepta el hecho de que esos pensamientos están ocurriendo y bríndate toda la compasión que necesites.

 

3. Mucha gente emprende la escritura de un diario de monólogos negativos. Desahógate, no lo analices, olvídate de si está bien escrito, no te juzgues, todos llevamos esa voz adentro, es importante que la identifiques y comprendas que depende de ti limitar sus funciones. Recuerda: el valor sanador de esta práctica está en la escritura misma.

 

4. Discúlpate contigo. Usualmente, para mantener relaciones sanas, ofrecemos disculpas a otros por los jucios negativos o las críticas destructivas que hacemos. Perdonarnos promueve una relación armoniosa, sana y nutricia con uno mismo.

 

5. Haz un acuerdo contigo, prométete aceptarte, valorarte y entenderte sin hacer juicios o caer en dramas innecesarios. Estás aprendiendo, no seas tu principal saboteador.

 

Cuando veas un pensamiento negativo, obsérvalo como una nube flotando por el cielo.
Cuando veas un pensamiento negativo, obsérvalo como una nube flotando por el cielo.

6. Cuando veas un pensamiento o una emoción negativa, obsérvala como si fuese una nube que pasa flotando por el cielo; eso le quitará su carga y lo volverá inofensivo. Desarrolla la habilidad de no tomar en serio los comentarios crueles o denigrantes que te haces porque todos vienen del mismo lugar: el miedo. Practica a diario, mantente alerta, identifica cómo esos pensamientos sólo empeoran las cosas, y quítales ese poder.

 

7. Desarrolla las herramientas necesarias. Conciencia, cambio de creencias, visualizaciones, identificación de sentimientos, aceptación de emociones, exploración de sensaciones… Todas estas herramientas te ayudarán a mantenerte conectado contigo mismo, a reconocer tu valor y a distinguir qué tipo de interpretación das a los acontecimientos.

 

8. ¿Cómo en otras áreas de la vida? La autoaceptación fluye y se desarrolla cuando te relacionas con personas que viven bajo esa misma intención. Si, por ejemplo, estás decidida a dejar atrás la sensación de no merecer la prosperidad o no ser digna de reconocimiento, busca que tu pareja, tus colegas, tus amigos e incluso tus hijos estén de tu lado, apoyándote en el proceso y no boicoteando tus acciones.

@luzaenlinea

 

Tal vez te interese:

Hecha en Latinoamérica

¿Heredamos el miedo?

Lupita N'yongo y la compasión