¿Por qué las mejores revelaciones ocurren en la ducha?

No importa que digan que no es necesario bañarse diario. Para mí, es un ritual que hace la vida más feliz, más serena y más clara. Porque las mejores ideas suelen llegar en la ducha; desde el significado de un suceso hasta la solución a un problema o el sentido mismo de la vida nos son revelados mientras las gotas de agua revolotean alrededor.

Grandes ideas llegan en la ducha.
Grandes ideas llegan en la ducha.

 

Casi en el mismo nivel se encuentran las largas caminatas, el ejercicio, el microinstante antes de quedarsedormido, el proceso de cocinar o los trayectos interminables en el tráfico. Esos momentos de revelación tienen algo en común: son acciones rutinarias que no requieren gran esfuerzo mental, nos hacen "caer" dentro de nuestro cuerpo y nuestros pensamientos sin objetivo preciso. Por otra parte, pocas veces tenemos lápiz y papel a la mano para anotar las ocurrencias (pero algunos ya encontraron la solución).

Entre todos los momentos de revelación, los de la ducha son garbanzos de a libra. Según el psicólogo John Kounios, experto en creatividad y distracción, en la ducha nos desconectamos del entorno y nos conectamos con nuestro flujo de pensamiento. Estamos lo suficientemente cómodos, pero no aburridos, de manera que podemos fluir. En ese estado, el cerebro reacomoda la información bajo el criterio del contexto: los mangos salen de los huertos, las estrellas están en el cielo, etc.

Nuestro pensamiento lineal y dirigido no suele hacer esas asociaciones que en la ducha resultan sorprendentes. Porque cuando estamos suficientemente relajados, dos ideas que jamás pensaríamos que pueden conectarse, lo hacen libremente. Un caso famoso es el del griego Arquímedes, que al entrar en un baño de tina encontró la manera de medir la densidad de los cuerpos de acuerdo al agua que desplazaban al ser sumergidos. Cuenta la leyenda que en ese momento gritó “¡eureka!” (lo he encontrado), y salió corriendo desnudo y feliz por las calles de Siracusa.

Los momentos eureka son difíciles de estudiar porque no pueden ser provocados o inducidos tan fácilmente. De hecho, cuando queremos resolver algún entuerto, nuestro cerebro recurre a las estrategias y patrones de pensamiento que ya conoce y que tienden a agotarse. Sin embargo, cuando nos relajamos un poco, el cerebro se libera de los patrones de pensamiento, mezcla las rutas como en un coctel y resulta que algunas sí hacen clic. En cambio, cuando estamos ansiosos, el cerebro se pasma en patrones obsesivos y soluciones lineales. Así que la otra parte de la respuesta corresponde a la física: ¿por qué el agua de la ducha nos hace sentir tan bien?

Tu cerebro podría CRECER con el ejercicio.
Tu cerebro podría CRECER con el ejercicio.

Seguramente han visto esos videos virales donde están bañando a perros, gatos, bebés y otros cachorros mamíferos. Las caricias son importantísimas, pero el agua ejerce por sí misma un efecto relajante y desinflamatorio. Cuando estamos relajados, el cerebro libera dopamina, que estimula las ondas alfa, y es entonces que vienen las nuevas ideas.

La distracción es clave en este proceso. Según la investigadora de Harvard, Shelly Carson, las personas altamente creativas se distraen con facilidad, su mente salta y hace asociaciones de ideas libremente. Por eso, cuando estamos distraídos en la ducha, desconectados de la presión de la eficiencia, se encienden nuevas luces en nuestra mente. Lo interesante es que cuando existe la intención de ser “brillante” y registrar las epifanías, la mente deja de hacerlo. Si quieres buenas ideas, no puedes presionar a la mente, dice Kounios, déjala que vague libremente.

@luzaenlinea

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