Recién nacidos y mamás ¡que no duermen!

Texto: Milagros Conzi

Esos arduos meses del embarazo ya terminaron. Los dolores de espalda, la retención de líquidos y las contracciones son cosa del pasado. Ahora, el recién nacido plantea un nuevo desafío: mantenerte despierta toda la noche.

Recién nacidos y mamás ¡que no duermen! / Foto: Thinkstock
Recién nacidos y mamás ¡que no duermen! / Foto: Thinkstock

Sigue leyendo para saber cuáles pueden ser las consecuencias de este cambio de hábito cuando nace el bebé, ¡y cuídate!

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Madres en vela

Mucho se dice sobre el embarazo pero poco se habla de las noches posteriores sin pegar el ojo. Nadie te advierte sobre la odisea que comienza cuando cae el sol. ¿Dormir ocho horas? ¡Imposible! La demanda de un recién nacido es permanente y tú debes estar atenta todo el tiempo. Ya no duermes cuando quieres, ¡sino cuando puedes!

El curso normal del sueño de los padres cambia de acuerdo a las necesidades biológicas del nuevo integrante de la familia. El sistema digestivo del bebé, por ejemplo, es pequeño y eso explica la necesidad que tiene de alimentarse de manera frecuente. Ésta, entre otras razones, hace que los despertares de un recién nacido sean intermitentes y mantengan a papá y mamá despiertos toda la noche.

Cantidad, pero no calidad

Un estudio publicado por el Departamento de Psicología de la Universidad de West Virginia, que observó el curso del sueño de cincuenta mujeres después del parto, reveló que éstas lograron dormir un promedio de 7,2 horas. Estos resultados sorprendieron a más de uno, pues lo que se espera es que una madre duerma poco durante los primeros tres o cuatro meses de vida del niño. Pero el estudio no concluyó ahí: si bien este grupo de madres logró dormir una cantidad de horas más que aceptable, no lo hizo así en relación a la calidad del sueño. Se observó que las mujeres durmieron todas esas horas, pero de manera fragmentada y poco eficiente, patrones similares a los que sufren de trastornos del sueño como la apnea.

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Michael J. Breus, psicólogo clínico y miembro del Consejo Americano de Medicina del Sueño, declaró para Psychology Today, portal especializado en psicología, que, el curso normal del sueño sigue un ciclo específico y definitivo de entre noventa minutos y dos horas. Si el mismo se ve interrumpido, las madres no lograrán ciclos completos. De ahí que, hay una gran diferencia entre cantidad y calidad cuando se trata de dormir. Por eso mismo, los primeros meses de un recién nacido representan un gran desafío para las madres: las irrupciones bruscas de un llanto perturban su sueño y éste se ve alterado.

Breus añade que la falta de descanso nocturno en las madres, podría agravar su nivel de estrés. Sumado a los cambios hormonales que su cuerpo experimenta durante el post-parto.

Un nuevo integrante, otro funcionamiento

La llegada de un recién nacido revoluciona la dinámica familiar. Son las ocho de la mañana y no dormiste en toda la noche. El bebé llora porque tiene hambre y tus hijos más grandes te piden el desayuno antes de ir a la escuela. Tu marido se prepara para ir a trabajar y no puede ayudarte. ¡Tienes un humor de perros!

Efecto residual: insomnio crónico

El niño creció. Ya pasaron los meses más desafiantes y ahora podrías dormir toda (o casi toda) la noche. Ahora, el problema eres tú: todavía no logras conciliar el sueño. Cuanto más piensas que debes dormirte, menos puedes hacerlo. Sigues pendiente del baby call y visitas constantemente su habitación para verificar la posición en la que descansa. Tus patrones de sueño se han alterado y aún no logras relajarte.

El Dr. Rafael Pelayo, del Centro Médico del Sueño de la Universidad de Stanford, declaró para la Radio Pública Nacional de EEUU que, una vez que las personas se preocupan por no poder conciliar el sueño, es porque ya han desarrollado lo que él denomina el patrón del insomnio crónico. Así y todo, el especialista sostiene que a los padres les costará dos o tres meses recuperar el curso habitual del sueño.

Testimonio: Catalina, 33 años, madre de Juan Diego y Jacinta. “Jacinta me mantenía despierta toda la noche. Juan Diego, ya en segundo grado, tampoco lograba dormirse por los gritos de su hermanita. Los primeros meses fueron un verdadero caos. Mi marido se mudó a la habitación de huéspedes y yo dormía sola con Jacinta. De a poco, todos nos fuimos acostumbrando a las demandas de la bebé.”

Tú, ¿pasaste por una experiencia parecida cuando nació tu hijo?

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Recuerda que para cualquier duda relacionada con la salud, bienestar y hábitos de tus hijos, debes consultar al pediatra. Si presentas malestares consulta a tu médico.

Fuentes: Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU (nlm.nih.gov), Psychology Today (psychologytoday.com), Radio Pública Nacional (npr.org), Parents (parents.com) y Kids Heath (kidshealth.org).