Onfalitis, infección de ombligo
La onfalitis es la infección de la cicatriz umbilical y podría tener consecuencias graves si no es atendida correctamente. Afecta a los bebés recién nacidos; sin embargo, puede presentarse también en personas adultas. En los bebés, la infección se presenta al cortar el cordón umbilical, cuando quedan expuestos algunos vasos sanguíneos, los cuales son aprovechados por las bacterias para establecerse en el cuerpo del niño.
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Un recién nacido corre más riesgos de padecer la infección en el ombligo si:
Tiene deficiencia del sistema inmunitario
Tiene bajo peso al nacer (menos de 2,500 gramos)
El trabajo de parto es prolongado: más de 14 horas en mujeres que tienen su primer bebé (primíparas) y más de 20 horas en madres con partos previos (multíparas)
Existe una ruptura prematura de membranas: el saco amniótico, que contiene al feto y al líquido amniótico, se rompe prematuramente una hora antes de iniciar el trabajo de parto
El bebé es de sexo masculino
Los síntomas de la onfalitis son:
Enrojecimiento en la zona umbilical
Secreciones húmedas, fétidas y purulentas (con pus) en el ombligo
En casos graves se presentan fiebre y datos de toxicidad (deterioro en la función y lesiones en el organismo)
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La mejor manera de prevenir la onfalitis en los bebés es mantener el cordón limpio y seco evitando que se contamine con desechos como la orina y las heces fecales. Esto, con supervisión de un médico, se puede realizar envolviéndolo en una gasa estéril. Después de caerse definitivamente el cordón, deben continuarse los mismos cuidados hasta que el ombligo cicatrice por completo. La gasa nos podrá indicar el momento de cicatrización cuando por dos días consecutivos aparezca completamente limpia.
En el adulto, las causas por las que se puede presentar onfalitis son:
Mala higiene
Aparición de una fístula (conducto anormal y ulcerado) que, junto con la suciedad, condiciona la aparición de bacterias
Roce de ropa apretada por tejidos que tengan contacto continuo con la zona
Uso de perforaciones, joyería
Los síntomas son similares a los que presentan los bebés: enrojecimiento, secreciones fétidas, inflamación y, en ocasiones, dolor
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Para prevenir la infección del ombligo debemos realizar un adecuado aseo de la zona utilizando jabón neutro con un lavado intenso diario, sin llegar a lastimar la zona afectada, y especialmente después de haber realizado alguna actividad física intensa. Después, debe secarse muy bien.
Los tratamientos en ambos casos serán recetados por tu médico. Recuerda evitar la automedicación.
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Omar Luja es médico cirujano y homeópata por la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía, Instituto Politécnico Nacional, México. Cédula: 7719134.