¿Cómo saber si alguien miente?

Según la ciencia, los hombres mienten más que las mujeres. ¿Qué hacer?
Según la ciencia, los hombres mienten más que las mujeres. ¿Qué hacer?

¿Qué sería de nosotros si no supiéramos mentir? Todos en este mundo mentimos y, aunque nos cueste reconocerlo porque nos han inculcado desde pequeños que está mal hacerlo, en definitiva lo hacemos casi a diario.

Pero ¿por qué lo hacemos? Ser mentiroso está mal visto, de algún modo nos condena, así que creamos una categoría que nos hace lucir más bondadosos: las “mentiras piadosas”. Como si entonar una cuasi falsedad fuera una forma caritativa, generosa y hasta justa de comunicar algo a alguien. Dicen las abuelas que aquellos fraudes no hacen daño, que son tan inocuas como un vaso de agua.

Si la mentira, como surge del uso constante y frecuente, fuese algo tan normal y corriente, ¿por qué nos enojamos cuando descubrimos que nos están mintiendo? En ese momento descubrimos que la honestidad es un valor mayor y que su quebranto nos llena de ira e indignación.

A través dela famosa serie televisiva Miénteme (Lie to Me), nos hemos doctorado un poco en criminalística y adquirimos, como su protagonista el Dr. Lightman, cierto talento para reconocer quién está fingiendo o disfrazando una verdad. A partir de los datos que nos enseñó capítulo a capítulo a través de sus tres temporadas al aire, hombres y mujeres podemos evitar ser descubiertos en esas mentirillas que a veces echamos al ruedo.

Una investigación instruida por el Museo de Ciencia de Londres señaló, tras encuestar a un grupo de hombres y mujeres, que ellos son los más tramposos y, por si fuera poco, no sienten culpa por ello. Tres mil personas fueron las que se sometieron a este estudio, dando como resultado que el británico común cuenta unas tres mentiras al día y en un año la suma de ellas alcanza los mil 92 embustes. En cambio, la mujer promedio del Reino Unido es más virtuosa, ya que tan sólo miente dos veces cada día registrando al año 728 mentiras.

Ahora que los hombres hemos sido condenados a ser los malos de la película (léase mentirosos y farsantes), debemos tomar ciertas precauciones si no queremos ser descubiertos:

- No debemos dar un paso atrás mientras estamos platicando para no ampliar el espacio entre tú y tu esposa (eso es una actitud sospechosa, una reacción que desnuda una mentira).

- Ante la pregunta “¿Eres feliz a mi lado?”, debes lanzar de inmediato una sonrisa que involucre los músculos de las mejillas, haciendo que se marque bien las patas de gallo alrededor de los ojos (ello expresa franqueza y luce real).

- No hay que darle una mirada a un mensaje en el teléfono y enseguida apagar el celular sin leerlo (generarás desconfianza como si deseases ocultar algo).

- Nunca se debe sostener una mentirilla y al mismo tiempo acomodarse la camisa, la corbata o las mangas con movimientos constantes (esa gesticulación nos delataría).

- Es un error comenzar la frase con un “Para serte honesto…” o “Sinceramente te digo…” (si aclaras, oscurece)

- Si respondemos a una acusación con un “¿Quién te lo ha dicho?” o “¿Cómo es que tú lo sabes?”, nuestra posición estará perdiendo consistencia porque inconscientemente estaríamos dando por valedera la imputación al preocuparnos por su procedencia.

- Debemos tener cuidado de relatar un hecho siempre del mismo modo. Si cada vez que nos preguntan damos una versión distinta, deberíamos comenzar a caminar hacia el cadalso.

- Evitemos rascarnos la nariz. Los hombres tenemos un tejido eréctil en la nariz y pica cuando escondemos algo. Tampoco debemos tocarnos la nuca.

- Prestar atención con el excesivo parpadeo. Parpadear con mucha reiteración denota la inseguridad sobre lo que decimos.

NOTA: Cabe destacar que algunos estudios científicos aseveran que las mujeres parpadean casi el doble que los hombres.

El rostro humano puede generar hasta 10 mil expresiones faciales distintas, combinando los 44 músculos que poseemos en el rostro. El psicólogo estadounidense John Gottman, profesor emérito en la Universidad de Washington y es autor o coautor de 40 libros, llegó a predecir o determinar en un estudio con parejas cuáles eran las relaciones más factibles de durar más con sólo examinar las expresiones faciales de las parejas participantes.

Por último, hombres y mujeres mentimos por distintos motivos. Al parecer, “las mujeres mienten para que su compañero se sienta cómodo y los hombres mienten tratando de crear una mejor imagen de sí mismos”, según el investigador Robert Feldman, profesor de psicología de la Universidad de Massachusetts y autor del libro The Liar in Your Life (Un mentiroso en su vida).

Sea cual fuere la razón de este comportamiento tramposo, lo deseable sería que tengamos menos necesidad de articular mentiras y más permiso para hacernos valer con la verdad.

¿Qué te parece?

@Sebas4nier

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