Una campaña fallida e irresponsable

En los carteles aparecen tres actrices y una deportista, todas con jeans y el torso desnudo. Cubriendo los senos, una banda blanca sobrepuesta donde se lee: “No le des la espalda, dale pecho”. La campaña de lactancia que lanzó la semana pasada el Gobierno del Distrito Federal no ha dejado a nadie indiferente. Y aunque las intenciones de la campaña sean loables, la forma de transmitir el mensaje es irresponsable y equívoca. Tanto así que una de las actrices se deslindó de la campaña y pidió que retiraran su fotografía.

La campaña de lactancia del GDF ha provocado reacciones negativas / Foto: Excélsior
La campaña de lactancia del GDF ha provocado reacciones negativas / Foto: Excélsior

Vamos por partes:

1. El eslogan lleva implícito un mensaje culpabilizador. Según la campaña, si eres madre y no amamantas a tu bebé, le estás negando tu apoyo. Eso te convierte no solo en una “mala madre” sino también en una “mala mujer”, porque en esta sociedad todavía se piensa que la maternidad es sinónimo de la calidad moral de una mujer.

Los bajos índices de lactancia no son un problema de calidad moral sino de salud pública. Pero la clásica estrategia para no responsabilizarse de los problemas es hacer pensar al individuo que todo lo que le pasa es por su culpa, especialmente a las mujeres. “eso te pasa por andar vestida así”, “eso te pasa por irte a trabajar, madre desnaturalizada”.

Si 6 de cada 10 mujeres en la Ciudad de México no amamanta a sus hijos no es porque sean “malas madres”, es porque no hay condiciones que lo favorezcan; las instituciones sociales, médicas, políticas, laborales, educativas y económicas difunden información desactualizada y tendenciosa. Para muestra, este reportaje de la Agencia AP.

Con suerte, una madre de familia podrá amamantar a su primer hijo los primeros tres meses (lo que dura su periodo de maternidad en el esquema laboral actual), para el segundo o el tercero no habrá esas condiciones, porque tiene que salir a trabajar. ¿Dejar al recién nacido en una guardería donde le dan fórmula hace a una mujer una “mala madre”?

2. Descripción física de las imágenes que aparecen en la campaña: vientres planos, senos firmes y redondos como naranjas (al menos los de Maribel Guardia), maquillaje y peinado de estilista, pieles tan blancas y lisas que no cabe duda de que fueron retocadas con Photoshop. ¿Por qué las presentaron así?
1. porque piensan que la lactancia materna es un producto para el cabello
2. porque el único modelo de mujer “ejemplar” que se les ocurre es una protagonista de telenovela o una modelo que posa para revistas calentonas (donde la identidad de una mujer queda reducida a un objeto sexual)
3. porque reprobaron el penúltimo semestre de la carrera de mercadotecnia y no se enteraron de que el discurso "aspiracional" no es eficaz para las campañas de contenido social
4. todas las anteriores.

Volvamos a lo básico: en este tipo de campañas se trata de crear un puente, no un abismo; se trata de conmover, de crear conciencia, no de vender shampoo o refacciones para automóvil. Y no digo que se hayan equivocado de modelos, pero confundieron el enfoque, perdieron la maravillosa oportunidad de hacerlas contar su historia y que millones de mujeres se sintieran identificadas con ella.

Señores, no hicieron su trabajo. Ni los publicistas ni las autoridades. Parece que no averiguaron qué es lo que hace que una madre decida darle pecho a su hijos; ignoraron los verdaderos debates a los que se enfrenta una mujer al final del periodo de maternidad laboral; les importó un reverendo pepino el desapego que se da entre madre e hijo debido a condiciones de trabajo adversas, jefes y horarios inflexibles, falta de guarderías cercanas o en el lugar de trabajo, discriminación al amamantar en público, la relación tan particular que vive una madre con su cuerpo durante el embarazo y la lactancia, la ausencia de libido, los problemas sexuales con la pareja, la desinformación por las mismas empresas de fórmula láctea y hasta por los médicos. ¿Nada de eso les pareció importante? Imagino que esta falta absoluta de visión y empatía se debe a que están acostumbrados a vender empaques e ideas “aspiracionales” de la vida.

Señores publicistas y autoridades de salud, les falta calle.

Las mujeres en edad reproductiva no necesitamos la demagogia del eslogan, necesitamos políticas públicas que establezcan, desde la conciencia y la información, condiciones favorables para la lactancia. Salgan, tomen el transporte público en hora pico, vayan más allá de su zona de confort. Tómense el tiempo de investigar. De última, compitan entre agencias para tener la mejor campaña de lactancia del mundo. Pero no hagan esos bodrios.

3. En las redes sociales, ese amplificador de la realidad, las críticas a la campaña fueron consideradas por muchos como “exageradas”, “mojigatas”, “faltas de sentido del humor”, poco importantes por ser “un tema de mujeres” y un mero “argüende” porque “ hay cosas más graves que ocurren en el país”.

¿En serio? ¿Hablar sobre los tropiezos de una campaña de lactancia es “un tema de mujeres”? No, es un tema de salud pública. Y si eso parece menos importante o menos urgente es, quizás, porque las prioridades en esta sociedad están colocadas en un orden equivocado. Pensar que la lactancia y la forma de representar a la mujer no es un tema relevante es sintomático y pone de manifiesto la ignorancia funcional de una sociedad que, ante un problema que desconoce y del que no quiere hacerse cargo porque piensa que "las tetas son de ellas, el chamaco también". En esta sociedad donde la bastardía simbólica está respaldada por la ley del macho, es más conveniente emitir opiniones superficiales en vez de preguntar, informarse o reflexionar.

Es cierto: el tema nos es muy ajeno, pero podríamos empezar a reflexionar por algún lado. Aquí hay algunos caminos:

a) La forma en que una madre alimenta a sus hijos está íntimamente ligada al contexto en el que vive. Y sí, es necesario promover la lactancia hasta los 6 meses de vida del bebé, pero es indispensable contar con el tiempo, el espacio y las condiciones. No estoy hablando de Noruega o Francia; en otros países de América Latina, como Chile, se ha extendido el periodo de maternidad pagada a 6 meses.

b) Existe una relación directa y comprobada entre el uso de la fórmula láctea y el nada honroso primer lugar en obesidad de los niños mexicanos. Si usted cree que todo es culpa de la comida chatarra, le recomiendo ir más atrás. Averigüe la composición de la fórmula láctea, investigue cómo las proteínas que contiene afectan el metabolismo de un ser humano para toda su vida.

c) Todavía hay hospitales públicos donde a las madres recién paridas se les “corta” la lactancia con una inyección. En muchos, los médicos promueven falsas ideas sobre la lactancia continuada y sobre el uso de la fórmula.

d) ¿Vamos a hablar de prioridades? No hace falta gastar el dinero en publicidad fallida. Es más importante trabajar para tener mejores condiciones laborales, generar conciencia en las escuelas, promover otra imagen de mujer, dar la educación para la vida. Cuando todo eso esté funcionando, no necesitarán a una modelo de vientre plano para anunciarlo.

Twitter: @luzaenlinea

 

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