Anuncios

10 rasgos de una personalidad creativa

 

En un mundo donde se pretende estandarizar la individualidad por razones económicas, la personalidad de un ser creativo parece rara o marginal. Muchos padres cuyos hijos muestran rasgos creativos en la adolescencia, tienen pocas herramientas para comprenderlos y encausarlos. De igual forma, quienes conservan estos rasgos en la vida adulta sienten que hay algo “malo” o “raro” en ellos y que “deberían” ser de otra forma para ser aceptados.

Rastos de una personalidad creativa
Rastos de una personalidad creativa

Curiosamente, cuando somos creativos vivimos con mayor plenitud que en otros momentos de la vida, y esa sensación la tenemos con bastante frecuencia cuando somos niños. Después, las responsabilidades y el deber ser de la vida adulta se vuelven prioritarias, de ahí que el sexo, el deporte, la música o el éxtasis religioso nos devuelvan el profundo sentido de pertenencia a algo que es más grande que nosotros.

De la rareza al reconocimiento

Buena parte de las cosas que nos interesan o nos parecen importantes son resultado de la creatividad (propia o de los seres que nos parecen “raros”). Como especie, lo que nos distingue –lenguaje, expresión artística, tecnología y entendimiento científico– surge de una ingenuidad individual que fue reconocida, recompensada y transmitida a través de un aprendizaje. Mihaly Csikszentmihaly, investigador de origen húngaro y notable psicólogo a nivel internacional, ha dedicado más de 30 años a estudiar cómo vive y trabaja la gente creativa. Su libro The Work and Lives of 91 Eminent People, hace comprensibles los misteriosos procesos que dan origen a nuevas cosas e ideas.

Según escribe el autor en el sitio talentdevelop.com, los seres creativos tienen la notable habilidad de adaptarse a prácticamente cualquier situación y transformar lo que tienen a mano. Si tuviera que expresarlo en una palabra, dice Csikszentmihaly, lo que los hace distintos es la complejidad. Sus acciones y pensamientos son inusuales, tienden a la contradicción y en lugar de ser “individuos”, son múltiples. Sin embargo, esta multiplicidad es poco valorada en un sistema binario que exige tomar una opción u otra y que no da lugar a la integración. Eres A o eres B; quienes quieren ser A y B generalmente son reprimidos.

De acuerdo con las investigaciones de Csikszentmihaly, la represión no es el camino hacia el virtuosismo: “Cuando la gente se reprime a sí misma por miedo, sus posibilidades de vida se ven disminuidas. Solo cuando elige libremente una disciplina o un oficio, puede disfrutar la vida y mantenerse dentro de los límites de la razón”. Por eso, antes que juzgar o marginar a las personas creativas, es necesario comprenderlas porque ellas dan respuestas nuevas a las mismas viejas preguntas del ser humano. Es cierto que encarnan una tensión dialéctica, pero a partir de esa aparente contradicción surgen nuevas perspectivas, ideas o invenciones.

Según Csikszentmihaly, estos son los 10 rasgos que caracterizan a una persona creativa

1. Tienen mucha energía física, pero también son callados y buscan la quietud. Trabajan durante horas, concentrados, proyectando un aura de frescura y entusiasmo. Esto no quiere decir que sean hiperactivos, sino que tienen control de su energía, no se rigen por el calendario o el horario exterior. Es como si su energía se generara desde el interior, pero esto no es un rasgo heredado genéticamente, tampoco es producto de su biorritmo, es una decisión: enfocar su mente. Cuando están enfocados, sus ideas pueden cortar igual que un laser; cuando no, se concentran en recargar sus baterías. El ritmo de actividad que sigue al “ocio” o la reflexión es muy importante para su trabajo, es una estrategia aprendida con ensayo y error. Una de estas manifestaciones es la sexualidad. Las personas creativas son paradójicas a este respecto: tienen una gran dosis de eros (a veces se expresa en su sexualidad), pero pasan periodos de celibato espartano como parte de su rutina, pues la concentración de esa energía creativa les proporciona un mejor desempeño. Sin ese eros, sería difícil mantener el vigor de la vida; sin continencia, la energía se disiparía.

2. Son listos e ingenuos al mismo tiempo. Estudios recientes señalan que sin un IQ superior a 120 sería imposible desarrollar un trabajo creativo; sin embargo, un coeficiente mayor a 120 no equivale a ser más creativo. Citando a Howard Gardner, Csikszentmihaly dice que los genios creativos de este siglo se caracterizan por tener cierta inmadurez emocional y mental, así como profundos descubrimientos o revelaciones. Y más allá: quienes destacan por sus aportes innovadores saben manejar el pensamiento convergente y el divergente, dos formas de pensamiento aparentemente opuestas. El pensamiento convergente se mide en pruebas de IQ que implican resolver problemas racionales para los que existe una sola respuesta. El pensamiento divergente lleva a respuestas distintas, requiere fluidez, capacidad para generar muchas ideas, flexibilidad para cambiar de una perspectiva a otra y originalidad para realizar asociaciones de ideas fuera de lo común. Sin embargo, producir ideas nuevas no es el asunto más importante para las personas creativas. Artistas y creadores destacados insisten en que, durante toda su vida, no hay tenido más que dos o tres ideas, pero que éstas fueron tan fértiles que los mantuvieron ocupados (u obsesionados) toda su vida. El pensamiento divergente no sirve si no se tiene la habilidad de distinguir entre una buena y una mala idea, y es ahí donde el pensamiento convergente entra en acción.

[Relacionado: Aprende a reconocer tu valor]

3. Combinan juego con disciplina, responsabilidad con irresponsabilidad. La actitud lúdica es típica de los individuos creativos, pero no llegaría muy lejos sin su antítesis, esa dosis de disciplina, perseverancia y tenacidad. El investigador húngaro cita a la artista Nina Holton: “Cuando le digo a alguien que soy escultora, me dicen ‘oh, maravilloso’, y yo pienso ¿qué tiene de maravilloso? Es como ser un albañil o un carpintero de medio tiempo, pero la gente no quiere escuchar eso para no perderse la parte divertida”. El germen de una idea no hace que una escultura se sostenga, requiere trabajo duro y toma el tiempo que tenga que tomar. A pesar del aire desenfadado que tengan muchas personas creativas, trabajan duro por la noche o se levantan a las 5:00 am impulsados por una fuerza que otros no tienen.

4. Alternan imaginación y fantasía con un sentido de realidad bien arraigado. Quienes trabajan en el arte y la ciencia son capaces de dar un salto imaginario a un mundo distinto del presente. Cuando comparten sus ideas, la sociedad las ve como fantasías irrelevantes para la vida cotidiana (y con razón). Pero cuando esas “ocurrencias” son transformadas y ejecutadas, ensanchan nuestra realidad. Por otra parte, el creativo nunca salta a una tierra imposible; cuando tiene una idea y la madura con el tiempo, ésta toma la misma dimensión de lo real y cuestiona las fronteras del mundo humano.

5. Son creativos y extrovertidos a la vez. La mayoría de la gente adopta una personalidad u otra; mientras unos son parte del show, otros se sientan a mirar desde su butaca. Para las personas creativas, estos rasgos pueden coexistir y darse de manera simultánea.

[Relacionado: Elogio de la incomodidad]

6. Son humildes y orgullosos. Suele ocurrir que cuando uno conoce a una persona famosa, espera que sea arrogante o displicente, pero se lleva una sorpresa al encontrarse a alguien tímido que tiende a demeritar su propio trabajo. Citando a Newton, Csikszentmihaly explica que esto se debe a que las personas creativas “saben que están parados sobre los hombros de los gigantes”. Su respeto por el oficio los hace conscientes de que forman parte de una cadena de contribuciones o descubrimientos previos, es decir, saben poner su trabajo en perspectiva. Por otro lado, entienden que la suerte tuvo algo que ver en sus logros, además de que están más enfocados en el proyecto siguiente, por lo que sus éxitos anteriores forman parte del pasado y ya no les interesan. Sin embargo, cuando se comparan con otras personas saben reconocer su talento, eso les da la seguridad y el orgullo para seguir trabajando.

7. Escapan a los estereotipos y los roles de género. Cuando se hacen pruebas de masculinidad/feminidad a los jóvenes, los resultados indican que las chicas más creativas suelen ser más dominantes y rudas que otras, mientras que los chicos creativos son más sensibles y menos agresivos que sus pares. Esta tendencia a la androginia se mira desde la perspectiva de la sexualidad y es confundida con la homosexualidad, sin embargo, la androginia psicológica es un concepto muy amplio que refiere a la habilidad de ser al mismo tiempo agresivo y cariñoso, sensible y rígido, dominante y sumiso, independientemente del género. La androginia psicológica duplica el repertorio de respuestas que se tiene ante la vida, pues una persona creativa puede desarrollar las fortalezas de ambos géneros.

8. Son rebeldes y conservadores. Es imposible ser creativo sin antes haber internalizado ciertos aspectos de la cultura. Por eso las personas creativas son, al mismo tiempo, tradicionales y conservadoras, rebeldes e iconoclastas. Quien se aferra a lo tradicional, no aporta cambios; quien sólo toma riesgos, tampoco aporta nada nuevo porque ignora el valor de lo que se ha hecho en el pasado. Para explicarlo mejor, Csikszentmihaly cita a Eva Zeisel: “No tengo como meta crear algo, ser diferente (“no ser esto o no ser aquello”) es una motivación negativa porque surge de un impulso negativo y frustrante. Un impulso positivo lleva a una creación plena”. Se trataría, entonces, de tomar un riesgo dentro del marco de la tradición. El economista George Stigler señala que una de las fallas más comunes de la gente es la falta de coraje, de ir a la segura. En la innovación tienes que jugar el juego menos seguro, eso es interesante, si funciona o no, eso es impredecible.

[Relacionado: Abraza tu lado oscuro]

9. Pueden ser apasionados y objetivos al mismo tiempo , sobre todo cuando se trata de su trabajo. Sin la pasión, perderían el interés cuando la cosa se pone difícil. Sin objetividad, perderían la credibilidad y el enfoque. Es importante tomar distancia de lo que uno hace para no identificarse tanto con el trabajo que sea imposible aceptar una crítica. Quizás, esa es la diferencia entre la juventud y la madurez.

10. Son abiertos y sensibles , eso los expone al dolor y el sufrimiento tanto como al gozo. Cuando un artista ha pasado años realizando una escultura o un científico ha invertido décadas en una teoría, y nadie se interesa en ello, quedan devastados. Un interés profundo en temas oscuros puede pasar desapercibido para la gente de su tiempo e incluso provocar ridículo. El pensamiento divergente es percibido por muchos como una desviación, por lo que la persona creativa puede sentirse sola o incomprendida. Cualquier les diría: “si te hace tan infeliz, por qué no dejas de hacerlo”. La respuesta de las personas creativas es que cuando no pueden trabajar o sufren un bloqueo creativo, experimentan el vacío y el sinsentido de la vida. En cambio, cuando las preocupaciones se esfuman y la opinión de los demás deja de ser importante, experimentan una sensación de éxtasis o iluminación. Una de las cualidades más importantes para la gente creativa es el disfrute del proceso creativo por sí mismo.

¿Conoces a alguien así o te identificas con estos rasgos? La próxima vez que pienses en reprimir o juzgar, recuerda que la diferencia entre el fracaso o el éxito de una mente creativa está, precisamente, en el reconocimiento, la aceptación y el apoyo.

@luzaenlinea

Mira también: 10 cosas que la gente creativa hace diferente

10 cosas que la gente creativa hace diferente
10 cosas que la gente creativa hace diferente