Arrugas: factores y prevención

El descanso podría ser uno de los factores contra la aparición de líneas de expresión / Foto: Thinkstock
El descanso podría ser uno de los factores contra la aparición de líneas de expresión / Foto: Thinkstock


El envejecimiento de la piel, que se manifiesta a través de arrugas y flacidez, es uno  de los cambios más evidentes provocados por el paso del tiempo.

La piel tiene una gran cantidad de funciones, dentro de las cuales podemos encontrar la protección del cuerpo de cualquier ataque externo, la transmisión de sensaciones externas, la regulación de la temperatura corporal a través de la eliminación de calor y evaporación del sudor, la eliminación de sustancias nocivas, entre muchas otras funciones.

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La piel se compone de varias capas que generalmente podemos dividir en tres:

Epidermis. Es la capa externa que, entre otros componentes, contiene pigmentos que dan color a la piel y proteínas.

Dermis. Capa media compuesta por nervios, vasos sanguíneos, glándulas sebáceas entre otros. Esta capa se encarga de nutrir a la epidermis.

Hipodermis. Capa inferior a la dermis que contiene glándulas sudoríparas, vasos sanguíneos y grasa, entre otros elementos.

Cada una de las capas contiene colágeno, que ayuda a dar soporte a cada una de ellas, y fibras de elastina que aportan flexibilidad y fuerza a la piel.

Los cambios que sufre la piel, además del paso de los años, incluyen factores ambientales como la contaminación, los rayos ultravioleta por exposición al sol o la alimentación y factores genéticos entre otros.

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Cada uno de estos factores provoca diferentes consecuencias en los cambios de la piel:

Envejecimiento. Con el paso del tiempo la epidermis se vuelve más delgada, las células que dan el color a la piel (melanocitos) disminuyen y por lo tanto la piel parece más delgada y pálida, los pocos melanocitos que quedan crecen más de su tamaño normal y provocan, junto con efectos por el sol, manchas que se encuentran más comúnmente en rostro, dorso de manos, antebrazos y hombros.

La elasticidad, firmeza y resistencia de la piel, así como los vasos sanguíneos en ésta, se vuelven más frágiles, las glándulas sebáceas producen menor cantidad de aceite, haciendo difícil el mantener una piel humectada, volviéndola reseca, y se produce menos elastina (fibras que dan flexibilidad a la piel) y colágeno (fibras que le dan fuerza).

Diabetes y otros padecimientos como enfermedades hepáticas o cardiacas, entre otros, que pueden llegar a ocasionar trastornos en la piel.

El estrés puede llegar a manifestarse en la piel a través de resequedad, sensibilidad, grasa excesiva y manchas.

Falta de sueño. El no tener un descanso adecuado provoca que la piel, y nuestro cuerpo en general, no tengan el tiempo suficiente para reponerse.

Deficiencias nutricionales. Debemos tener una alimentación saludable que incluya un adecuado aporte de frutas y verduras, pues de lo contrario nuestra piel se verá afectada y no tardará en mostrar las deficiencias.

Luz solar. Los rayos solares pueden llegar a provocar pérdida en la elasticidad, cambios en la pigmentación, engrosamiento y, peor aún, cáncer de piel.

Cigarrillo. La nicotina provoca que los vasos sanguíneos en la piel se estrechen evitando así que la sangre circule en ella de manera adecuada. Fumar afecta de manera considerable al colágeno y por lo tanto es muy común que un fumador tenga una piel con más arrugas y presente una tez amarillo-grisácea.

Contaminación ambiental. La suciedad ambiental puede llegar a bloquear los poros de nuestra piel provocando que no respire adecuadamente.

El estrés avejenta la piel: mejor, goza la vida / Foto: Thinkstock
El estrés avejenta la piel: mejor, goza la vida / Foto: Thinkstock

Algunos remedios pueden resultar de ayuda para desacelerar la el deterioro natural de nuestra piel, dentro de estos podemos encontrar:

Exfoliación. Es un método que puede llegar a ser de utilidad para eliminar las líneas de expresión; se realiza al eliminar la capa más superficial de la epidermis a través de cremas, peelings, frío o láser.

Bótox. Es el tratamiento cosmético, no quirúrgico, de mayor demanda; el tratamiento se da a través de paralizar los músculos del rostro causantes de las líneas de expresión, su duración es de aproximadamente 6 meses.

Lisina. Aminoácido esencial para a producción de colágeno en el cuerpo, podemos encontrarla en alimentos como las carnes rojas, bacalao, sardinas, nueces, huevos entre otros.

Prolina. Es otra sustancia necesaria para la producción de colágeno la cual podemos encontrar en quesos como el suizo y el romano.

Vitamina C. El colágeno en el cuerpo depende en gran manera de la cantidad de vitamina C que consumimos, la cual podemos encontrar principalmente en alimentos como los tomates  y las naranjas, entre otros.

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Recuerda consultar a tu médico antes de emplear cualquier tipo de remedio que intente mejorar la condición de tu piel.
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Omar Luja es médico cirujano y homeópata por la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía, Instituto Politécnico Nacional, México. Cédula: 7719134