Gaslighting o "deja de decirme que estoy loca"

El gaslighting es un abuso psíquico que consiste en descalificar las percepciones y las emociones del otro a través de manipulaciones./ Foto: Thinkstock
El gaslighting es un abuso psíquico que consiste en descalificar las percepciones y las emociones del otro a través de manipulaciones./ Foto: Thinkstock

-Texto: Mariana Israel

“Siempre te tomas todo en serio”. “Solo te estaba molestando”. “Eres demasiado sensible”. “Eres una loca”. “Estás reaccionando exageradamente”. ¿Cuántas de estas frases escuchamos a diario? Palabras tan cotidianas que se vuelven casi invisibles. Pero, en el fondo, palabras muy peligrosas destinadas a acallar nuestras emociones.

Son, ni más ni menos, una forma de manipulación psicológica grave, con el fin de cambiar el eje de una discusión y poner en duda nuestras capacidades y reacciones. Y el fenómeno tiene un nombre inglés: gaslighting.

Lámparas de gas (gas lights)

El gaslighting no tiene un correlato exacto en español, informa a Yahoo Mujer el Dr. Juan Tesone, psiquiatra y titular de la Sociedad Psicoanalítica de París y de la Asociación Psicoanalítica Argentina.

Su llamativo nombre proviene de una obra de teatro de 1938, Gas light, llevada luego al cine en una memorable película de 1944 interpretada por Ingmar Bergman y Charles Boyer. En la ficción, el marido intenta enloquecer a su esposa en beneficio propio, utilizando lámparas de gas para confundir sus percepciones y convencerla de que está delirando. Cuando Bergman reacciona ante las luces, él le dice que solo “está viendo cosas”.  

El gaslighting, “es un abuso psíquico que consiste en descalificar las percepciones y las emociones del otro a través de manipulaciones, que en general son conscientes y deliberadas”, explica Tesone.

Afirma que “es frecuente en las disputas de pareja”. La mujer que es víctima de esta manipulación no es respetada en su propia percepción, y la descalificación intenta confundirla y negarla. Es, lisa y llanamente, enloquecedor. Comenzamos a dudar de nuestras propias percepciones de la realidad.

“Es una de las formas que toma la violencia de género contra la mujer”, declara a Yahoo Mujer la psicóloga Mariela Govea, presidenta del Círculo Latinoamericano de Sexualidad Femenina. Añade que, debido a la educación que recibimos, las mujeres “tenemos que gustar, ser buenas, comprensibles y agradables con nuestro hombre”. Esto nos volvería mejores candidatas a ser manipuladas, según la experta.

Mujeres locas

Yashar Ali, escritor especializado en igualdad de género y mujer, opina en su blog The Current Conscience que este tipo de manipulación emocional alimenta la “epidemia” que define a las mujeres como locas, irracionales e hipersensibles, que, ante la mínima provocación, desatan emociones descontroladas.

El peligro del gaslighting, según Ali, es que acalla emocionalmente a las mujeres. Las enmudece. “Toda frase que descalifique al otro, en su percepción, en su sensibilidad, en su propia subjetividad, vehiculan un efecto disruptivo en el psiquismo, potencialmente destructivo”, advierte Tesone.

“Al revés de lo que se cree, es muy bueno que la mujer tenga sensibilidad, que preste atención a sus intuiciones. De esta forma, está en mejores condiciones de discernir y no ser abusada psicológicamente, ni manipulada. Sabe bien lo que quiere; su radar es su propio deseo. Claro que este tipo de mujeres son consideradas peligrosas, ya que no necesitan la guía de un hombre y son más difíciles de manejar”, resume Govea.
 
Signos de alerta

La psicóloga entrevistada señala que en cuanto una mujer empieza a recibir mensajes manipuladores, debe encender la luz de alarma. “De ser recurrentes estas frases, podría estar con un hombre maltratador. A nadie le gusta que le digan cómo deben ser sus sentimientos o sus reacciones. Es una conducta agresiva”, enfatiza la experta.

Lamentablemente, la mayoría de las mujeres que son manipuladas no se dan cuenta. “Una mujer vital con iniciativa y voz propia puede quedar invisibilizada y con su subjetividad arrasada”, avisa Govea. Estas son algunas señales para detectar el problema a tiempo:
 
1) Con frecuencia tu pareja tiene un doble discurso para confundirte y hacer siempre lo que él quiere, sin importarle tu costo emocional.
2) Recibes órdenes todo el tiempo y jamás te preguntan qué es lo que deseas.
3) Eres constantemente desvalorizada y son suspendidas todas tus iniciativas.
4) Te sientes deprimida pero no sabes a qué se debe.

Cuando aparece alguno de estos signos, la psicóloga recomienda pedir ayuda y, en casos muy severos, abandonar el hogar y a la pareja. “Las mujeres tenemos voz propia y podemos señalar lo que queremos con nuestro deseo. No necesitamos que nos manipulen para saber lo que esperamos en la vida”, concluye.

Entrevistas con: Mariela Govea, psicóloga y presidenta del Círculo Latinoamericano de Sexualidad Femenina, licenciada en psicología, psicoanalista y sexóloga, columnista y escritora; Dr. Juan Eduardo Tesone, médico psiquiatra de la Universidad de París XII, psicoanalista, miembro titular de la Sociedad Psicoanalítica de París y de la Asociación Psicoanalítica Argentina, autor del libro “En las huellas del nombre propio”.

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