Ciao Facebook

Últimamente, hay una tendencia a irse de la más importante de las redes sociales. Nada importante, claro, porque Facebook no para de crecer (los usuarios de redes sociales se han disparado de 47% a 69% en los últimos tres años).

Sin embargo, algunos se toman un respiro y luego regresan; otros directamente se “suicidan”.

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Al menos, esto es lo que indica un estudio de Pew Internet & American Life Project, en el que se asegura que un 61% de los usuarios de Facebook se han tomado un receso voluntario, y que un 27% planea pasar menos tiempo en la red social.

Lo más revelador es que casi un tercio de quienes se alejaron temporalmente de la red social lo hicieron por razones asociadas a sentimientos de rechazo como desinterés o disgusto (10%), pérdida de tiempo o contenido irrelevante (10%) o simplemente demasiado drama, chismes, negatividad o conflicto (9%).

"Estaba cansado de comentarios estúpidos", "Se puso aburrido", "No me aportaba en nada", "Demasiado drama" o "La gente postea hasta lo que cena", son algunos de los comentarios que la consultora recibió de los encuestados.

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Un día me levanté, abrí mi Facebook, busqué el muro de mi hermana (ella vive en Chile y yo en Argentina) y para mi absoluta sorpresa no existía en la red –relata Silvana-. Debo confesar que me dio un poquito de desesperación, porque gracias a Facebook hablábamos a diario, y de pronto pensé que ya no podríamos hacerlo. Así que la llamé por teléfono y me dijo: ’Me harté. Me parece que me consume demasiada energía’. La escuché tan convencida que no pude más que darle la razón. Pero a los tres días mi hermana volvió. Le pregunté por qué había cambiado de parecer, y me dijo: ‘Bueno, es que pensé que no debería ser tan extremista, porque es muy útil para algunas cosas, así que me propuse controlar el tiempo que me conecto.”

Para algunas personas que trabajan en redes de voluntariado en distintas áreas, Facebook o Twitter pueden ser herramientas muy útiles para mantenerse en contacto permanente y poder responder a las emergencias, pero a nosotros, los mortales, cabe preguntarnos para qué nos sirven.

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Los amigos virtuales, por ejemplo, no son realmente amigos. No acudirán en tu ayuda si tienes un problema, no compartirán contigo los abrazos y las lágrimas.

Así que, si finalmente te decides por salirte de la Web 2.0, yo recomiendo Suicidemachine, una página web que soporta un software que permite borrar todo rastro personal de las redes sociales. Esto evita que las fotos y artículos que hayas publicado queden a disponibilidad de la compañía una vez que cierras tu perfil. Y hasta puedes dejar un mensaje final, a modo de últimas palabras.

Puedes mirar el video explicativo aquí.

En Twitter @aleherren

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