El secreto de las gomitas

Tengo que reconocerlo, casi toda vida las gomitas en forma de osito fueron mis preferidas. De hecho, en casa siempre tenía varias bolsas en la mesa de noche. Sin embargo, cuando descubrí el secreto que escondía uno de sus ingredientes más comunes, decidí conocer más al respecto y asegurarme de buscar alternativas más saludables, ecológicas y libres de crueldad.

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En la mayoría de gomitas o productos con consistencia gelatinosa, se encuentra la grenetina, una sustancia que carece de olor, sabor y color. Ésta es derivada de la cocción de huesos, pieles, cartílagos y ligamentos de animales.

A través de un largo proceso, que incluye el uso de ácidos y químicos, se separan la grasa y el colágeno de los productos animales, creando una sustancia con propiedades coloides que la industria de la cocina y hasta de los cosméticos aprovecha para crear gelatinas.

Este proceso, menos industrializado, se remonta al antiguo Egipto, donde el faraón era homenajeado con platillos preparados a base de dicho producto, y con el pasar de los años la producción de grenetina se ha hecho aún más elaborada, convirtiéndola en un proceso masivo.

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Seas o no un defensor de los animales, la elaboración de la grenetina genera toneladas de desperdicios y contaminación, la cual afecta a nuestro planeta. Ensucia nuestros ríos y océanos, dejando como resultado una cadena de problemas ecológicos y procesos poco saludables para el consumo humano.

La búsqueda de alternativas es tal vez la mejor forma de contribuir a solucionar este problema. Existen sustancias cómo el agar-agar que han constituido una revolución. Éste es un agente con propiedades gelatinosas es derivado de un tipo de alga roja marina, la cual es cocinada y preservada.

El carragenano es otro sustituto vegetal, derivado de un musgo que proviene de las áreas costeras de Irlanda. De igual manera, la gelatina Kosher es producida con agentes vegetales y de forma ecológica y puede ser usada como sustituto de la grenetina.

Lo mejor de estas alternativas es que presentan una capacidad de gelificación 10 veces mayor que el de la gelatina animal, además de ser más saludables y más amables con nuestro medio ambiente.

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Así que cuando compres un producto con propiedades gelatinosas, dale la vuelta a la envoltura y lee sus ingredientes, pues no existe mejor forma de cuidar nuestro planeta, que ser unos consumidores educados y responsables.