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Cómo ponerte en forma con tu bici

Últimamente, el uso de la bicicleta se ha vuelto muy común; incluso podría decirte que se ha convertido en un tema de moda. Poco a poco, muchas ciudades alrededor del mundo se están uniendo a esta tendencia, fomentando así el alquiler de bicicletas y la construcción de carriles para su uso, ya que, finalmente, la bicicleta representa una manera sana y ecológica de desplazarte, ya que, además de todo, no contaminas. Aunado a esto, debes saber que es una buena manera de ponerte en forma. Si te gusta la bicicleta o tienes una guardada en tu cochera, quizá llegó el momento de que la desempolves y la pongas en movimiento.

Cómo ponerte en forma con tu bici
Cómo ponerte en forma con tu bici

Para comenzar, es importante que verifiques el estado de la bicicleta, que sea de tu talla, que te sientas cómoda. Ajusta bien el sillín y el manillar, que tus brazos queden relajados; verifica la presión de las ruedas, si están un poco desinfladas, será más fácil que se ponchen. La seguridad también es importante, así que no olvides el casco y unos guantes, ya que en caso de una caída te pueden proteger bastante. Por último, trata de analizar la ruta que tomarás antes de salir; opta por zonas seguras; de esta manera, podrás aprovechar al máximo el entrenamiento.

El uso de tu bicicleta:

  • Mejora el funcionamiento de los pulmones y el corazón, reduciendo así el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

  • Reduce el estrés; te sentirás más ligera y llena de energía.

  • Ayuda a incrementar el gasto calórico, por lo que te ayudará a perder peso.

  • Fortalece las articulaciones.

  • Mejora el tono muscular, sobre todo los músculos del tren inferior, como son piernas, caderas y glúteos. Ahora bien, si pedaleas de pie, también tus brazos se fortalecerán.

Para obtener mejores resultados, aquí te dejo algunos tips que debes poner en práctica durante tu entrenamiento:

Fortalece tu abdomen: esto te ayudará a tener un mejor control del equilibrio, estabilizar tu pedaleada y evitar lesiones en la espalda. Realiza diariamente ejercicios abdominales; antes de ir a la cama, haz cuatro series de quince repeticiones cada una.

Intervalos: este tipo de entrenamiento consiste en incorporar a la rutina distintas intensidades de trabajo. Esta metodología potencia la pérdida de peso corporal, ya que ayuda en la quema de grasa por parte del organismo. Inicia el entrenamiento realizando, a una intensidad fuerte, tres repeticiones con duración de tres a cinco minutos cada una e intercálalas con tres repeticiones de igual duración pero a una intensidad suave. Utiliza una resistencia fuerte para ganar potencia. Semanalmente puedes ir aumentando el número de repeticiones (cuatro, cinco, seis, etc.) en los intervalos o en la duración de estos (de cinco a seis minutos, y así progresivamente). Trata de realizar este tipo de entrenamiento dos veces por semana.

Resistencia: esta se construye ganando kilometraje, así que los fines de semana trata de rodar lo más que puedas; que tu meta sea lograr completar hasta dos horas a un ritmo que te permita hablar. Comienza poco a poco, la resistencia se gana con la constancia. Lo ideal sería llegar a realizar dos rodadas largas a la semana.

Mejora el pedaleo: para lograr un pedaleo redondo es necesario trabajar en él. Realiza el ejercicio conocido como “mono-pata”, consistente en pedalear cinco minutos con una pierna y cinco minutos con la otra. Se te hará raro, pero este sencillo ejercicio ayudará a mejorar la eficacia de tu pedaleo.

Entrenamiento cruzado: trata de completar tus entrenamientos incorporando una sesión a la semana de una actividad distinta, como pudiera ser una sesión de fuerza en la sala de pesas, una sesión de Yoga o una sesión en la alberca.

Combina tu rutina de bicicleta con una dieta balanceada y, por supuesto, debes ser constante para poder obtener los resultados que buscas.

Recuerda…¡tú generas el cambio!