¿Importa el número de parejas sexuales?

Todos lo hemos experimentado, al iniciar un noviazgo las dos partes involucradas tienen cualquier cantidad de sueños en la cabeza. No es para menos, significa el inicio de una nueva etapa que está inundada de expectativas con las que se espera llegará un periodo de mayor felicidad y plenitud. Porque, en teoría, esto es para lo que debería de servir el noviazgo, para ayudarnos a ser más felices.

No importa cómo empiece esta nueva relación, ya sea que tras salir durante un par de meses alguno de los dos inicie una plática incómoda con la que pregunta “¿Qué somos?” o bien, que haya una declaración formal de por medio que aclara por completo la situación, el caso es que ambos miembros acceden a una interacción de mucho mayor responsabilidad y seriedad.

Para ello, se supone que se conocen tan bien como para iniciar esta fase y que el tiempo previo en el que salieron fue suficiente para, por lo menos, descubrir algunas de las imperfecciones que los plaga. Formalizar un compromiso implica, entonces, que exista una aceptación mutua de dichos defectos.

Sin embargo, hay un factor que casi no se pregunta (ni mucho menos se discute) y que generalmente molesta y arde como una erupción que sale en la piel, sin razón evidente y que no parece vaya a desaparecer pronto. Se trata de esos dígitos que con precisión y contundencia describen el pasado de las personas. Sí, con un solo número, sin importar cual sea, uno puede darse una idea de la experiencia acumulada de su cónyuge. Me refiero al número de parejas sexuales que arrastra la historia de cada quien.

Uno podría asumir que en pleno siglo XXI aclarar la información al respecto no debería de ser relevante antes de iniciar una relación. Sin embargo, la realidad es otra. Hay algo en ese número que a muchos no deja dormir e incluso atormenta, como si esperaran a un médico que está por definir un diagnóstico después de recibir unos análisis de laboratorio.

Al preguntarse por qué, surgen ejemplos como cuando un club de futbol está por realizar una contratación: analiza los videos y el desempeño del jugador mediante observadores que lo van siguiendo en sus diferentes partidos. No obstante, su mejor carta de presentación es el récord individual sobre su accionar en la posición que juega.

Por otro lado, antes de decidir si se compra o se vende una acción en la Bolsa de Valores, se estudia el comportamiento de la misma a través del tiempo  y se utilizan números y estadísticas para tratar de estimar el momento idóneo de la transacción. En el sexo pasa algo parecido con el número antes mencionado, es una referencia de la actuación histórica del sujeto, pero, ¿qué nos está diciendo en realidad?

Muchos individuos creen que mientras más alta sea esta cifra peor será la conducta de quien que la sostiene. Ésta se puede malinterpretar como un gran apetito sexual, como un deseo incontrolable por acostarse con la mayor cantidad de personas posibles y, por consecuencia, hipotéticamente podría llevar a un posible acto de infidelidad. Aunque es imposible asegurar lo contrario, de igual forma es una grave generalización aferrarse a la idea de que alguien que tiene un vasto historial sexual con ellos es más propenso a ser infiel.

En lo personal, quienes se sienten amenazados por el número de encuentros sexuales que tuvieron sus parejas es porque en el fondo manifiestan una inseguridad por su propio número, que, por lo general, es más bajo. Estoy seguro de que inconscientemente les encantaría contar también con un número similar al haber podido probar y conocer a cuanto hombre o mujer les hubiera dado en gana antes de comprometerse íntima y moralmente con alguien más.

Al final, lo que realmente importa no es el número de hombres o mujeres con las que uno se acuesta, sino la experiencia que se adquiere en el proceso. El sexo, como cualquier otra disciplina física, requiere de práctica, repetición, atención y, sobre todo, mucha (de verdad mucha) dedicación.

Es más probable que un novio que haya saltado de cama en cama tenga un arsenal de trucos y artilugios sexuales mucho más completo, complejo y satisfactorio que una persona que no y esto, a la larga, sólo es un indicio de un próspero desempeño sexual. Resulta imposible no esperar que esa pareja utilizará dichos recursos en su nueva relación, ¿o no?

Hace unos días, al tratar de recabar opiniones sobre esta hipótesis, le pregunté a mi novia lo que pensaba del tema. Frunció el ceño y me respondió: "Me preocuparía más que no tuvieras experiencia".

¿Qué opinas? ¿De qué manera crees que afecten estos números en una relación de pareja?

@AnjoNava

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