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La nueva Barbie, ¿un monstruo de ciencia ficción?

Nunca me gustaron las muñecas que hablan, desde niña me daban miedo porque parecían salidas de una película de terror. Años más tarde, leí en un texto del filósofo Walter Benjamin que los autómatas –esos objetos mecanizados con apariencia humana que se exhibían en las vitrinas de las tiendas a principios del siglo XX– nos perturban porque aparentan tener una vida humana cuando no son más que máquinas. Algo similar me ocurre con Siri, la aplicación de los teléfonos que realiza búsquedas a partir del reconocimiento de la voz, porque le da al aparato una apariencia humanizada bastante perturbadora.

DivaMoms.com CEO Lyss Stern on Mattel’s new Hello Barbie’ doll.
DivaMoms.com CEO Lyss Stern on Mattel’s new Hello Barbie’ doll.

Y cuando uno pensaba que a la Barbie ya no le quedaban muchos años de vida, los ingenieros de la marca de juguetes Mattel han tratado de revivirla con uñas, dientes, dispositivos de voz y wifi. El nuevo modelo Hello Barbie!, presentado en la feria de juguetes de Nueva York, incluye un software con reconocimiento de voz que permite a la muñeca “escuchar” lo que los niños y sus padres dicen; al presionar un botón, la voluptuosa robotina le pregunta a la niña cómo se llama su perro o cuál es su juguete favorito, la respuesta es transmitida via WiFi a un servidor donde es procesada y reenviada, de manera que la muñeca pueda “conversar”.

Esta idea me parece tan monstruosa como meter a Siri, a un investigador de mercado y a la computadora Hal 9000 en una muñeca voluptuosa. Y cuando realidad supera a la ciencia ficción es hora de parar el mundo para hacer unas cuantas preguntas. ¿Cuál es la idea de los jugueteros al poner en el mercado un producto así? Ante la fuerte caída en las ventas de las muñecas y la alza en la demanda de juguetes con tecnología digital, los empresarios han declarado a los medios que a través de esta muñeca desean “conocer al cliente”. Padres, abogados y sociólogos han manifestado su preocupación al considerar que la intimidad de los pequeños está siendo violada, pues esa información puede ser analizada y utilizada para los fines que convengan a la empresa.

A pesar de los cuestionamientos, la empresa Mattel y su socia, la start-up ToyTalk afincada en San Francisco, dicen que la privacidad y la seguridad son prioritarias, ya que el uso de la información será utilizada de acuerdo con las “normas establecidas por el gobierno”. Pero esa afirmación también ha sido cuestionada, ya que esas normas pueden ser tan polémicas como las que regulan al uso de la información que recaba una empresa como Facebook.

La muñeca estará a la venta en el último trimestre de 2015, ya que aún se está desarrollando la política de privacidad en la que, probablemente, los padres tendrán que firmar, crear una cuenta y dar su consentimiento para que la voz de sus hijos sea grabada. Según el director de ToyTalk, los archivos de audio no se usarían para otro fin que no fuese la mejora del producto.

Si vieron la película Her, podrán imaginarse lo que un software así puede hacer en la mente de un niño. Y no sólo eso, la información se guarda en una nube que, como sabemos, tampoco es un sistema de almacenamiento confiable.

El video de la presentación en la feria de Nueva York está en inglés, pero se puede apreciar la interacción de entre la muñeca y una persona.

 

Lo que este tipo de empresas supone es que los consumidores somos tan ingenuos como lo fueron nuestros abuelos o incluso nuestros padres. Hello Barbie no es una muñeca, es un instrumento de monitoreo (y si uno se pone tantito conspiracionista, probablemente sea un medio de vigilancia y control). Si acaso es un juguete, lo es para que los empresarios y los ingenieros jueguen a hacerse ricos con las necesidades de los consumidores.

Según reveló el Washington Post, entre las “normas de transparencia” que contempla la empresa está el envío de un mail semanal a los padres con los audios que grabaron sus hijos. Yo me pregunto si esa gente ha tenido hijos o si acaso tuvo infancia.

El tiempo del juego en el que los niños conversan con sus muñecos inanimados es un espacio privilegiado de intimidad en el que el pequeño construye su identidad, elabora sus afectos, pone en escena sus inquietudes y las resuelve con libertad precisamente porque nadie lo está observando. Me parece que antes de irrumpir en ese mundo con un instrumento de vigilancia, los padres deberían atender sus carencias en materia de crianza. Si lo hicieran, jamás les pasaría por la cabeza comprarle a sus hijas un robot con tetas.

 

@luzaenlinea

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