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El hipnoparto

¿Hipno qué?, pregunté a mi hermana. "Hipnoparto, una forma de tener al bebé de manera natural, sin medicamentos, ni procedimientos invasivos y, sobre todo, sin el drama que se nos ha inculcado históricamente a las mujeres", respondió ella. Mi curiosidad iba a toda velocidad, así que me dispuse a interrogarla sin tregua. Cuando terminó de explicarme en qué consistía el curso que estaba tomando y por qué había elegido tener así a su bebé, me dispuse a investigar a fondo de qué se trataba.

Confieso que al terminar de investigar me sentí contenta de que el mundo esté dando la vuelta hacia la integración del conocimiento y, sobre todo, que las mujeres estén retomando el derecho ancestral de decidir cómo, dónde y con quién dar a luz.

¿De dónde viene esta alternativa?
Jessica Alba y Demi Moore no parecen el tipo de muchachillas ingenuas que se habrían dejado seducir por una idea "new age", ¿o sí? Ellas, como muchas otras madres que quieren disfrutar el momento del parto, han recurrido a alternativas que integran, de manera seria y confiable, conocimientos ancestrales y modernos. Entre ellos están la autohipnosis, las meditaciones, el parto en agua, la ayuda de la herbolaria y el parto en casa.

El hipnoparto es, quizás, el más reciente de todos y del que muy poca noticia se tiene, por lo menos en América Latina. El término viene del inglés Hipno Birthing y es una técnica creada en la década de 1980 por médicos que habían recurrido a la autohipnosis y la meditación para aliviar el dolor de pacientes con cáncer. Ellos vieron en estas técnicas un enorme potencial para aliviar los dolores del parto y así evitar el uso de drogas o procedimientos agresivos, tanto para la madre como para el recién nacido.

En el transcurso de los últimos 30 años se han patentado algunos métodos de hipnoparto con ligeras variaciones. Y recientemente, el

Instituto HypnoBirthing publicó un libro del mismo nombre que describe la técnica del hipnoparto, y proporciona datos históricos y científicos, así como numerosos testimonios.

¿En qué consiste?
Es cierto que si uno escucha "hipnoparto" de inmediato piensa en algo rarito. Uno se preguntaría cómo es que una madre va a parir a su hijo en estado de hipnosis. Sin embargo, lejos de perder el conocimiento y dejar su voluntad en manos de alguien más, se enseñan a la madre diversas técnicas para que alumbre de manera natural, en completa conciencia y relajación.

Para lograrlo, es necesario que los padres se preparen con lecturas y un curso bastante serio en el que se les enseña cómo enfocar sus pensamientos en visualizaciones positivas, mismas que desencadenan procesos químicos y estados de conciencia que ponen a la madre en completa tranquilidad y relajación. Así, gracias a las técnicas de autohipnosis, se provee a la madre el vínculo que le permite usar sus instintos para dar a luz de manera segura, fácil y cómoda, sin el uso de drogas o procedimientos que pueden dañar al bebé.

¿De dónde viene y cómo se evita el dolor?
A grandes rasgos, en situaciones cotidianas, una sensación muscular intensa y desconocida nos produce temor, entonces el cuerpo comienza a segregar adrenalina y otros químicos que ponen al cuerpo en tensión, y psíquicamente las sensaciones se traducen como dolor, miedo y angustia.

A esto se añade la serie de condicionamientos culturales a los que hemos sido sometidas: relatos de nuestras amigas y familiares, escenas de películas que podrían catalogarse dentro del cine de terror, así como videos y programas de televisión que nos muestran a una madre en medio de una tortura.

Lo que hace el hipnoparto es modificar el concepto de parto doloroso (y terrorífico) desde el origen, de manera que la madre se prepara física y mentalmente para lo que ocurrirá; ella y los que la rodean comprenderán que el parto no será una situación de peligro y angustia, sino un momento de gozo y tranquilidad. Esto se logra desde el vocabulario: no se le llama parto sino alumbramiento, el feto se llama bebé, los dolores son sensaciones musculares, el pujo es "respirar hacia abajo", y las contracciones se visualizan como "olas uterinas". Así, el parto doloroso, tenso y angustiante se convierte en un alumbramiento gozoso, relajado e indoloro.

Por último, quiero dejarles un artículo publicado en la revista Woman's Health del mes de octubre: "La magiadel hipnoparto". Estoy segura que despejará sus dudas mejor de lo que yo lo haría. Y si alguien quiere despejar otras dudas o tener más información, aquí está la liga al portal de www.blossom.mx, donde hallarán respuesta a sus preguntas.