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Envenenamiento por mercurio

El pescado puede contener dosis mínimas de mercurio / Foto: Thinkstock
El pescado puede contener dosis mínimas de mercurio / Foto: Thinkstock

Los trastornos en la salud por exposición prolongada al mercurio pueden ser graves y en ocasiones mortales, tanto para el ser humano como para los animales. La exposición se da por contacto directo con la piel, consumo de pescado contaminado o respirar vapores que contengan el elemento.

Las principales fuentes de exposición de mercurio en el medio ambiente son:

  • Las centrales termoeléctricas cuya función depende del carbón, las calderas industriales y el uso doméstico del carbón, que al ser incinerado emite mercurio. Casi la mitad de las emisiones atmosféricas de mercurio son provocadas de esta forma.

  • Otras fuentes incluyen a procesos industriales, incineradores de basura y la minería de mercurio, oro y otros metales.

  • Encontramos mercurio en pilas, termómetros, barómetros, interruptores eléctricos, bombillas de luz fluorescente, algunos desinfectantes, amalgamas dentales, cosméticos y productos farmacéuticos.

  • La actividad volcánica y la erosión de las rocas son las maneras naturales por las cuales el mercurio es emitido.

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Daños en el humano

Sistema nervioso. Entumecimiento, dolor de cuerpo, daño cerebral permanente, temblores no controlables o incapacidad para caminar, ceguera o sordera, pérdida de la memoria y convulsiones.

Aparato digestivo. Las sales de mercurio pueden provocar inflamaciones y úlceras en la mucosa bucal y puede destruir los órganos digestivos.

Piel. Suele provocar inflamación y enrojecimiento o tener un efecto corrosivo.

Pulmones. Dependiendo de la cantidad de mercurio, se puede presentar daño pulmonar permanente.

Riñones. Puede ocasionar insuficiencia o daño renal permanente.

Durante el embarazo. El mercurio pasa de la madre al feto, lo que afectaría el cerebro y sistema nervioso del bebé. Lo cual, puede provocar trastornos en la memoria, concentración, lenguaje y movimientos, entre otras funciones, a lo largo de su vida.

Las baterías son una gran fuente de mercurio / Foto: Thinkstock
Las baterías son una gran fuente de mercurio / Foto: Thinkstock

La enfermedad Minimata
Esta condición afecta al sistema nervioso central y periférico, lo que ocasiona descoordinación del movimiento corporal, alteración sensorial de manos y pies, abatimiento de la vista y oído, parálisis completa e incluso la muerte.

Se le denominó Minamata, debido a que la ciudad japonesa con ese nombre padeció, en la década de 1930, uno de los peores casos de envenenamiento por mercurio provocado por descargas industriales del elemento en la bahía de dicha población. La consecuencia fatal fue la contaminación de pescados y mariscos los cuales consumió la gente de Minimata durante años, lo que resultó en graves intoxicaciones por mercurio en la misma localidad.

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Pescado, cuidados de consumo
Los peces y mariscos lo retienen en forma de metilmercurio (compuesto orgánico del elemento altamente tóxico). En el ser humano el consumo de pescados contaminados provoca que el mercurio se acumule en el cuerpo. El cocinar estos pescados no elimina el mercurio que en ellos hay. Los que suelen contener mayores concentraciones de mercurio son el tiburón, pez espada, caballa, blanquillo y el atún blanco.

Freno a la contaminación por mercurio
En enero de 2013 se celebró en Ginebra un acuerdo entre aproximadamente 140 países, llamado el Convenio Minamata, buscando la forma de poner en práctica medidas de protección al medio ambiente y la salud del ser humano, como el control de las emisiones de mercurio de plantas eléctricas alimentadas con carbón, al igual que el uso de mercurio en las minas de oro artesanales y los desechos que contengan este elemento que son las principales fuentes de mercurio en el medio ambiente.

El convenio también busca la eliminación progresiva del uso del mercurio en los productos que lo contengan. La meta de este propósito está hecha para el año 2020.

En el convenio existe una excepción importante, el uso del etilmercurio (tiomersal) para conservar las vacunas tanto animales como humanas. Se concluyó que no existe evidencia que pruebe que la cantidad utilizada de esta sustancia representa un riesgo para la salud.

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Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP)

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Omar Luja es médico cirujano y homeópata por la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía, Instituto Politécnico Nacional, México. Cédula: 7719134