Desbloqueo del deseo sexual

¿Sientes que hay un bloqueo del deseo sexual? ¡Te damos soluciones! / Foto: Thinkstock
¿Sientes que hay un bloqueo del deseo sexual? ¡Te damos soluciones! / Foto: Thinkstock



En muchas parejas estables, cuando pasan los primeros fuegos y la relación avanza hacia etapas nuevas, de mayor apego, la excitación decae y el encuentro sexual se vuelve esporádico, cuando no distante y vacío.

Mujeres y hombres con varios años de relación confiesan que su pareja ya no los excita y que su vida sexual resulta ser prácticamente un agobio. A la hora de la intimidad, utilizan una serie de excusas y llegan a convencerse de que la sexualidad es un fenómeno complementario y optativo en sus vidas.

La consulta por falta de deseo sexual es muy frecuente. Afecta sobre todo a las mujeres, que llegan al consultorio diciendo “puedo vivir perfectamente sin sexo y sin orgasmos”. Es cierto que uno puede tener encuentros sexuales sin orgasmos, pero si el sexo ya no implica placer, no habrá ganas de futuros encuentros, y el deseo decaerá.

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Estresados y desganados

Indudablemente, el estrés es uno de los principales enemigos del deseo. También lo deterioran la falta o el exceso de trabajo, las angustias y las frustraciones. Estamos insertos en una sociedad en donde todo es rápido y se trabaja mucho; donde, lamentablemente, nos han enseñado a privilegiar el deber sobre el placer. Entonces, cuando uno vuelve a casa, en lo que menos piensa es en tener intimidad.

Esta realidad justifica eso de que "no hay tiempo para el sexo". Cuando eso sucede, lo que se hace es patear la situación para un mañana que nunca llega. No solo desaparece el sexo, también las caricias, los besos, la aproximación y la pareja deja de comunicarse.

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Reconstruyendo el deseo

El deseo sexual no es siempre el mismo, tiene tintes; es como un músculo que hay que ejercitar, construirlo permanentemente. Y para eso no es necesario llenar la casa de velas y sahumerios, ni comprar ropa interior atigrada, usar aceites esenciales o anotarse en algún curso de sexo tántrico. Significa buscar estímulos, recuperar el placer, el goce. Empezar por tener más diálogo y, también, por mirar al otro, porque las parejas que se ignoran sexualmente han dejado de mirarse. Parte de la atracción está en la mirada, en hacerle saber al otro que es valioso y especial.

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Es clave recordar que sexualidad no significa genitalidad. Muchos de nosotros olvidamos que nuestro mayor órgano sexual es la cabeza. Si uno no mantiene activo el cerebro, nada erótico ocurrirá. Y, por el contrario, mientras más uno fantasee, más ganas habrá.

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Diana M. Resnicoff es licenciada en psicología y sexóloga clínica.