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Entrenando el desamor: ejercitarte con tu pareja no sería buena idea

Entre parejas, tal vez no tengamos problemas en compartir la casa, la familia o la comida, ¿pero compartir el gimnasio? ¡Eso quizás no funcione muy bien! Porque la dinámica de ponerse en forma juntos podría traer algunas situaciones que podrían complicar las cosas en la relación. Sigue leyendo y conoce más del tema.

 

Entrenar juntos sería más complicado que romántico. Foto: Thinkstock
Entrenar juntos sería más complicado que romántico. Foto: Thinkstock

Cambios de actitud

Ejercitarse juntos como pareja rara vez podría ser una buena idea. Porque, aunque es tentador compartir ese tiempo en el gimnasio o en un parque, el hecho de estar acondicionándote con la misma persona a la que quieres atraer e impresionar con tu físico podría crearte toda clase de inseguridades. Los entrenadores personales ven que a algunos les da vergüenza ejercitarse enfrente de su cónyuge, otras parejas resultan ser muy competitivas entre sí, y algunas se apoyan mutuamente cuando están frente a su entrenador, pero se menosprecian cuando están en casa. De hecho, podrían generarse tantos conflictos, que los instructores de gimnasio confiesan que a menudo se sentirían como pseudo-terapeutas matrimoniales, según una nota del periódico The Wall Street Journal.

Niveles desnivelados

Otro detalle a tener en cuenta, es que tu pareja podría no tener la misma capacidad física que tú para ejercitarse a tu nivel. Por ejemplo, digamos que tú puedes correr una milla (1.6 km) en ocho minutos, mientras que tu chico es un poco más lento y se queda muy atrás de esta marca. Probablemente, tendrás que reducir un poco tu velocidad para que tu ritmo coincida con el de él. Quizás al principio no parezca gran cosa; pero, con el tiempo, estas diferencias en sus capacidades podrían poner en riesgo tu rendimiento y tal vez tengan resentimientos por eso, según indicó la psicóloga Yvonne Thomas en la revista Women’s Health.

Objetivos y tiempos diferentes

Aunque una pareja podría tener metas similares -como perder peso- al final, no serían exactamente las mismas. Por ejemplo, tal vez una persona necesitaría deshacerse de más peso que la otra. O quizás uno quiere tener más masa muscular y el otro solo bajar algunos centímetros de cintura, por ejemplo. También, está la cuestión de mantener el mismo horario. Si ya es bastante difícil encontrar una hora en la que nos sintamos motivados para ejercitarnos, sería todavía más complicado tener que modificar nuestra agenda para que podamos coincidir con nuestro ser amado en el gimnasio, de acuerdo con el periódico New York Post.

Al parecer, mantenerse en forma juntos podría no ser tan romántico como parece, así que toma en cuenta todo lo que acabas de leer para considerar si es buena idea ejercitarte con tu media naranja.