Ni contigo ni sin ti

Ni contigo ni sin ti / iStockphoto
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Viven al borde de la ruptura, discuten por todo y en cualquier parte, pasan más tiempo peleando que en convivencia armoniosa... Me pregunto cómo hacen esas parejas para seguir juntos, ¿por qué, si la situación es tan complicada y dolorosa, no logran separarse de una vez y por las buenas? ¿Por qué cortan y vuelven al tercer día como si nada?

No cabe duda que el "amor apache" es un cariño sostenido con besos y patadas. Desde fuera podemos juzgarlo como algo absurdo que se solucionaría con un poco de fuerza de voluntad, pero lo cierto es que la dinámica de "ni contigo ni sin ti" genera vínculos bastante complejos.

En todo lazo de amor profundo hay diferencias, tensiones y contradicciones. Cuando éstas son moderadas, la relación se hace más o menos llevadera, pero cuando se pasa a cierto nivel de agresividad el amor se pone en duda. Podría pensarse que esta relación hostil encuentra su origen en una adicción: pelean porque necesitan la adrenalina del enfrentamiento y las endorfinas que trae la reconciliación a través del sexo. En estricto sentido, eso sería un efecto y no una causa. Vivir en conflicto no sólo es una dinámica de pareja sino una forma funcionar en el mundo. Para muestra, las parejas que se divorcian y al cabo de un tiempo se sienten aburridas porque les falta "ese algo" o ese "alguien" para pelear.

El "yo basura"
De acuerdo con el psicoanalista Jean Lemaire, todo lazo amoroso tiene su parte de odio: "éste se encuentra contenido y no explota sino ocasionalmente; a veces basta con discutir un poco para soltar la tensión", sin embargo el odio también puede tomar un papel protagónico en la relación. "Sin llegar al sadismo o sin ser realmente consciente, la pareja se nutre de odio y, por más extraño que parezca, no siente la necesidad de separarse", señala el terapeuta.

Si observamos las razones por las que una pareja se atrae desde el inicio de la relación, veremos que no sólo se elige a un "objeto de amor" por la satisfacción que nos brinda, sino también para defendernos de nuestros deseos y pulsiones. Así, el otro se convierte en un "yo basura": uno proyecta en la otra persona todo eso que rechaza de sí mismo. Dicha proyección va acompañada de odio, reproches, culpas, chantajes y muchas peleas. La situación es tolerable mientras se mantenga a nivel inconsciente, pero cuando se hace consciente, comienza a tornarse insoportable.

Uno pensaría que en esta sociedad consumista —donde todo es desechable una vez que deja de darnos satisfacción— las separaciones serían más sencillas. Sin embargo, el Dr. Lemaire afirma lo contrario: "Aunque la separación se presenta como la salida más obvia, en el fondo, uno necesita también esa parte no satisfactoria del otro".

El dilema de la (in)dependencia
Otro de los factores que impiden la separación es el miedo al abandono, que a su vez está relacionado con el deseo de fusión o la vuelta al origen primero. El discurso actual sobre la independencia y la autonomía del individuo tiende a negar esa dimensión arcaica del amor. Hoy el ser adulto se ve imposibilitado a reconocer que conserva secuelas de la infancia. A nivel de pareja, quienes tienen gran independencia en su vida social, intelectual y laboral, buscan (inconscientemente) en su relación amorosa la dependencia que niegan en otros ámbitos. "Es muy doloroso", afirma Lemaire, "porque al no hacerlo consciente, no logran ser verdaderamente independientes y tampoco consiguen huir de la dependencia. Solos o en pareja, tienen miedo de perderse".

Aunque jurídicamente hablando la separación parece ser más sencilla, a nivel emocional sigue siendo muy complicada puesto que hay fuertes vínculos a nivel inconsciente; es toda una labor que toma mucho tiempo y usualmente requiere de una terapia que ayude a destejer los hilos que los unen para dejar de hacerse daño. De acuerdo con Lemaire, "hay parejas que vuelven a encontrar el placer de vivir juntos, pero no es el caso de la mayoría. Lo que se busca es separarse de manera que no se viva como un fracaso", sino como un proceso de sanación y aprendizaje.

¿Has vivido o conoces a alguien con una relación así? ¿Cómo crees que pueda superarse?

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