5 cosas que deberíamos permitirnos las familias

Existen muchos motivos que se interponen para no tener hijos. Y uno de los más aducidos es el dinero: no lo vamos a negar, tener hijos es caro. Cuando se discute este punto, suelo decir a mis amigos: nunca será suficiente; nunca se llegará al nivel de comodidad deseable para vivir como solteros teniendo hijos.

Todo en familia / iStockphotos
Todo en familia / iStockphotos

Y, aunque salgan del presupuesto, hay cosas a las que las familias no debemos renunciar. He aquí cinco cosas que deberíamos permitirnos las familias, que mejorarían nuestra calidad de vida y nos ayudarían a hacer más llevadero el ritmo y la presión de criar hijos.

Salir de vacaciones. Es una obligación y un derecho que, cuando empezamos a sumar gastos, a veces dejamos de lado: transporte, alojamiento, comidas, visitas a lugares turísticos... No todas las vacaciones son aptas para los bolsillos familiares; pocos querremos endeudarnos por un paquete vacacional en un destino turístico con apartamento. Ahora bien: se pueden hacer dos semanas en camping, con tiendas de campaña y sacos de dormir, y eso es además una experiencia increíble para los chicos. No renunciemos a salir de vacaciones.

Pagar una educación universitaria. Teniendo en cuenta las recientes reformas de los planes educativos y los recortes en todo tipo de ayudas y becas, solo nos queda preguntarnos: ¿cuánto costará la educación superior para cuando nuestros hijos vayan a la universidad? Muchos de nosotros tuvimos esa oportunidad, así que es importante que ellos también la tengan cuando llegue el momento. Cada céntimo que ahorremos será para su futuro.

Viajar en primera clase. Es una experiencia increíble que vale lo que cuesta. No se trata de que compremos billetes de primera para cualquier ocasión, sino de hacer un vuelo largo, al menos una vez en la vida, en esta categoría. Mejor cuando los niños sean los suficientemente mayores para apreciar las diferencias y disfrutarlas.

Comer orgánico. Las frutas y verduras orgánicas cuestan bastante más que las de cultivos corrientes. No se trata de que solo compremos productos de cultivo biológico, porque eso muy pocas familias se lo pueden permitir. Igual que a veces reservamos un pequeño presupuesto de la compra para un par de botellas de buen vino, se puede hacer una excepción de cuando en cuando con los productos frescos: es importante que nuestros hijos sepan el verdadero sabor de las manzanas o los tomates, ¿no creen?

Fomentar un hobby. Puede no ser un lujo. Quizá la economía no está para clases de equitación o surfboard. Sin embargo, cada familia puede encontrar opciones en su barrio, en su pueblo, a veces incluso actividades organizadas por los ayuntamientos: cuenta-cuentos en la biblioteca, natación en el polideportivo... ¿Y organizar nosotros mismos algún taller? Si juntamos a nuestros hijos y algunos vecinos, un par de horas por semana, podemos enseñarles a jugar al baloncesto, a hacer punto, hablar inglés o cocinar pizzas caseras. Y algo a reivindicar siempre: actividades al aire libre.

No es tan complicado -ni tan caro- dar todo lo necesario a una familia cuando se usa la imaginación. ¡Soñar es gratis! Aunque siempre se renuncia a cosas, claro. ¿A qué has renunciado tú desde que tienes hijos?

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Fuente: Yahoo! España 5 cosas que deberíamos permitirnos las familias