Tomar una siesta, buena y saludable costumbre

La palabra siesta data del siglo XI y sus orígenes provienen de una de las reglas de San Benito: reposo y tranquilidad en la hora sexta, que es un lapso de tiempo entre las 12:00 y 15:00 horas del día. Según este abad de Nursia, en la región de Umbría (Italia), todos los religiosos, durante el tiempo señalado anteriormente, debían recostarse en total silencio; era el momento para descansar de la primera parte de la jornada y así poder recargar energía para continuar con las actividades el resto del día. Poco a poco, esta costumbre se fue extendiendo a otros monasterios y también la población comenzó a adoptarla.

Thinkstockphotos
Thinkstockphotos

La siesta es una tradición muy arraigada en los países latinos, tan es así, que el término (siesta) es conocido universalmente para referirse al sueño, que se toma justo tras el medio día de labores. Es importante dejar claro que la siesta en sí, es una consecuencia natural de nuestro organismo, pues tras la ingesta de alimentos, la sangre desciende desde el sistema nervioso hacia el digestivo, produciendo en consecuencia, una somnolencia.

Yo sé que pensarás que con la vida tan ajetreada que llevamos hoy en día, lo último que debería estar recomendándote es que trates de hacer un espacio en tu horario para tomar una siesta, sin embargo, los expertos en el tema recomiendan que lo intentemos como una forma de poder mantenernos saludables.

Un tema importante es la duración de la siesta, la cual no debe sobrepasar los 30 minutos. El sueño tiene 5 fases si tu siesta se extiende de la fase 1, donde el sueño es ligero o superficial, a la 2, donde el sueño es un poco más profundo, lograrás despertar más alerta y con energía. Si tu siesta se pasa y se extiende a las etapas 3 y 4, conocidas como sueño profundo, no te despertarás fácilmente, además de que te sentirás atontada y cansada. La primera y la segunda etapa duran aproximadamente 10 minutos cada una, de ahí que 20 minutos sea el tiempo ideal para una siesta.

Una serie de estudios han demostrado que el hábito de una siesta de 20 minutos diarios:

  • Reduce los riesgos de padecer alguna enfermedad del corazón.

  • Rejuvenece.

  • Mejora la memoria y el aprendizaje.

  • Ayuda a aumentar la productividad laboral.

  • Contrarresta las secuelas del estrés cotidiano, mejora el humor.

  • Ayuda a relajar los músculos y reponer energías.

Tips que te ayudarán a aprovechar más tu siesta:

  • Nunca excedas el tiempo recomendado; si es necesario, las primeras veces utiliza una alarma hasta que tu siesta esté regulada.

  • Busca un lugar tranquilo, que nadie te moleste durante tu siesta; puedes hacerla en un sillón o recostarte completamente.

  • Trata de dormir a medio día, justo después de la comida.

  • Trata que tu comida sea ligera, evita alimentos con gran cantidad de grasas o azúcares, ya que éstos pueden interferir en que logres conciliar el sueño.

  • Utiliza un antifaz para buscar la mayor obscuridad posible, apaga celulares, radios, etc.; son 20 minutos solo para ti.

  • Cuando duermes, la temperatura corporal desciende, así que asegúrate de tener cerca una manta para tu comodidad, quizá la necesites.

  • Si puedes, toma una taza de café antes de tu siesta; la cafeína hace efecto entre los 10 y 20 minutos, así que te ayudará a despertar a tiempo y sentirte energizado; paradójicamente, el café y la siesta son una buena combinación.

Para que incorpores esta buena costumbre en tu día a día, es importante que tengas claro que no estás siendo flojo, dormir una siesta te hará estar más alerta y ser más productiva, además de que estarás cuidando tu salud. ¡A dormir un rato!

¡Recuerda…tú generas el cambio!

Quizás te interese:
Biodanza: el baile de la vida
No dañes tu imagen: luce siempre linda
Yoga antigravedad