Audición perdida

La exposición a altos niveles de ruido recreativo, proveniente de dispositivos de audio personales así como en espacios de espectáculos ruidosos, pueden ser los culpables del riesgo para perder la audición, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cerca de mil millones de adolescentes y adultos jóvenes corren el riesgo de la pérdida de este sentido como consecuencia de exposiciones diarias, y disfrutables, a niveles elevados de sonido, y es un riesgo que va en aumento cada día.

Pérdida de la audición
Pérdida de la audición

La OMS comenta que se debe crear conciencia a través de información en la que se proyecte que una vez que perdemos la audición no existe manera de poder recuperarla, quizá a través de esas acciones preventivas se pueda hacer que la gente disfrute de distractores audibles sin el riesgo de afectar su audición.

A nivel mundial una gran cantidad de personas, cerca del 5% de la población, presentan pérdida de la audición de moderada a severa, pudiendo haber sido una gran cantidad de éstas evitables.

Existen una gran cantidad de factores que influyen en la pérdida de este preciado sentido dentro de las cuales podemos encontrar predisposiciones genéticas, enfermedades infecciosas localizadas en el oído, abuso de sustancias, envejecimiento y, por supuesto, ruido ambiental.

En relación al ruido ambiental los niveles inseguros de sonido son descritos como la exposición a sonidos de 85 o más dB (decibeles) por 8 horas o a 100dB o más por tan sólo 15 minutos.

La OMS analizó estudios de varios países, tanto de medios como de altos ingresos, que incluyeron a personas de entre 12 y 35 años de edad que estaban expuestas a niveles poco seguros de sonido provenientes sus propios dispositivos de audio, como por ejemplo sus teléfonos inteligentes; cerca del 40% de este grupo de edad también estaban expuestos a niveles perjudiciales de sonido, como los de clubes nocturnos o algunos eventos deportivos.

La magnitud del daño hecho en los oídos depende de varios factores como la duración y frecuencia a la exposición al sonido, así como la intensidad o volumen de éste.

La OMS ofrece algunas recomendaciones para proteger a la gente de un, evitable, daño auditivo, señala que tanto gobiernos como dueños de ciertos establecimientos en donde exista exposición a ruido juegan un papel fundamental en proteger la audición de adolescentes y adultos jóvenes.

Los lugares de espectáculos y diversión comúnmente alcanzan niveles de 100dB, por lo tanto es conveniente que reduzcan la duración o el volumen, o ambos, para proteger la audición de las personas; tanto en esos sitios como en algunos lugares de trabajo la OMS señala que los niveles máximos permisibles de sonido deben de ser de 85dB durante no más de 8 horas al día.

Por otro lado, tanto adolescentes como adultos jóvenes pueden realizar muchas acciones para prevenir daños en sus oídos, medidas tan simples como mantener el volumen de sus dispositivos de audio en niveles seguros, así como utilizar tapones de oídos cuando acuden a ambientes con sonidos elevados y/o limitar el tiempo de permanencia en estos sitios puede ayudar a preservar la salud auditiva.

No está por demás mencionar que la pérdida auditiva puede tener un impacto importantísimo en la vida de las personas, ya que puede llevarnos a vivir en aislamiento y con sentimientos de soledad y frustración; al tomar las precauciones antes mencionadas miles de personas, no sólo adolescentes y adultos jóvenes, pueden evitar ver afectadas tanto su audición como su vida en sociedad.