Yahoo Estilo Un súper desayuno, clave para la salud de los niños
Texto: Mariana Israel
Desayunar no es un hábito más: ¡es clave para la salud! Sobre todo para los chicos, que después encaran largas jornadas de clase. Por eso, te damos consejos de cómo preparar un súper desayuno infantil. Ya no quedan excusas para saltarse una de las comidas más importantes del día.
Proteínas + hidratos: la combinación ideal
Los niños que no desayunan llegan a pasar 15 horas o más sin comer. Esto no sólo les da dolor de panza, sino que repercute en su capacidad de aprendizaje, según datos de la Academia Americana de Nutrición y Dietética.
El Hospital Universitario Austral, situado en la Argentina, encuestó en el 2007 a 6.313 niños y jóvenes de entre 6 y 21 años. El 21% desayunaba menos de tres veces por semana. El estudio halló que la omisión de la primera comida se asociaba a sobrepeso, obesidad y enfermedades crónicas. Razones suficientes como para que la costumbre de desayunar cobre impulso desde la infancia.
La pregunta que seguramente te estés haciendo es: ¿qué les doy? La recomendación de la Academia es combinar proteínas, carbohidratos y frutas.
Proteínas súper poderosas: no te pedimos que les cocines huevos batidos a tus hijos todas las mañanas, pero tal vez puedes agregarles una feta de jamón o un trozo de queso al pan tostado, o darles un yogur con cereales.
Carbohidratos y granos integrales: los hidratos son el combustible, la primera fuente de energía esencial para que tus hijos empiecen el día. Los cereales, por su parte, suman componentes nutritivos al desayuno. Entre las alternativas, puedes incluir panes integrales, multicereales o granola para el yogur.
Fruta fresca: desde el clásico jugo de naranja exprimido, hasta un licuado de banana, todo sirve para darles vitaminas a los niños.
Para familias apuradas
Algunos consejos para que el desayuno se convierta en un hábito familiar:
Organízate la noche anterior: deja la mesa puesta para ahorrar tiempo y prepara todo lo que puedas con anticipación.
Pon el despertador 10 minutos antes.
Atente al plan simple: no hace falta que todas las mañanas prepares un desayuno demasiado elaborado. A veces alcanza con un bol de cereales con yogur y un jugo de naranja.
Desayuno para llevar: los adolescentes suelen ser los más rebeldes a la hora de desayunar; prefieren usar ese rato para dormir. Puedes prepararles una bolsa con un yogur y una fruta, o un sándwich de jamón y queso.
Empieza de a poco: los hábitos no se inculcan de un día para el otro. Si en tu familia nunca fueron “desayunadores”, ten paciencia.
Predica con el ejemplo: si tú no desayunas, ¡tus hijos tampoco lo harán!
Fuentes: Academia de Nutrición y Dietética y Hospital Universitario Austral.
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