La sauna: calor lleno de beneficios

La sauna es un invento cuyo origen se atribuye tanto a los pueblos de las estepas euroasiáticas, en donde se conocía como baño turco, como a los de Escandinavia, específicamente Finlandia, que es la sauna seca o finlandesa.

Sauna (del finés sauna) significa baño y básicamente consiste en baños de vapor de agua que se produce al verter este líquido sobre piedras calientes y alcanza una temperatura que oscila entre los 80°- 90° y 100°C, con una humedad mínima (nunca superior a los 20°C). En un cuarto recubierto de madera sin tratar; esto para que la madera trabaje y sea capaz de absorber y liberar el exceso de agua cuando sea necesario. En dicho lugar encontrarás bancas donde puedes sentarte o incluso acostarte; cabe mencionar que las partes superiores son más calientes que las inferiores.

 

La temperatura de este espacio no quemeará tu piel. / Foto: Thinkstock
La temperatura de este espacio no quemeará tu piel. / Foto: Thinkstock


Dentro este espacio hay un calentador eléctrico con un depósito para piedras volcánicas, sobre ellas se vierte el agua que se evapora, produciendo así el golpe de vapor.

Aunque la temperatura es alta, no produce quemaduras porque se combina la humedad y el calor seco. Normalmente, una sesión dura entre una hora y hora y media. En este tiempo se alternan fases de enfriamiento y calentamiento que aportan a tu cuerpo múltiples beneficios, entre los que podemos mencionar:

•Activa el sistema nervioso y circulatorio. Al aumentar la temperatura corporal, se consigue un mejor flujo de la sangre. De igual modo, el sistema nervioso se relaja y el estrés disminuye. Incluso te premite conciliar el sueño.

•Permite relajar y soltar tejidos musculares, lo que aumenta la flexibilidad de los músculos y elimina la tensión tanto en el cuello como en los hombros, por ejemplo.

•Abre los poros y activa el funcionamiento de las glándulas sudoríparas, así el cuerpo elimina toxinas para una mayor oxigenación de la piel, con lo que ésta queda suave y elástica además de recuperar su equilibrio y textura natural.

•Genera efectos positivos en las vías respiratorias, sobre todo en aquellas personas que padecen afecciones obstructivas en los pulmones.

•Alivia dolores musculares causados por lesiones o padecimientos como la artritis.

•Causa una sensación de bienestar, ya que en la etapa de enfriamiento, el cuerpo secreta endorfinas por el esfuerzo que lleva a cabo el organismo para recuperar la  normalidad.

Para usar correctamente la sauna experiencia realmente placentera y positiva, toma en cuenta estos consejos:

•Antes de entrar, date un baño para limpiar tu piel, favorecerás el funcionamiento y potenciará los beneficios de la sauna, seca tu cuerpo bien antes de entrar.

•Usa una toalla húmeda en tu cabello para evitar que se reseque. Puedes aprovechar y utilizar algún tratamiento hidratante porque el calor ayudará a que penetre mejor.

 

Protege tu pelo cuando entres al sauna para evitar que se reseque. / Foto: Thinkstock
Protege tu pelo cuando entres al sauna para evitar que se reseque. / Foto: Thinkstock

•Si la sauna maneja varias temperaturas y son tus primeras experiencias en ésta, te sugiero que comiences por la más baja y poco a poco vayas aumentándola.

•Durante la sesión no se deben beber líquidos, de lo contrario, la desintoxicación no se llevará a cabo.

•El tiempo para permanecer en la sauna es el que resista tu cuerpo, pero como mínimo debes permanecer 15 minutos.

•Sal y date una ducha con agua fría. Comienza de los pies a la cabeza, sécate y toma un descanso.

•Regresa a la sauna y toma otra sesión igual a la primera. Lo recomendado es repetir este     ciclo 3 veces, alternando una sesión de 15 minutos con una de descanso, también de 15 minutos.

•Al terminar la sesión, es recomendable que te hidrates con alguna bebida isotónica para reponer líquidos perdidos.

•Nunca estés dentro de la sauna si tienes algún malestar; al sentir mareos o taquicardia, sal inmediatamente.

La sauna es una práctica que, efectuada a largo plazo y con constancia, ofrece mejoría para afecciones estrictamente físicas. Aunque sin duda, es también un placer espiritual y físico. No en vano existe un proverbio vikingo que dice “en la sauna se evapora hasta la ira”, ¡y cómo no, si ofrece tantos beneficios!

Recuerda… ¡tú generas el cambio!

 

 

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