Nuevos viejos prejuicios laborales

La flexibilidad laboral ha llegado para quedarse. ¿Quién puede quejarse de las ventajas del trabajo a distancia? ¿De poder trabajar cómo y cuando queremos, sin dejar por eso de ser productivos e eficientes, mejorando, incluso, nuestra calidad de vida?

Se juzga diferente a las mujeres que trabajan desde casa que a los hombres en la misma situación / Foto: Thinkstock
Se juzga diferente a las mujeres que trabajan desde casa que a los hombres en la misma situación / Foto: Thinkstock

Sin embargo, según una nota que publicó el diario norteamericano The Washington Post en estos días, aún existen prejuicios sobre quienes hacen uso de esta modalidad laboral. Sobre todo si éstas son mujeres con hijos que pretenden aprovechar las ventajas del teletrabajo para involucrarse más en su crianza mientras son pequeños.

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Créase o no, aún persisten los mismos prejuicios de género sobre las madres que existían cuando la única opción que tenían era trabajar dentro de una oficina cumpliendo un horario estricto.

En una encuesta presentada en la reunión anual de la American Sociological Association (realizada a cerca de 700 personas de entre 18 y 65 años) se observó que la gente considera que “los hombres con horario flexible realizan su trabajo de forma mucho más comprometido que las mujeres en iguales condiciones”.

De hecho, de las personas consultadas, el 70 por ciento aceptó que le concedería a un padre la petición de trabajar desde su casa dos veces por semana por razones de cuidado de niños, en comparación con el 57 por ciento que se la otorgaría a una mamá.

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"Si un hombre pretende trabajar con horario flexible o en casa,  seguramente se lo otorgaremos porque creemos que todavía está cumpliendo con su responsabilidad de sostén de la familia, además de ayudar en casa. Y pensaremos ‘¡Qué gran tipo!’. Pero si es una madre quien lo solicita, pensaremos que no hay manera de que pueda trabajar en casa con eficacia. De ella esperaremos que si está trabajando con esta modalidad seguramente mientras realice alguna de sus tareas estará armando un rompecabezas junto a sus hijos o llevándolos al parque. Y de un hombre pensamos que  hará lo que tenga que hacer aunque sus hijos se la pasen todo el día frente a la televisión”, dijo Christin Munsch, profesor de sociología de la Furman University.

La supervivencia de estos viejos prejuicios no solo daña a las mujeres madres que han elegido el teletrabajo. Según la misma encuesta, los  hombres sin hijos que piden flexibilidad laboral para hacer otra actividad -estudiar, viajar o practicar algún deporte- son todavía más criticados. ¿Cómo es eso de buscar tiempo libre solo para pasarla bien?

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Sin duda los cambios culturales llevan tiempo. Y no basta para promoverlos que existan nuevas herramientas laborales. Los viejos nuevos prejuicios todavía son un obstáculo a vencer.

¿Han sido víctimas de alguna discriminación por haber optado por la modalidad de teletrabajo?

 

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