Masaje japonés para rejuvenecer el rostro

Si ni el bótox ni las cremas con ingredientes especiales ayudaron a disminuir las arrugas y las líneas de expresión del rostro, una opción alternativa es Eishodo, un masaje facial japonés que surgió en la realeza oriental desde 1472 y simboliza el “camino a la fuente de la eterna juventud”.

Eishodo es una técnica milenaria que se distingue por sus beneficios estéticos y rejuvenecedores para el rostro. A través de la digitopresión en puntos clave de energía para activar los nervios y la musculatura subcutánea, se mejora el flujo de la sangre de la cara; al mismo tiempo que ayuda a eliminar toxinas, oxigenar los tejidos, e incidir de forma natural en la regeneración celular y la producción de colágeno y elastina.

El masaje japonés Eishodo consiste en rejuvenecer la piel a través de la digitopresión en punto específicos del rostro./ Foto: Cortesía Yuriko Takiguchi
El masaje japonés Eishodo consiste en rejuvenecer la piel a través de la digitopresión en punto específicos del rostro./ Foto: Cortesía Yuriko Takiguchi

“Es un masaje milenario que ocupaban los nobles en Japón. El objetivo es trabajar la circulación de la cara, activar el sistema linfático para lograr que los músculos recobren su memoria y tengan  la estabilidad necesaria, ya que la  gesticulación y el simple hecho de comer ocasionan que los músculos faciales sean los primeros en caerse.

“A través de esta técnica se activa la circulación sanguínea y se rejuvenecen las células, lo que ayuda a que la piel luzca radiante. Es un levantamiento de la cara sin cirugía pues no utilizamos ninguna aparatología, solo las manos”, explica Yuriko Takiguchi, Terapeuta en masaje Eishodo y Shatsu y Presidenta de la Sociedad Mexicana de Shiatsu y Medicina Tradicional Oriental.

Durante el masaje, en el cual se hace una limpieza facial con productos naturales de origen japonés como espuma de té verde y arroz, se utilizan cuarzos de amatista o venturita para trabajar en la cara, cabeza y cuello.

Durante el masaje se utilizan productos de origen natural como espuma dearroz. / Cortesía: Yuriko Takiguchi
Durante el masaje se utilizan productos de origen natural como espuma dearroz. / Cortesía: Yuriko Takiguchi

“Preparamos la  piel a través de una exfoliación y retiramos las células muertas para que la dermis esté receptiva a los productos que aplicamos. Damos un masaje en la espalda con aceite de argán para aliviar las contracturas que pueden afectar al rostro y empezamos con los movimientos ascendentes verticales para levantar los músculos faciales.

“Las piedras potencializan el tratamiento, dan un efecto terapéutico y nos ayudan a hacer las manipulaciones faciales para trabajar el lifting”.

Este masaje, explica la experta, es particularmente benéfico para la piel en época de frío, ya que es cuando la dermis se encuentra más vulnerable a las agresiones del clima, debido a que se encuentra expuesta al frío, al viento, los rayos solares y la contaminación, lo que ocasiona irritación, descamación, ardor y enrojecimiento.

De acuerdo con un estudio publicado en la revista Experimental Dermatology, “la resequedad de la piel en la estación invernal contribuye a la formación de arrugas”, este proceso se debe al incremento de la secreción de la proteína MMP-1, que es determinante en el envejecimiento cutáneo. El descenso de la temperatura provoca una baja irrigación sanguínea, ocasionando disminución del oxígeno y los nutrientes que son esenciales para las células, dando un aspecto opaco y grisáceo a la cara. Para evitar estos efectos nocivos se debe preparar la piel, a través de la hidratación, protección solar, la higiene del rostro por la mañana y la noche; esta rutina de cuidado se puede complementar con un masaje facial japonés.

Los cuarzos ayudan a potencializar los efectos del masaje./ Foto: Cortesía: Yuriko Takiguchi
Los cuarzos ayudan a potencializar los efectos del masaje./ Foto: Cortesía: Yuriko Takiguchi

“Los resultados dependen de la gente. Hay quien nota una diferencia desde la primera sesión, pero en realidad influyen muchos factores: desde la genética y la nutrición hasta hábitos de limpieza y cuidado personal.  Si no se usa bloqueador, y la piel se expone continuamente al sol, difícilmente se ven mejorías.

“Lo ideal es acudir a un bloque de 10 sesiones cada 8 días para hacer la regeneración de la piel y después se van espaciando. Eishodo permite que el rostro luzca terso y luminoso”, agrega.


El masaje, al cual acuden hombres y mujeres por igual, dura entre 20 y 25 minutos . Es recomendable para personas que tienen desde 20 años, ya que a esa edad es cuando se comienza a  perder producción natural de colágeno. Además es benéfico para  adolescentes con problemas de acné, ya que les regula la glándula sebácea.

“Es como ir al gimnasio con la cara. Una vez que notan los efectos, buscamos ser más disciplinados

No hay que olvidar la filosofía japonesa: no puedes tener salud sin belleza. El objetivo es tener disciplina y hacer con una cara, una forma de vida”.

Los resultados del masaje dependen de la genética, disciplina y hábitos de cada persona./ Foto: Cortesía Yuriko Takiguchi
Los resultados del masaje dependen de la genética, disciplina y hábitos de cada persona./ Foto: Cortesía Yuriko Takiguchi

De acuerdo con la experta, Eishodo es mejor que una cirugía ya que es natural y no es invasivo. No tiene ninguna contraindicación para embarazadas, a excepción de que tengan enfermedades contagiosas como sarampión o varicela.

“Recomiendo que no se maquillen antes del tratamiento para evitar que se tapen los poros y tomar agua para desintoxicar el cuerpo. En el masaje llegamos a la tercera capa de piel y se estimula el sistema linfático. No es un simple facial.


“Solo especialistas certificados pueden dar este masaje y tienen una capacitación que dura un año. El riesgo de no ir con un profesional es que deje la cara chueca y en lugar de levantar los músculos, los lleve hacia abajo”, concluyó Yuriko Takiguchi.

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