Sencillos consejos para bajar de peso

Para bajar de peso, no necesariamente te tienes que matar de hambre o recurrir a dietas extremas, con que lleves una alimentación equilibrada debería ser suficiente; no es fácil, se necesita mucha fuerza de voluntad, pero tampoco es imposible. Existen ciertos elementos que pueden ser tus aliados para lograr llegar a tu meta: perder unos kilos, estar más sana y, por qué no, lucir una mejor figura.

Consejos sencillos para perder peso
Consejos sencillos para perder peso

Por lo anterior, te presento acá algunos consejos que te pueden ayudar:

Prepara una lista de objetivos: escribe las razones por las cuales quieres bajar de peso; es importante que te fijes metas objetivas, no puedes pensar en perder diez kilos en una semana. Los nutriólogos recomiendan perder entre un cinco y un diez por ciento del peso corporal total, es decir, las dietas lentas son las que más funcionan. Si logras perder entre seiscientos gramos y un kilo a la semana, es una buena meta. Está demostrado que la gente que baja de peso poco a poco, logra mantener durante más tiempo los resultados que aquellos que bajan con dietas milagro.

No compres de más: antes de ir a hacer tus compras, prepara bien la lista de lo que necesitas y no compres nada que no esté en ella. Evita comprar cualquier antojo, esto te ayudará a no tener tentaciones en la alacena. Trata de hacer tus compras después de comer, así será más fácil resistir los antojos.

Cuida las porciones: este es uno de los mejores consejos a seguir; tus porciones deben ser moderadas, no repitas platos. Solo piensa que, en general, las personas que son delgadas son muy medidas en lo que comen.

Come bien para bajar de peso: no se trata de prohibir alimentos, debes de comer de manera variada, saludable y agradable al paladar. Incluye alimentos de todos los grupos, únicamente cuida tus porciones, como se menciona en el punto anterior, y no dejes que pasen más de cuatro horas entre comida y comida, es decir, debes comer tres comidas con buenas porciones y dos colaciones al día, una entre el desayuno y la comida, otra entre la comida y la cena.

Sé disciplinada con tus horarios: establece muy bien tus horarios de comida; este orden ayudará a agilizar tu metabolismo, comerás de manera más consciente, evitarás los ataques de hambre y tu cuerpo quemará más calorías durante el día que por la noche; por lo anterior, si tienes algún antojo trata de consumirlo por la mañana y no por la noche.

Come sentada y despacio: dedícale el tiempo suficiente a tu comida, recuerda que los alimentos son sagrados. Saborea cada bocado y enfócate en disfrutar el momento. No lo hagas mientras trabajas o ves la tele. Enfócate en lo que haces, una cosa a la vez.

Lee las etiquetas
Lee las etiquetas

Lee las etiquetas: pon atención y date el tiempo de leer las etiquetas de los productos que compras, ya que generalmente te brindan información valiosa, pues además de las calorías que te proporciona la porción, te informan sobre niveles de sodio, grasas, azúcares, proteína, fibra, vitaminas, minerales, etc. Esto te ayudará a elegir las mejores opciones.

Recurre a las especias: cuando prepares tus alimentos, recurre a las especias; prueba y descubre nuevos sabores, te ayudarán a variar los platillos sin tener que recurrir a aderezos que te suben de peso.

Sé discreta: no tienes por qué informarle a todo el mundo que estás a dieta, trata de ser discreta y pasar desapercibida. Por naturaleza, los humanos tendemos a boicotear casi todo, no faltará quien insista en que debes de comer esto o aquello. ¡Ojo!, ten cuidado.

No te vuelvas esclava de la báscula: es importante que el pesarte no se vuelva una actividad diaria, mejor utiliza tu ropa como referencia; no le des tanta importancia a un número, recuerda que el peso es muy subjetivo.

Un gusto de vez en cuando: no dejes que los antojos se te acumulen, de repente, permítete algún lujo; lo importante, como dijimos anteriormente, es cuidar la cantidad y regresar al carril justo en la siguiente comida.

Sopas y caldos: incorpóralos a tus comidas; los líquidos calientes ayudan a que te sientas satisfecha, solo cuida que no tengan grasas en exceso. Opta por consomé, sopa de verduras o alguna crema de verduras, pero sin crema ni maicena, espesada únicamente con la verdura.

No hagas cosas que no harás toda tu vida: no recurras a dietas y rutinas de ejercicio muy exageradas y extremas, pues cuando te canses botarás todo y regresarás a donde estabas. Trata de que tu cambio de alimentación y el ejercicio sean fáciles de seguir, que se conviertan en parte de tu vida diaria, es decir, en “un estilo de vida” para el resto de tus días.

Toma agua: el agua es un elemento fundamental para perder esos kilos que te molestan. Te ayuda a sentirte saciada y a eliminar toxinas de tu cuerpo, además de que te ayuda a estar perfectamente hidratada.

Para decir salud: en caso de que tengas un evento social, elige bebidas como el vino tinto y trata de tomar agua entre copa y copa para disminuir las calorías.

Controla la ansiedad y el estrés: estos estados de ánimo representan uno de los principales problemas para poder perder peso. Por ejemplo, por culpa de la ansiedad puedes dedicarte a picar entre horas y no quedarte tranquila hasta terminarte el paquete de galletas o lo que tengas enfrente. Estos ataques hacen que ingieras muchas calorías en muy poco tiempo; si no puedes controlar estos ataques, quizá sea necesario que intentes hacer alguna clase de Yoga o meditación, de tal manera que logres alejar la ansiedad y el estrés.

Duerme bien: la falta de sueño está relacionada con hormonas que controlan el hambre y las señales de saciedad. No dormir bien baja los niveles de leptina (hormona que reduce el apetito) y aumenta los niveles de la ghrelina (estimulante del apetito liberado por el estómago). De ahí la importancia de dormir bien.

Ponte en movimiento: para lograr un gasto energético adecuado, es necesario hacer ejercicio de forma habitual. No necesitas matarte en el gimnasio con rutinas exhaustivas, con que realices diariamente una caminata (a buen paso) de media hora, será suficiente. Ahora que si logras incorporar un poco de ejercicio con pesas, los resultados serán mucho mejores.

Paciencia y confianza: no te desesperes, es un esfuerzo que lleva tiempo pero lo puedes lograr, créemelo. Disfruta de los reconocimientos; cuando comiences a bajar de peso y la gente te lo diga, siéntete halagada y motivada a seguir. Siente tu fuerza interior, conforme vas bajando y lo vas sintiendo, la confianza en ti misma aumenta, te sentirás la mujer más bella y segura del mundo.

Permanecer: recuerda que lo más difícil no es llegar sino mantenerte; cuando logres llegar a la meta, lucha por mantener el cambio. Como se dice por ahí: “para atrás, ni para tomar vuelo”.

Recuerda… ¡tú generas el cambio!