Anuncios

¿Te lavas bien la cara? Conoce los errores más comunes al hacerlo

Limpiar tu cara puede parecer una rutina extremadamente sencilla, que incluso haces en automático; sin embargo, no está de más que te detengas a checar si lo estás haciendo de la manera correcta. Recuerda que rostro solo tienes uno y hay que mantenerlo limpio y saludable. El mayor problema al que te puedes enfrentar si no realizas adecuadamente tu limpieza, es el acumular contaminantes sobre la epidermis, los cuales ocasionarán la aparición de radicales libres que contribuirán, sin duda, a la descomposición del colágeno y la elastina, sustancias responsables de que tu piel conserve su juventud y una mejor apariencia.

Cómo lavarte la cara correctamente
Cómo lavarte la cara correctamente

A continuación mencionaremos algunos de los errores más comunes que cometemos al realizar nuestra rutina de limpieza; toma nota:

1. Lavar más de la cuenta: debes lavar tu rostro dos veces al día, por la mañana y por la noche. Si te excedes, lo único que lograrás es acelerar el envejecimiento de tu piel, puedes ocasionar que se irrite o, por irónico que parezca, provocarás una superproducción de grasa, lo que hará que te salgan granos y espinillas. Si no te maquillas, puedes incluso limpiar tu cara en la noche con un algodón mojado con agua fría, agua mineral o un tónico suave. A tu piel le cae bien que de vez en cuando la dejes descansar del exceso de productos.

2. No lavar las manos antes: es muy común saltarte este paso, al fin, lavarás tu cara con un jabón, ¿no es así? Pues no; NO puedes limpiar o aplicar producto a tu cara con las manos sucias. Primero lávalas, y así estarás lista para aplicar en las manos el jabón o desmaquillante con el que limpiarás tu cara.

3. La exfoliación: es un proceso muy efectivo para mejorar el tono y la textura de tu piel, pues te ayuda a retirar todas las células muertas; sin embargo, debes tener cuidado de no exceder las aplicaciones recomendadas a la semana. En caso de tener una piel grasa pueden ser dos veces a la semana; en caso de piel seca, únicamente una vez por semana. También es importante que utilices un exfoliante suave que no irrite tu piel y, preferentemente, realiza este proceso por las noches.

4. La temperatura del agua: siempre se ha dicho que el agua caliente abre los poros y la fría los cierra; de hecho, es muy agradable lavar tu cara con agua caliente; sin embargo, lo único que esto ocasiona es que se arruinen los aceites naturales que protegen tu piel y que se reseque. Por lo mismo, lo indicado es que laves tu cara con agua tibia, así que no lo hagas cuando te estás bañando en la regadera, espera a hacerlo en el lavabo, en donde será más fácil graduar la temperatura.

5. La toalla: secar nuestro rostro con una toalla es un error muy común, pues generalmente la frotamos con fuerza sobre nuestra piel, poniendo así en riesgo la elastina. Debemos secar a través de pequeños golpecitos, con una toalla que utilicemos especial y únicamente para esta función; debes saber que las bacterias ven a la toalla como un lugar ideal para vivir, y seguramente te secas con la misma toalla que usas para secarte las manos.

6. La hidratación: el momento ideal para hidratar tu piel es justamente después de haberla lavado y secado con golpecitos, cuando aún está húmeda. Esto ayudará a que tu piel absorba de mejor forma todos los ingredientes activos de los productos que le aplicas. De otra manera, tu piel podría quedar grasosa y pegajosa.

7. No quitar el maquillaje de rostro y ojos: para que tu piel respire durante toda la noche es indispensable remover el maquillaje de cara y pestañas, así como el rímel. Hay productos ligeros para lavar tu cara que no logran retirarlos correctamente, por lo que si usas maquillaje, sombras y rímel, debes buscar un desmaquillante especial que retire todos estos residuos y, posteriormente, deberás lavar tu rostro de forma que retires todas las impurezas que pudieran existir; recuerda: la cara debe quedar completamente limpia.

8. Uso de aceites: en algún momento se llegó a creer que los aceites no eran buenos para el cuidado de nuestra piel; sin embargo, no es así; algunos pueden quitar las impurezas de los poros, eliminar bacterias y equilibrarla. Es importante que elijas únicamente productos de alta calidad, como podrían ser el aceite de almendras, oliva o girasol.

9. No enjuagar correctamente: muchas veces no dedicamos a esta tarea el tiempo adecuado y lo hacemos demasiado rápido y sin precaución. Trata siempre de darte el tiempo para hacerlo y enjuaga tu cara a fondo. Generalmente, la línea del cabello en la frente, la nariz y la mandíbula son los lugares más descuidados y abandonados en esta tarea, a los que menos tiempo les dedicas; así que tenlo en mente.

10. Elección de productos equivocados: el producto que elijas para lavar tu cara debe ser el adecuado. No debe dañar la humectación y el pH natural de tu piel; no debe ser ni demasiado suave (que no limpie) ni muy fuerte (que cause resequedad o irritación). Para una piel seca se recomienda un limpiador cremoso y para una grasa un gel o foam.

11. Consultar a un especialista: debes saber bien cómo cuidar tu rostro, así que de la misma forma en que visitas al dentista para checar tus dientes, no está de más que de vez en cuando asistas con un dermatólogo para que te cheque y te oriente en cuáles son realmente los productos o tratamientos que necesitas para que tu piel luzca joven el mayor tiempo posible. Cada piel es distinta y podría ser que los productos que a tu amiga le sientan de maravilla a ti te afecten.

Recuerda… ¡tú generas el cambio!