Té verde: los sí y los no

El té verde se prepara en infusión como el té tradicional, aportando numerosos beneficios tanto a nivel interno como externo. Veamos cuáles son y en qué casos podría no ser conveniente beberlo.

Saca el mayor provecho del té verde. Foto: Thinkstock
Saca el mayor provecho del té verde. Foto: Thinkstock

Beneficios del té verde

En esta bebida encontramos vitamina A, B2, C y E. Contiene una gran cantidad de minerales: calcio, cromo, magnesio, cobre, zinc, fósforo, potasio, flúor y selenio, entre otros. Una taza de té verde aportaría la cantidad de magnesio que el cuerpo precisa en un día. Lo mismo con respecto al flúor, lo cual lo volvería un aliado contra la caries.

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En contraste con otras infusiones o bebidas con cafeína, en el té verde se encuentra la menor proporción de esta sustancia. Dado que eleva el metabolismo basal, se aconseja su consumo a personas con hipertiroidismo. Esta cualidad también ayudaría a quienes quieran bajar de peso.

Eso no es todo. Al ser un poderoso antioxidante, tendría un efecto antienvejecimiento sobre el organismo. Se considera que contribuye a prevenir enfermedades como diabetes, hipertensión, trastornos cardíacos y colesterol alto. Tip: para no alterar su valor antioxidante, sería conveniente no agregarle leche.

Cómo prepararlo

Vierte agua caliente (no hirviendo) sobre el té verde, ya sea en hojas o en saquito –las primeras son las más recomendables–. Lo ideal es beberlo amargo. Si lo prefieres dulce, agrégale una cucharadita de miel. Para los latinos que disfruten del mate, pueden incorporarle una cucharadita a la yerba.

Usos externos

Puedes empapar un trozo de tela en este té y aplicarlo, a modo de compresa, para frenar hemorragias provocadas por cortes, o sobre pieles dañadas.

- Aplica una bolsita de té verde donde te hayan extraído un diente para ayudar a aliviar el dolor.

- Las compresas de este té frío aliviarían las quemaduras solares.

- Colócalas también sobre los párpados inferiores para minimizar las bolsas de los ojos.

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Cuándo no usarlo

Se desaconseja el consumo del té verde en las mujeres embarazadas, en las que amamantan y en los niños muy pequeños, sobre todo si estos presentan signos de hiperactividad. Además, en casos de úlceras o gastritis, sería conveniente no beberlo. Recuerda consultar a un experto si tienes dudas, antes de consumir té verde.

Fuente consultada: libro Nueva Alimentación, Nueva Vida, Silvana Ridner

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Elisa Botti es licenciada en medicinas naturales y naturopatía, coach psicobiológica, miembro profesional de ASIMEPA (Asociación Internacional de Medicinas y Psicologías Alternativas), especialista en técnicas psicocorporales, miembro del cuerpo docente de la Asociación Argentina de Medicina Psicobiológica, y autora del libro Concebidas sin pecado.

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