Cómo nos afecta el estrés

El estrés ataca de manera particular a los hombres, diferente a cómo afecta a las mujeres.
El estrés ataca de manera particular a los hombres, diferente a cómo afecta a las mujeres.

Cada vez que comienza un año presumimos que vamos a iniciarlo con gran energía y también suponemos que el entusiasmo con que arrancamos nos alcanzará para llegar con algo de ánimo al segundo semestre.

Quizás no sea así en la mayoría de los casos. El ritmo de vida actual adelanta el estrés anual con las manifestaciones físicas habituales: dolores de cabeza y espalda, problemas para conciliar el sueño, náuseas y, en casos más agudos, la aparición de trastornos de pánico y ansiedad.

Pero el estrés ataca de manera particular a los hombres, diferente a cómo afecta a las mujeres.

Para un equipo de investigadores combinado de las Universidades de Friburgo (Alemania), Viena (Austria) y la Scuola Internazionale Superiore di Studi Avanzati (Italia), el estrés podría ser una cuestión de género. De acuerdo a parámetros de comportamiento social, frente a los efectos de estrés, hombres y mujeres evidencias reacciones contrapuestas.

Según los resultados del estudio, el género masculino desarrolla una actitud de menor empatía centrándose en su mundo próximo, lo que genera un retraimiento de las relaciones sociales. Al femenino le sucede lo contrario: ellas muestran una conducta social más activa y hasta empática.

El impacto del estrés preocupa a los hombres y las mujeres por igual pero afecta de manera distinta al cerebro y comportamiento femenino. Para los biólogos evolutivos, esto se debe a que el “macho” solamente debe depositar el esperma y luego marcharse, mientras que la “hembra” debe sobrellevar el embarazo, una situación de compromiso que se prolonga en el tiempo. Otros científicos no fueron capaces de atribuir el mayor padecimiento en hombres a una causa definitiva, pero entre las variadas que inciden en el estrés se destaca la acción de la oxitocina.

En situación de estrés, en la mujer aumentan los efectos de la oxitocina y en los hombres, a partir de la testosterona, se bloquean sus efectos calmantes. De hecho, la confrontación con el problema es diferente: ellos buscan la solución del problema, mientras que ellas se direccionan hacia el manejo de las emociones. La mujer, de manera espontánea suele dirigirse hacia la administración de los humores, mientras que el hombre prefiere hacerlo hacia la solución del conflicto. De hecho, ellas tienden a adjudicarle los fracasos a factores internos y ellos se los atribuyen mayormente a factores de índole externa.

Se pueden puntualizar tres diferencias muy notorias. Ante el estrés:

- Los varones son más agresivos y egocéntricos, y ellas más empáticas, orientadas a fijarse más en el prójimo.

- Las mujeres son más propensas a informar, comunicar su nivel de estrés, ellos lo llevan con más disimulo.

- Ellos disminuyen el estrés a través del deporte, mientras que ellas lo hacen mediante la lectura de libros o alguna actividad relajante.

Algunos consejos sanos y accesibles para intentar hacer retroceder al estrés:

- Respirar profunda y pausadamente.

- Incrementar la ingesta de Omega 3 en la dieta.

- Evitar pensamientos catastróficos.

- Meditar y recapacitar.

- Acordarse de méritos conseguidos por pequeños que estos sean.

- Reír y hacer ejercicio libera endorfinas.

- Los baños relajantes ayudan a eliminar la tensión de la musculatura.

El estrés es una reacción de defensa del organismo, la clave está en aprender a manejarlo y, teniendo en cuenta las alternativas que existen a cada problema, buscar siempre un “plan B” para que, en el caso que no salgan las cosas como las hemos planeado, no tengamos un motivo para estresarnos.

¿Qué te parece?

@Sebas4nier

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